El desarrollo cada vez más imposible
Obras viales en el Departamento que están demoradas. Mantenimiento de los llamados caminos de la producción deficientes.
Una Zonal de Vialidad que está derrochando lo mucho que se logró avanzar en la gestión pasada.
Nuevamente la Zonal de Vialidad ha incrementado su histórica deuda con la mayoría de los colonos y productores del Departamento.
Los caminos secundarios y terciarios no están bien, lo que representa un obstáculo para sacar la producción y un peligro cotidiano para quienes lo transiten.
No se trata ya de un período caracterizado por lluvias, sino de una desidia que alguien deberá ponerle un límite.
Lo que está sucediendo en el Departamento Gualeguaychú –que es uno de los más castigados- no es nuevo. Pareciera que la administración central no ha acertado siquiera en sostener los logros obtenidos en la gestión pasada y el retroceso es evidente. El desarrollo integral de los pueblos y ciudades es cada vez más imposible en las actuales condiciones.
La Zonal ha sido incapaz incluso de mantener limpio los costados de las banquinas en los accesos a Gualeguaychú, especialmente en la zona Norte; amén de que las señalizaciones de la ruta son inexistentes.
El estado de los caminos, especialmente los de tierra y ripio, no han tenido un mantenimiento adecuado y así el deterioro de la red caminera está como está no por las lluvias, sino por la falta de intervención del organismo vial.
En todo caso habría que recalcar que los factores climáticos (como la lluvia) no generan los obstáculos sino que los profundiza o los hace más visibles. Y esto ocurre por una única razón: no se ha cumplido en tiempo y forma con el mantenimiento y repaso mínimo y las prometidas obras no se han realizado como se las ha planificado o anunciado.
Por la desidia de la Zonal de Vialidad, los productores, los colonos y los vecinos de las Juntas de Gobierno deben soportar a menudo el aislamiento en pleno siglo XXI.
Y cuando no están aislados, los pobladores del Departamento deben sufrir la falta de una red vial estable y confiable. ¿Si en la primera gestión de gobierno de Sergio Urribarri la Zonal de Vialidad pudo jerarquizarse y recuperar la confianza de los colonos, por qué en este período ni siquiera se es capaz de mantener aquel nivel de trabajo? Nadie lo puede responder, excepto por la desidia o la desatención.
Urge tomar conciencia que este problema (que vuelve a ser crónico) no sólo afecta al sector agrario (en tiempos de siembra y de cosecha), sino también lo padecen de manera integral los tamberos, los ganaderos y el comercio en general. Incluso afecta la vida de los escolares, de los vecinos que necesitan trasladarse por razones de salud, engloba también a quienes simplemente quieren visitar a un ser querido… en otras palabras, afecta la normal vida que merecen tener quienes viven en el interior del Departamento.
La Zonal de Vialidad debería ser el organismo más aliado de estas poblaciones y se ha convertido en los últimos dos años en su principal obstáculo para el desarrollo.
Es urgente replantearse el rol que debe prestar tanto la Zonal como la propia Dirección Provincial de Vialidad en materia de calidad de servicios.
Y así como se señala que la red vial secundaria y terciaria se encuentra en un estado precario, también hay que expresar que nada indica hasta el momento que se vaya a mejorar.
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