Una Casita que intenta ser un espacio de comunión para los vecinos de La Cuchilla
La Casita de Cáritas, está ubicada en la interacción de las calles Roca y Palacios, en el corazón del barrio La Cuchilla, una zona constituida por un complejo entramado social producido, en parte, por el crecimiento urbano de los últimos tiempos que provocó que los barrios se hayan extendido más allá de las demarcaciones tradicionalmente dadas por los boulevares.
En la zona que hoy se conoce como La Cuchilla a los pobladores autóctonos se sumaron beneficiarios de viviendas sociales y familias que vivían en el campo y por cuestiones económicas debieron venir a la ciudad, conformando un entramado social con identidades resquebrajadas y difíciles de unificar. Esta población está compuesta por familias numerosas, muchas veces con los vínculos familiares quebrados o ausentes, mujeres adolescentes con hijos pequeños, también se destaca la presencia de viviendas que contienen a dos o más familias y abuelos que se hacen cargo de sus nietos. En medio de esta gran mixtura de identidades y demandas se levanta la “Casita de Cáritas de Lucy Rocca de Rossi”. Una edificación sencilla que suele ser espacio de contención de chicos, jóvenes y padres; que encuentran allí un medio para dignificar su vida y conocer a sus pares.
Es que el máximo objetivo de esta Casa no es precisamente el asistencialismo, medida que antaño quizás haya servido para paliar de manera urgente las grandes necesidades de amplias masas de pobladores pero que hoy no son suficientes para dar la posibilidad a las personas de que reviertan su situación de pobreza. Porque la pobreza es una situación, no un estado permanente y el fin último de la Casita de Cáritas, es la promoción humana. Dándoles herramientas desde el punto de vista del conocimiento y la información, haciendo descubrir los valores humanos, rompiendo las barreras de la dependencia y buscando producir en ellos un cambio sustentable en sus vidas, la “Casita de Lucy” intentas que el futuro de estas personas en situación de pobreza y vulnerabilidad se transforme en “esperanza” y puedan vivir con dignidad.
Promoción humana
Para lograr la promoción humana, la institución impulsa a jóvenes y adultos a través de una salida laboral y haciéndoles descubrir su dignidad como seres humanos para ser artífices de su propia vida.
Además de una variada oferta de talleres de oficios de se dictan clases de apoyo escolar, para a que los chicos se mantengan dentro del sistema escolar, previniendo las frustraciones, aumentando la autoestima y creando pertenencia a un grupo social.
Gustavo Chesini, que es junto a su esposa coordinador de la Casira, se jubiló en el Centro de Formación Profesional, esto le dio una mirada diferente del oficio que es muy útil a la hora de coordinar los diferentes talleres. “La idea es que los talleres sean el medio para salir adelante no el fin”, destacó Chesini.
Los coordinadores de la Casa de Cáritas están muy atentos a las necesidades del barrio, el mínimo gesto o la palabra de un chico sirve para captar una gran necesidad. “Antes hacíamos el apostolado en la Escuela, cuando nos invitaron a coordinar la Casita nos pareció que era una manera de seguir enseñando”, puntualizó Susana Garro.
Numerosos dramas sin resolver van haciendo de este barrio, como de tantos otros de la ciudad, un cúmulo de carencias difíciles de resolver. Pero esta Casita intenta ser un espacio de unión para el barrio. Gustavo Chesini, explicó a EL ARGENTINO que en la zona “cada cual cuida su espacio y se miran unos a otros de reojo, porque no se integran. Nosotros pensamos que a través de la Casita se pueden llegar a unir, porque el que va a aprender a un taller o a las clases de alfabetización de adultos se comunica con el que está al lado, lo conoce y, a pesar de que las diferencias existen, encuentran un espacio en común. Está claro que si nosotros no creamos ese espacio ellos solos no lo van a hacer”.
Los talleres
La parte más importante de esta institución son los talleres gratuitos que allí se realizan y que son abiertos a toda la comunidad. Como explicaba Guatavo Chesini, para la gente del barrio los cursos son un medio y no un fin en si mismo. “En esta tarea comunitaria los alumnos ven que entre todos se puede y además, funcionan como espacio de comunicación entre los agentes barriales”.
Es relevante destacar que todos los cursos están abalados por el Consejo General de Educación de la Provincia de Entre Ríos. Además de los talleres de promoción humana, que van desde carpintería, herrería, construcción, gas, hasta alfabetización de adultos, se dictan clases de apoyo a alumnos de primaria y secundaria que asisten a las escuelas circundantes.
“Una de las maneras de dignificar a las personas es que pertenezcan a una comunidad de trabajo; conseguirlo y mantenerlo son maneras de insertar socialmente a los miembros del barrio”, indicó Susana Garro.
Por su parte, los que asisten a la Casita destacan haber encontrado allí “amistad”, “profesores muy buenos”, “compañerismo” y hasta un niño destacó haber encontrado en la Casita, algo tan sencillo pero importante como “una silla”.
