Chacarita ascendió al Nacional “B”
Un gol del veterano Damián Manso en el momento más dramático del partido frente a Villa Dálmine le dio ayer a Chacarita el ascenso a la Primera B Nacional, categoría a la que volverá después de dos años y medio.
El tanto del "Funebrero", que tenía que ganar para conseguir el ascenso como primero de la zona A, llegó a los 30 minutos del segundo tiempo, paradójicamente con un cabezazo al primer palo del "Piojo" Manso -que anotó su primer gol- y cuando el local en San Martín jugaba con un hombre menos por la expulsión de Esteban Pereyra.
Ante más de 16 mil personas en su cancha, Chacarita obtuvo el gol del ascenso obligado porque Estudiantes de Buenos Aires, el tercero en discordia junto a Dálmine, ganaba 1-0 como local a Brown de Adrogué y con el empate en San Martín, era quien conseguía el boleto a la Primera B Nacional.
El "Funebrero", que en 20 partidos ganó 12, empató 6 y sólo perdió 2, supo revertir a tiempo su imagen luego de verse inmerso en una crisis futbolística que obligó a la renuncia de Fabián Itabel como DT.
Tras el interinato de Daniel Leani y Darío Passaggio, la dirigencia del club de San Martín confió en un histórico del club como Aníbal Biggeri, que cambió la mentalidad del plantel
y se apoyó en jugadores experimentados como Manso o Víctor Zapata -autor de un gol clave en el clásico contra Atlanta-.
Ante más de 16 mil personas en su cancha, Chacarita obtuvo el gol del ascenso obligado porque Estudiantes de Buenos Aires, el tercero en discordia junto a Dálmine, ganaba 1-0 como local a Brown de Adrogué y con el empate en San Martín, era quien conseguía el boleto a la Primera B Nacional.
El "Funebrero", que en 20 partidos ganó 12, empató 6 y sólo perdió 2, supo revertir a tiempo su imagen luego de verse inmerso en una crisis futbolística que obligó a la renuncia de Fabián Itabel como DT.
Tras el interinato de Daniel Leani y Darío Passaggio, la dirigencia del club de San Martín confió en un histórico del club como Aníbal Biggeri, que cambió la mentalidad del plantel
y se apoyó en jugadores experimentados como Manso o Víctor Zapata -autor de un gol clave en el clásico contra Atlanta-.
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