Copa América
Paraguay aguantó y despachó en los penales a un errático Brasil
Paraguay se clasificó semifinalista de la Copa América, al vencer a Brasil por 2 a 0 en la definición por tiros penales de un emotivo encuentro disputado en el Estadio Único de La Plata, tras haber igualado en cero durante el tiempo reglamentario y el alargue.
En la tanda de penales los brasileños fallaron los cuatro remates que ejecutaron, lo que simplificó las cifras, ya que el elenco guaraní pasó de fase con las anotaciones logradas en segundo y tercer turno.
Esta circunstancia es histórica ya que jamás una selección brasileña había quedado en cero en una definición desde los doce pasos. Justo Villar, arquero del elenco albirrojo, resultó la figura excluyente de un partido en que Brasil padeció de una notoria anemia a la hora de convertir, mal que se prolongó incluso a la serie de penales.
Además, Paraguay alcanzó las semifinales del torneo continental sin haber ganado ningún partido en los 90 minutos reglamentarios; de hecho, empató los cuatro que jugó hasta el momento.
Brasil terminó jugando sin tres de sus figuras fundamentales, ya que fueron reemplazados sucesivamente Neymar, Ganso y Pato.
Así, se fue el segundo grande y gran candidato a ganar la Copa América, un día después del conjunto local, la Selección argentina de fútbol, eliminada el sábado por Uruguay en Santa Fe.
Los números de Brasil son tan contundentes en el aspecto histórico, con ocho títulos en el certamen, cuatro de ellos logrados en las últimas cinco ediciones, como en el trámite de este partido, en que produjo no menos de diez situaciones de gol contra tres del adversario.
Paraguay aguantó de manera providencial, salvado la mayoría de las veces por el arquero, en otras por algún defensor en la línea y en las restantes por la acumulación de jugadores dentro del área, que trabaron a los brasileños.
Algo les habrá molestado también a los integrantes del equipo amarillo, el estado extraño del campo de juego, arenoso, con matas de pasto que se levantan pesadamente ante cada fricción.
El partido tuvo toda clase de variantes en su desarrollo y en ningún momento se pudo imaginar que Paraguay se acercaría otra vez a una final de esta Copa, instancia a la que no llega desde hace 48 años.
La ruidosa celebración del final es demostrativa de lo que fue el encuentro y el campeonato todo para estos guaraníes que no han ganado un solo juego, ya que hoy el tiempo reglamentario finalizó igualado sin goles.
No obstante, el equipo dirigido por Gerardo Martino, salió a proponer juego y a llevar la pelota lejos de su guardameta, consciente del poderío de un rival que había explotado frente a Ecuador y a sabiendas de que habían igualado 2 a 2 en la fase de grupos.
Pero nunca Paraguay puso en aprietos al conjunto brasileño, que se defendió correctamente con una línea de tres jugadores integrada por Lucio, Thiago Silva y André Santos; dejando a Maicon suelto y por lo tanto algo adelantado.
Además, no había un creador claro en el equipo albirrojo, que apenas tiraba pelotazos y se defendía en masa. En 25 minutos el partido se soportaba ya que el trámite se había hecho aburrido, pero enseguida un error de Paulo Da Silva en la salida de la defensa paraguaya derivó en un tiro de Neymar que se fue cerca del palo derecho y a los 32, Villar salvaba frente Lucio, quien estuvo cerca de marcar tras un tiro libre. A los 39, André Santos pateó a las nubes desde la puerta del arco.
Los primeros minutos del segundo tiempo resultaron de un abrumador predominio de Brasil, que se lo volvió a perder por intermedio de Neymar (salvaron en la línea), en una jugada en que probó al arco la mitad del equipo. El técnico Gerardo Martino observaba desde el vértice de su zona y la pregunta de todo el estadio era cuánto iba a poder aguantar Paraguay jugando dentro de su área. El público brasileño se impacientaba, pero todo indicaba que era cuestión de tiempo para que la pelota ingresara al arco de los paraguayos.
Neymar probó a los 10 y la pelota se fue lamiendo el palo izquierdo, luego Brasil pareció algo nervioso y en los minutos subsiguientes, los dos equipos coquetearon con el riesgo, jugando peligrosamente para los arqueros y salvándose providencialmente.
A los 21 comenzó el show de Villar, quien salvó abajo ante un disparo de Ganso, luego frente a Pato en dos ocasiones. Y cuando no estuvo el arquero, Barreto salvó en la línea un cabezazo de Fred. asta entonces Paraguay no había llegado nunca. Claro que los cambios le cambiaron la fisonomía, porque Elvis Marecos se plantó firme en defensa e incluso le dio más protagonismo a Antolín Alcaraz, Hernán Pérez manejó algo el balón y Barreto probó de media distancia.
Todas esas virtudes las mostró en los minutos finales del partido y en el comienzo del tiempo suplementario, que terminó a las trompadas, producto de las fricciones que comenzaron a producirse cuando nadie quería perder. El segundo tiempo suplementario se dio por demás interesante, con equipos que si se equivocaban perdían; con Brasil manejando la pelota por lo menos para no correr riesgos y con un Paraguay que, en su campo, ejercía una discreta presión para salir de contragolpe y sorprender al rival.
En ese renacer del equipo ahora clasificado a semifinales se vieron sus tres ocasiones de gol, un disparo de media distancia de Barreto que atajó Julio César y dos tiros desviados de Nelson haedo Valdez, el último por habilitación de Estigarribia.
A la hora de los penales, Elano la mandó a las nubes y Barreto desviado cerca del palo derecho; Villar se lo atajó a Thiago Silvia, convirtieron Estigarribia y Riveros, en tanto que André Santos la mandaba por arriba. El último tiro fue el de Fred quien, presa del nerviosismo hizo lo que pudo, amagó, probó y mandó afuera las chances de Brasil.
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