Al final de cuentas… ¿quién mentía?
En agosto de 2008, al participar como invitado al programa televisivo del Dr. Nelson Castro, el ahora Jefe de Gabinete ridiculizó la versión según la cual Antonini Wilson -el hombre que introdujo la valija con 800 mil dólares para la campaña de la actual Presidente- había estado en la Casa de Gobierno acompañando a Hugo Chávez en su encuentro con Néstor Kirchner.
Con gesto rubicundo, tal cual es su costumbre, Aníbal Fernández atribuyó la versión a una suerte de invento periodístico en complicidad con grupos opositores. Y en tono desafiante, afirmó que era imposible que Antonini hubiera logrado eludir los controles de la Rosada por lo que desafiaba a que se aportaran las pruebas del caso “y no meras palabras, como las que está usando esta noche usted, Dr. Castro”.
Pese a que el colega le aconsejó “no ponga las manos en el fuego por los servicios de controles o de seguridad, porque, ministro, le aseguro que se va a quemar…” Pero el Jefe de Gabinete siguió con su sonrisa socarrona en su papel de dueño de la verdad.
Hace pocas horas, sin embargo, por una solicitud de la Justicia al Canal de la Televisión Pública, el bochorno vuelve a salpicar a Fernández y por ende a todo el Gobierno: en el video presentado por el ex Canal 7 se observa nítidamente la presencia de A. Wilson en la Rosada junto a Chávez y Kirchner. Ello demuestra que no se trató de un complot periodístico en complicidad con “la contra”.
Apenas horas antes, el Jefe de Gabinete había opinado que Mauricio Macri debía renunciar por el tema de las escuchas telefónicas o espionaje. Aníbal Fernández, por su parte, pese a que negó el escándalo de la valija con los 800 mil dólares para la campaña de Cristina, tampoco ha dado señales de tener intenciones de renunciar cuando sus propias afirmaciones de agosto de 2008 a Nelson Castro en cualquier hombre de bien hubiera precipitado su alejamiento de funciones a las que, indudablemente no honra
Como en todos los órdenes de la vida, también en la función pública no hay que parecer sino SER, como una manera de darle la espalda a todo amago de corrupción, como fue, sin duda, ocultar la presencia de Antonini Wilson en la Casa Rosada. ¿O esto no es complicidad con el delito de las maletas venezolanas?
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