Opinión
25 de mayo, celebración y reflexión
Por Ricardo Rodríguez (*)- Esta celebración del 25 de mayo no es un día más, celebramos el bicentenario de nuestra patria. Pero me da la sensación que los argentinos seguimos enredados en los problemas y las penurias del presente, que no estamos preparados para hacer una reflexión histórica a largo plazo o discernir qué país queremos, o hacía adónde vamos
Debemos pensar o entender que este bicentenario debe equilibrar la celebración y la reflexión; ya que la celebración no puede olvidar repensar el país; porque en este caso -entonces- la conmemoración se vería desdibujada, desvirtuada, trivializada. Y más aun la reflexión no debería limitarse a ahondar en el pasado en base al rencor
Tampoco, me parece, se debe ver acotada al paso de dos siglos sin mirar el horizonte que proyecta el futuro; por lo tanto la celebración y la reflexión no pueden estar ajena una de la otra-
Para conmemorar este 25 de mayo, que es una fecha fundamental donde se fundan los componentes de nuestra historia, deberemos hacer memoria y tratar de reflejarnos en el pensamiento de aquellos como Alberdi, que en 1837 convocaba a los argentinos a repensar sobre el proyecto de país, porque un país no se construye de un día para el otro
También es cierto que la libertad no se consigue fácilmente, sino que se construye y hoy a mi criterio lo que está faltando en nuestra patria es la paz interior y esto se logra en base al respeto por la ley.
Tenemos la constitución como medio fundamental para conseguir la paz interior
Nuestra generación y las generaciones venideras tenemos a partir de 1983, con la recuperación de esta democracia que ha tenido innumerables inconvenientes, la responsabilidad de recuperar y adaptar a la modernidad a aquel país del equilibrio, de la estabilidad social, que en algún momento tuvimos los argentinos y que fuimos perdiendo con el transcurrir del tiempo,
Además nuestra generación y las generaciones venideras tienen la responsabilidad de construir instituciones fuertes, confiables; de trabajar y de buscar el respeto por la ley y de trabajar por el diálogo, por el consenso por el acuerdo, ya que de esta manera construiremos una nación , afianzaremos y fortaleceremos la democracia, para que no solamente democracia sea o signifique emisión del sufragio o simple ejercicio electoral.
Es bueno recordar que cuando comenzamos a militar, pensamos en aquellos que en los albores de la patria habían asumido, quizás, un compromiso parecido, cuando decidieron militar por una idea sin medir los miedos y con espíritu altruista.
Pero también es cierto que aquellos que plantaron los cimientos no dudaron un solo instante, no claudicaron ni una sola vez, ni bajaron los brazos para soñar con un país sin diferencias y donde todos tengamos las mismas posibilidades.
Debemos trabajar para recuperar la confianza y para construir la unión nacional desde el parlamento, buscando que el debate se perfile como una discusión imprescindible y tratando de construir un proyecto de nación que revierta la parálisis que sufre la Argentina
El parlamento debe permitir la construcción de nuevos escenarios sociales, la renovación conceptual que permita abordar de manera innovadora los problemas comunes, así se podrá revalidar la política.
Y si esto ocurre el 2010 será el mejor homenaje al Bicentenario
Un año para trabajar y construir. Alguien dijo que “el mundo es una perversa inmensidad echa de ausencias”, por eso es importante que lo llenemos de presencias.
Que hoy a la luz y a la sombra de aquellos próceres, ese poco de luz nos inunde el alma aunque sigamos siendo, irremediablemente, un relámpago en la eternidad; que en esta eternidad de este segundo hagamos una pausa, miremos hacia atrás a los que nos trajeron, y observemos hacia adelante, a nuestros hijos, que son los que nos llevan.
Son 200 años para celebrar, pero sin dejar de reflexionar.
* Ricardo Rodríguez es presidente del Comité Departamental de la Unión Cívica Radical.
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