Acompañar vocaciones
La Feria de las Carreras comenzará hoy. Se trata de un espacio que fue abierto por las instituciones de educación superior de la ciudad y que por primera vez contará con el acompañamiento del Municipio.
A esta altura del año, muchos jóvenes se disponen a terminar el ciclo de educación media y comienzan a vivir lo que será la instancia de una carrera superior o universitaria con la decisión que responda al interrogante qué estudiar, dónde y para qué hacerlo.
Se trata de un tiempo difícil, de maduración, de permanentes dudas… de elección. Es un tiempo donde los padres no pueden estar ausentes, pero tampoco invadir, dado que la mejor elección es la que cada estudiante pueda asumir.
Es importante tener en claro los intereses personales, las habilidades y los deseos. Después de todo, hay que tomar conciencia que nadie estudiará por uno.
En este marco surgen dos interrogantes: ¿Elegir la carrera sólo a partir de lo que uno imagina que será su futuro profesional? o ¿es mejor hacer lo que a uno le gusta? La experiencia de aquellos estudiantes universitarios que están terminando su carrera, indica que siempre es mejor estudiar lo que a uno realmente le gusta y no lo que el medio impone.
No hay que olvidar que se trata de una carrera que debe dar gratificaciones, que será el ejercicio profesional diario donde uno sentirá que estará haciendo lo que realmente le gusta.
El otro aspecto a tener en cuenta, especialmente por los padres, es que la decisión de abrazar una vocación no implica necesariamente una decisión inmodificable.
No hay que olvidar que abrazar un sueño, un ideal, un proyecto de vida, implica un proceso de madurez y de experiencia, que nunca se da de una sola vez y para siempre. Es un proceso más que un resultado. Se trata, en definitiva, de decidir el paso siguiente que permita dar respuesta a lo que uno quiere ser y qué lugar ocupará en el futuro, qué rol se ejercerá en la sociedad y lo que una persona quiere dedicarse en la vida, todos los días.
En Gualeguaychú como en la provincia existe un abanico muy amplio de carreras que abarcan a la mayoría de las ciencias. Nunca está demás acercarse a una casa de altos estudios, justamente porque allí se puede recibir la orientación esencial para esta toma de decisión. Y qué mejor oportunidad que tener a todas esas casas de estudios en un mismo espacio como es la Feria de las Carreras.
La cultura del esfuerzo tiene su parangón con la constancia en el estudio. La sociedad requiere de excelentes profesionales y mejores ciudadanos. He ahí el contexto de una decisión que es trascendente.
El mundo actual ofrece un amplio abanico de posibilidades, tal vez como nunca antes había existido. Es una generación privilegiada por la diversidad de opciones. Que esas alternativas no eclipsen las reales vocaciones. He ahí la tarea de saber acompañar una decisión que marcará para el resto de la vida: la vocación.
Se trata de un tiempo difícil, de maduración, de permanentes dudas… de elección. Es un tiempo donde los padres no pueden estar ausentes, pero tampoco invadir, dado que la mejor elección es la que cada estudiante pueda asumir.
Es importante tener en claro los intereses personales, las habilidades y los deseos. Después de todo, hay que tomar conciencia que nadie estudiará por uno.
En este marco surgen dos interrogantes: ¿Elegir la carrera sólo a partir de lo que uno imagina que será su futuro profesional? o ¿es mejor hacer lo que a uno le gusta? La experiencia de aquellos estudiantes universitarios que están terminando su carrera, indica que siempre es mejor estudiar lo que a uno realmente le gusta y no lo que el medio impone.
No hay que olvidar que se trata de una carrera que debe dar gratificaciones, que será el ejercicio profesional diario donde uno sentirá que estará haciendo lo que realmente le gusta.
El otro aspecto a tener en cuenta, especialmente por los padres, es que la decisión de abrazar una vocación no implica necesariamente una decisión inmodificable.
No hay que olvidar que abrazar un sueño, un ideal, un proyecto de vida, implica un proceso de madurez y de experiencia, que nunca se da de una sola vez y para siempre. Es un proceso más que un resultado. Se trata, en definitiva, de decidir el paso siguiente que permita dar respuesta a lo que uno quiere ser y qué lugar ocupará en el futuro, qué rol se ejercerá en la sociedad y lo que una persona quiere dedicarse en la vida, todos los días.
En Gualeguaychú como en la provincia existe un abanico muy amplio de carreras que abarcan a la mayoría de las ciencias. Nunca está demás acercarse a una casa de altos estudios, justamente porque allí se puede recibir la orientación esencial para esta toma de decisión. Y qué mejor oportunidad que tener a todas esas casas de estudios en un mismo espacio como es la Feria de las Carreras.
La cultura del esfuerzo tiene su parangón con la constancia en el estudio. La sociedad requiere de excelentes profesionales y mejores ciudadanos. He ahí el contexto de una decisión que es trascendente.
El mundo actual ofrece un amplio abanico de posibilidades, tal vez como nunca antes había existido. Es una generación privilegiada por la diversidad de opciones. Que esas alternativas no eclipsen las reales vocaciones. He ahí la tarea de saber acompañar una decisión que marcará para el resto de la vida: la vocación.
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