El Fetiche del “Petróleo estratégico”
Por Ernesto Poblet* EL ARGENTINO/ Colaboración
Durante el régimen monopólico de YPF en cada provincia petrolera el administrador local de la empresa estatal y sus funcionarios abarcaban un poder real muy por encima de las potestades de los propios gobernadores “autónomos”. Con ello se desnaturalizaba la esencia federalista que hizo grande al sistema en los Estados Unidos y Canadá, esta última nación con la experiencia de la provincia de Alberta para los hidrocarburos donde todo se resolvía en las ciudades de Edmonton o Cálgary sin necesidad de hacerse la excursión a la capital Ottawa. En las demás provincias de su inmenso territorio ¡fueron muy federales los canadienses…! pero sin los alardes normativos con que la Argentina pretende ocultar su realidad centralista. Resultaba difícil medio siglo atrás -y ahora también- contrariar cierto dogma generado en la pasión “nacionalista” del siglo XX contagiado por la Europa de los dictadores entre 1917/45 y hasta 1989 los de la zona detrás de “la cortina de hierro” o el Muro de Berlín. Esa pasión irracional siempre terminó por orientar con simpatía hacia los complicados esquemas estatistas, centralistas, dirigistas, corporativos, colectivistas, monárquicos, militaristas e incluso autoritarios y dictatoriales, absolutamente antieconómicos todos, sin que puedan lucir un solo antecedente histórico triunfante. Los países árabes autoritarios -y peor- repetidas veces teocráticos, nuestras naciones latinas subdesarrolladas e igualmente las del África, siguen encegueciéndose con sacralizar estos recursos naturales bajo la advocación de un “elemento estratégico”, negándosele a los hidrocarburos su naturaleza bien ganada de verdaderos commodities destinados al consumo, no renovables y con fecha “incierta” de extinción o reemplazo y muy factibles de desaparecer por distintos motivos. Mientras sigan considerando al petróleo un reverenciado y adorado becerro de oro negro asimilado a la "soberanía", el resultado será siempre el más injusto: el suculento negocio del petróleo, cuando se practica desde el Estado, con "ilicitudes perniciosas" y sin riesgos ni competitividad, sólo beneficiarán a los funcionarios corruptos y burócratas del Estado enriqueciendo sus inícuas "cajas-bóveda", empobreciendo a sus pueblos como ocurre en los estatistas países árabes y la actual Venezuela, antes en México, la ex Unión Soviética y otros ejemplos cantados incluyendo al Brasil anterior a Fernando Henrique Cardoso, cuando Petrobras -antes de 1993- era un monopolio burocrático del Estado y Brasil un fracaso en las exploraciones de tierra firme. ¿Qué diferencia se puede encontrar entre el sistema de las oligarquías estatales generadoras de un “Ogro Filantrópico” como la YPF de 1932/58 bajo la ley 11.668, las dos familias de Arabia Saudita (los Saúd y los Wahabi) y el caso de los ayatollas iraníes, quienes asociados -cada grupo en una compacta mafia- controlan y manejan los más gigantescos yacimientos del mundo en su propio subsuelo, para lujo exótico y exclusivo de sus respectivos clanes de monarcas omnímodos y el mundillo cerrado de gerentes, técnicos y empleados aquiescentes de las teocracias que los manipulan…?
En el fondo, todo esto se trata de lo que se dio en llamar hace algunos años atrás el “nacionalismo de medios” en contraposición al nacionalismo de fines consagrado en el discurso y la política ejecutada por el presidente Arturo Frondizi, cuyos resultados efectuaron un autoabastecimiento de combustibles y energía lamentablemente perdido en esta triste década... ¿cual fue el secreto de aquella política? Sencillamente ofrecer confianza a los inversores privados y de allí obtener un "ilimitado" crédito internacional del cual nos hemos alejado irracionalmente con desplantes absurdos, confiscaciones y maniobras de mal pagador.
*El autor fue abogado apoderado de YPF en Europa y Estados Unidos. Último libro publicado: "Desencuentros en América" OLMO Ediciones. Año 2009.
En el fondo, todo esto se trata de lo que se dio en llamar hace algunos años atrás el “nacionalismo de medios” en contraposición al nacionalismo de fines consagrado en el discurso y la política ejecutada por el presidente Arturo Frondizi, cuyos resultados efectuaron un autoabastecimiento de combustibles y energía lamentablemente perdido en esta triste década... ¿cual fue el secreto de aquella política? Sencillamente ofrecer confianza a los inversores privados y de allí obtener un "ilimitado" crédito internacional del cual nos hemos alejado irracionalmente con desplantes absurdos, confiscaciones y maniobras de mal pagador.
*El autor fue abogado apoderado de YPF en Europa y Estados Unidos. Último libro publicado: "Desencuentros en América" OLMO Ediciones. Año 2009.
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