A través de diversos convenios la Casita ha logrado hacerse de herramientas y también intercambiar experiencias. El taller de “Marroquinería y Calzado” realizó un convenio con el Instituto Superior de Arte (ISA) para que asistan alumnos de la carrera de Diseño de Indumentaria y Escenografía, mientras que con la Escuela de Educación Técnica N°3 se logró un convenio a través del cual lograron la tenencia a comodato de diversas herramientas.
Las ferias temáticas
Una vez por mes la “Casita de Lucy” realiza una feria temática para el barrio, que es con lo que se sustentan. Como todo lo que hacen en los talleres es básicamente para el barrio y no para comercializar, es en el espacio de la feria donde, quienes asisten a los cursos, pueden vender las cosas que hacen.
Las ferias son temáticas, cada mes se apunta a una demanda diferente y puntual del barrio. Así, se han realizado ferias de ropa de abrigo, ropa de verano, de sábanas y toallas, adornos y utensilios para el hogar, etcétera. Para recaudar las cosas para las ferias realizan colectas dirigidas en colegios y además reciben donaciones de particulares.
Los precios que se manejan son muy accesibles y la gente del barrio espera con ansias cada una de las ferias, que son pensadas en base a las demandas que van captando en los vecinos.
Proyectos en la Casa
Conservando la estructura de la Casa, se proyecta cambiar la orientación de las salas para que haya dos aulas y una tercera que oficie como Biblioteca Popular, ya que no hay ninguna en el barrio. “La idea es hacer una biblioteca no solo para la gente que va a la Casita sino para toda la comunidad, además hay muchos juegos infantiles que se armarían también allí.”, destacó Susana Garro.
Hace poco tiempo realizaron un galpón, donde se realizan los talleres que requieren de más espacio, de 8 x 13 metros.
En la Casita de Cáritas se dictan los siguientes talleres, todos son gratuitos y abiertos a toda la comunidad:
-Electricidad.
-Herrería y Soldadura.
-Carpintería.
-Corte y Confección.
-Electricidad.
-Construcciones.
-Gas.
-Alfabetización de adultos.
-Marroquinería y construcción de Calzado.
* Para realizar consultas sobre los talleres, a los que se puede comenzar a ir en cualquier fecha del año, dirigirse a la Casita de Cáritas -Roca y Palacios- lunes, miércoles y viernes, de 16 a 20 o llamar al tel 426569.
La Casita de Cáritas necesita:
-Ropa y calzado para niños y adultos.
-Libros de estudio y de cuentos.
-Muebles.
-Utensilios del Hogar.
-Adornos y accesorios.
-Sábanas, Toallas, Frazadas.
Para llevar donaciones dirigirse a la Casita, Roca y Palacios, los lunes, miércoles y viernes de 16 a 22 o llamar al teléfono 426569.
La comunidad se suma al proyecto
EL ARGENTINO agradece la solidaridad de la comunidad que comprendió el objetivo del proyecto solidario que iniciamos, sumándose con su colaboración. Gracias a la familia Martínez, de calle Nogoyá al 100, por sumarse con su donación a esta cadena solidaria.
Es que el máximo objetivo de esta Casa no es precisamente el asistencialismo, medida que antaño quizás haya servido para paliar de manera urgente las grandes necesidades de amplias masas de pobladores pero que hoy no son suficientes para dar la posibilidad a las personas de que reviertan su situación de pobreza. Porque la pobreza es una situación, no un estado permanente y el fin último de la Casita de Cáritas, es la promoción humana. Dándoles herramientas desde el punto de vista del conocimiento y la información, haciendo descubrir los valores humanos, rompiendo las barreras de la dependencia y buscando producir en ellos un cambio sustentable en sus vidas, la “Casita de Lucy” intentas que el futuro de estas personas en situación de pobreza y vulnerabilidad se transforme en “esperanza” y puedan vivir con dignidad.
Promoción humana
Para lograr la promoción humana, la institución impulsa a jóvenes y adultos a través de una salida laboral y haciéndoles descubrir su dignidad como seres humanos para ser artífices de su propia vida.
Además de una variada oferta de talleres de oficios de se dictan clases de apoyo escolar, para a que los chicos se mantengan dentro del sistema escolar, previniendo las frustraciones, aumentando la autoestima y creando pertenencia a un grupo social.
Gustavo Chesini, que es junto a su esposa coordinador de la Casira, se jubiló en el Centro de Formación Profesional, esto le dio una mirada diferente del oficio que es muy útil a la hora de coordinar los diferentes talleres. “La idea es que los talleres sean el medio para salir adelante no el fin”, destacó Chesini.
Los coordinadores de la Casa de Cáritas están muy atentos a las necesidades del barrio, el mínimo gesto o la palabra de un chico sirve para captar una gran necesidad. “Antes hacíamos el apostolado en la Escuela, cuando nos invitaron a coordinar la Casita nos pareció que era una manera de seguir enseñando”, puntualizó Susana Garro.
