El sueño que no fue
El domingo pasado, participando de la celebración patronal de la parroquia San Juan Bautista, actuó la banda de la municipalidad de la ciudad de Victoria. Escuchándola, experimentamos una sana envidia ya que éste es uno de los pocos logros que no hemos logrado materializar.
Enseguida nos vino a la memoria el recuerdo de aquel querido y querible vecino que se llamó Héctor Grané, quien bajó a la tumba sin ver cumplido uno de sus más caros sueños: la banda municipal Gualeguaychú.
Es cierto que pudo ver en vida cristalizar lo que algunos pensaron que se trataba de simples quimeras. Tal fue el caso del Rincón de los Poetas -hoy pasto del olvido por parte de funcionarios que se dicen de la cultura- y de la Escuela de Horticultura.
Aquel inolvidable vecino fue también el que propició la realización de los certámenes literarios, los que también fueron ?desaparecidos?, quizás porque no se pudo introducir en ellos el nefando condimento ideológico setentista.
Pero retornando a lo de la banda victoriense, cuesta creer que Gualeguaychú nunca haya podido contar con una banda estable municipal. Esta ausencia se debe a que, como en el caso de "Mincho" Grané, se debió tropezar con la indiferencia y la ignorancia de los de siempre.
Es cierto que en lugar de una banda contamos con profusas batucadas con las cuales, por supuesto, no podemos acompañar los desfiles patrios. ¡No importa!. ¡Sobran los discos compactos que sirven para darle marco a las marchas militares!
Tampoco es importante pensar en crear una banda municipal. ¡Para qué gastar en cultura si tenemos fogata!
Nos agradó el espíritu el poder deleitarnos con la banda de Victoria. Pero nos dolió en el alma el constatar que en Gualeguaychú nunca pudimos tenerla, siendo aún el sueño del Dr. Grané la gran frustración gualeguaychense.
¿Tendremos que esperar a otro Grané para que algún día se concrete en realidad lo que supo soñar aquel Quijote virtual?
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