Argentina sumó el bronce en básquet a puro coraje
Argentina ganó el domingo la segunda medalla de su historia en el básquetbol olímpico al quedarse con el bronce de los Juegos de Pekín-2008 tras vencer a Lituania por 87 a 75, de la que de paso se vengó por la derrota que le infligió en el debut.
Los albicelestes, que cedieron el título ganado hace cuatro años en Atenas al caer en viernes en semifinales frente al Dream Team por 101 a 81, había sido batidos por los europeos del este (79-75) el 10 de agosto en la primera fecha del torneo.
Lituania por su parte volvió a quedar cuarto, como hace cuatro años en la capital griega, tras caer frente a España el viernes por 91 a 86. Los del Mar Báltico sumaron sus quintos Juegos Olímpicos consecutivos llegando hasta las semifinales, pero sin poder superarlas, aunque en Barcelona-1992, Atlanta-1996 y Sydney-2000 se colgaron el bronce.
Sin su estrella Manu Ginóbili, lesionado y sentado en la banca sin uniforme deportivo, pero con cinco jugadores anotando más de 10 puntos, Argentina comenzó a construir su victoria en el segundo cuarto, para irse al descanso con ventaja de 46-34.
Con otra sensacional actuación, Carlos Delfino anotó 20 puntos y agarró 10 rebotes, siendo el máximo anotador y reboteador del partido, mientras que Luis Scola sumó 16
unidades, Andrés Nocioni 14 y los reservas Paolo Quinteros y Leonardo Gutiérrez 11 cada uno.
En Lituania se destacó su capitán Ramunas Siskauskas con 15 tantos, y Rimantas Kaukenas, que aportó 14, mientras que el fenomenal base Sarunas Jasikevicius, el alma del equipo, lució apagado y apenas aportó nueve tantos y sólo tres asistencias.
Cinco triples consecutivos -tres de Paolo Quinteros y uno cada uno de Leonardo Gutiérrez y del Chapu Nocioni- de los ocho que anotó en la primera mitad, le habían dado a los albicelestes una máxima ventaja de 13 puntos (44-31) con dos minutos por
jugar en el primer tiempo, ante un equipo lituano al que le estaban haciendo daño con una de sus principales armas.
A la vuelta de los vestuarios, el quinteto dirigido por Sergio Hernández salió a asegurar el bronce y con tres robos consecutivos y sus posteriores conversiones en los últimos dos minutos del tercer cuarto logró la mayor diferencia del encuentro, 24 unidades (68-44).
Lituania intentó volver al partido en los últimos diez minutos y si bien achicó la desventaja, nunca pudo quedar a menos de 11 unidades, hasta que un nuevo triple ?el undécimo de los sudamericanos- de Leonardo Gutiérrez con 3:39 minutos por jugar cerró definitivamente el partido y le aseguró una nueva medalla a Argentina, la segunda de su historia tras el oro en Atenas.
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