Defender la cultura
So pretexto de defender a la cultura, de un tiempo a esta parte asistimos a un proceso de alarmante deformación cultural, sobre todo en la televisión, que es el medio más vulnerable, por haber caído en manos de productores que se vanaglorian de ser transgresores.
Hoy día la transgresión ha pasado a ser como un bien al que hay que defender sin el menos sonrojo, aunque para hacerlo se estén destruyendo loa valores esenciales de lo que se dice defender.
A partir del accionar de una piara de transgresores, lentamente se ha ido construyendo el país de ?vulgaria?, lo cual permite que lo vulgar sea la miga de una cultura que se sustenta sobre cimientos de arenas movedizas.
Puede afirmarse que la cultura en manos de los ?progres? se ha transformado en la malversación del buen gusto, de tal suerte que el uso de las buenas palabras está considerado como algo aberrante y en desuso. Ello ha traído como consecuencia que porque a algunos cierta vez apelaron a lo vulgar debemos aceptar la vulgaridad como un fenómeno cultural ante quien debemos someternos.
Sin que nos diéramos cuenta, nos obligan a ser habitantes de ?vulgaria?, país donde hasta lo bello está prohibido. Y allí donde escasea la belleza prevalece la cultura de los necios que quieren hacernos creer que debemos borrar de nuestros labios y sobre todo de nuestro corazón, las palabras que sublimizan el buen gusto y el respeto al bien decir.
La cultura en su lugar. Los detritos en su lugar de origen, sin pretender hacernos rehenes
del mal gusto o de la hediondez de la anticultura.
Resulta absolutamente inaceptable que los medios de comunicación, y sobre todo los canales que llevan la educación fuera y dentro de nosotros mismos, caigan en manos de transgresores que, lo reconozcan o no, han renunciado a vivir en ambientes sanos para someterse a corrientes culturales contaminantes.
Por de pronto, aspiramos que nuestros hijos se formen en la vieja y sagrada escuela de la buena educación y no formados por los transgresores, los vulgares maestritos ?ciruela? para no confundirlos con los maestros ciruelas que eran otra cosa.
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