Numerosos dramas sin resolver van haciendo de este barrio, como de tantos otros de la ciudad, un cúmulo de carencias difíciles de resolver. Pero esta Casita intenta ser un espacio de unión para el barrio. Gustavo Chesini, explicó a EL ARGENTINO que en la zona “cada cual cuida su espacio y se miran unos a otros de reojo, porque no se integran. Nosotros pensamos que a través de la Casita se pueden llegar a unir, porque el que va a aprender a un taller o a las clases de alfabetización de adultos se comunica con el que está al lado, lo conoce y, a pesar de que las diferencias existen, encuentran un espacio en común. Está claro que si nosotros no creamos ese espacio ellos solos no lo van a hacer”.
Los talleres
La parte más importante de esta institución son los talleres gratuitos que allí se realizan y que son abiertos a toda la comunidad. Como explicaba Guatavo Chesini, para la gente del barrio los cursos son un medio y no un fin en si mismo. “En esta tarea comunitaria los alumnos ven que entre todos se puede y además, funcionan como espacio de comunicación entre los agentes barriales”.
Es relevante destacar que todos los cursos están abalados por el Consejo General de Educación de la Provincia de Entre Ríos. Además de los talleres de promoción humana, que van desde carpintería, herrería, construcción, gas, hasta alfabetización de adultos, se dictan clases de apoyo a alumnos de primaria y secundaria que asisten a las escuelas circundantes.
“Una de las maneras de dignificar a las personas es que pertenezcan a una comunidad de trabajo; conseguirlo y mantenerlo son maneras de insertar socialmente a los miembros del barrio”, indicó Susana Garro.
Por su parte, los que asisten a la Casita destacan haber encontrado allí “amistad”, “profesores muy buenos”, “compañerismo” y hasta un niño destacó haber encontrado en la Casita, algo tan sencillo pero importante como “una silla”.
A través de diversos convenios la Casita ha logrado hacerse de herramientas y también intercambiar experiencias. El taller de “Marroquinería y Calzado” realizó un convenio con el Instituto Superior de Arte (ISA) para que asistan alumnos de la carrera de Diseño de Indumentaria y Escenografía, mientras que con la Escuela de Educación Técnica N°3 se logró un convenio a través del cual lograron la tenencia a comodato de diversas herramientas.
Las ferias temáticas
Una vez por mes la “Casita de Lucy” realiza una feria temática para el barrio, que es con lo que se sustentan. Como todo lo que hacen en los talleres es básicamente para el barrio y no para comercializar, es en el espacio de la feria donde, quienes asisten a los cursos, pueden vender las cosas que hacen.
Las ferias son temáticas, cada mes se apunta a una demanda diferente y puntual del barrio. Así, se han realizado ferias de ropa de abrigo, ropa de verano, de sábanas y toallas, adornos y utensilios para el hogar, etcétera. Para recaudar las cosas para las ferias realizan colectas dirigidas en colegios y además reciben donaciones de particulares.
Los precios que se manejan son muy accesibles y la gente del barrio espera con ansias cada una de las ferias, que son pensadas en base a las demandas que van captando en los vecinos.
Proyectos en la Casa
Conservando la estructura de la Casa, se proyecta cambiar la orientación de las salas para que haya dos aulas y una tercera que oficie como Biblioteca Popular, ya que no hay ninguna en el barrio. “La idea es hacer una biblioteca no solo para la gente que va a la Casita sino para toda la comunidad, además hay muchos juegos infantiles que se armarían también allí.”, destacó Susana Garro.
Hace poco tiempo realizaron un galpón, donde se realizan los talleres que requieren de más espacio, de 8 x 13 metros.
En la Casita de Cáritas se dictan los siguientes talleres, todos son gratuitos y abiertos a toda la comunidad:
-Electricidad.
-Herrería y Soldadura.
-Carpintería.
-Corte y Confección.
-Electricidad.
-Construcciones.
-Gas.
-Alfabetización de adultos.
-Marroquinería y construcción de Calzado.
* Para realizar consultas sobre los talleres, a los que se puede comenzar a ir en cualquier fecha del año, dirigirse a la Casita de Cáritas -Roca y Palacios- lunes, miércoles y viernes, de 16 a 20 o llamar al tel 426569.
La Casita de Cáritas necesita:
Aunque parezca paradójico Gustavo Chesini y Susana Garro piden que se sume gente a los talleres que allí se dictan, para fomentar la interacción y estimular a la gente del barrio a que participe y valore los importantes talleres.
Además de esto, necesitan:-Ropa y calzado para niños y adultos.
-Libros de estudio y de cuentos.
-Muebles.
-Utensilios del Hogar.
-Adornos y accesorios.
-Sábanas, Toallas, Frazadas.
Para llevar donaciones dirigirse a la Casita, Roca y Palacios, los lunes, miércoles y viernes de 16 a 22 o llamar al teléfono 426569.
La comunidad se suma al proyecto
EL ARGENTINO agradece la solidaridad de la comunidad que comprendió el objetivo del proyecto solidario que iniciamos, sumándose con su colaboración. Gracias a la familia Martínez, de calle Nogoyá al 100, por sumarse con su donación a esta cadena solidaria.
Por Rocío Fernández
EL ARGENTINO ©
Este contenido no está abierto a comentarios