Fortalecimiento de las escuelas técnicas
Las Escuelas Técnicas Profesionales hoy celebran su día. La fecha fue instaurada porque en 1959 se creó el Consejo Nacional de Educación Técnica (Conet), organismo que rige la enseñanza de distintas especialidades tecnológicas y científicas en numerosas escuelas del país, actualmente llamado Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET).
El INET es el organismo del Ministerio de Educación que es responsable de la coordinación de las políticas públicas relativas al desarrollo y fortalecimiento de la educación técnico profesional en los niveles secundario, superior y de formación profesional.
Fue Osvaldo Magnasco, hijo de Gualeguaychú, el creador de la ley de educación técnica y quien tuvo la visión que de sus aulas pudieran egresar no sólo trabajadores calificados para industrializar al país sino también excelentes alumnos para continuar los estudios con las ciencias superiores.
Actualmente, las escuelas técnicas distribuidas en Entre Ríos están pasando por un momento tan histórico como excepcional, dado que nunca como hoy se las ha jerarquizado en presupuesto como en infraestructura: Gualeguaychú es testigo de ello.
No es casual que las empresas automotrices internacionales que están radicadas en el país o las empresas radicadas en el Parque Industrial, suelen tomar contacto con estos alumnos en sus últimos años de estudios porque está probado el alto profesionalismo que logran adquirir en sus trayectorias educativas. De esto también dan testimonio los propios directivos y alumnos locales.
Las escuelas técnicas tienen una fecunda trayectoria y han sido decisivas para el ascenso social y también para generar los desarrollos económicos y culturales del país.
En el siglo XIX –donde el paradigma de la Ilustración era dominante- la educación tuvo una clara orientación hacia la agricultura, el comercio, las humanidades y los oficios.
A principios del siglo XX, se logra el carácter estatal, universal y laico gracias a la Ley 1420 conocida como de Educación Común y que comprendió a las Escuelas Técnicas.
Luego, de 1930 hasta mediados de la década del ´50, se jerarquiza la enseñanza de artes y oficios y más tarde las que otorgan el título de técnico especializados en diversas ciencias y oficios.
El retorno de la democracia en 1983 permitió cambios y transformaciones. Pero la mayor dificultad estuvo en lo presupuestario. Así, en la década de los ´90, muchas escuelas técnicas tuvieron que cerrar junto con la industria nacional que también bajaba sus persianas y las que lograron sobrevivir, lo hicieron enseñando con herramientas desactualizadas.
Por eso hay que valorar este presente de las Escuelas Técnicas, que tal vez sea el más potente de su historia y se trata de un presente que invita siempre a izar la bandera de la educación como un ámbito propicio para cultivar la cultura del esfuerzo y aprovechar mejor las oportunidades para el crecimiento integral.
Fue Osvaldo Magnasco, hijo de Gualeguaychú, el creador de la ley de educación técnica y quien tuvo la visión que de sus aulas pudieran egresar no sólo trabajadores calificados para industrializar al país sino también excelentes alumnos para continuar los estudios con las ciencias superiores.
Actualmente, las escuelas técnicas distribuidas en Entre Ríos están pasando por un momento tan histórico como excepcional, dado que nunca como hoy se las ha jerarquizado en presupuesto como en infraestructura: Gualeguaychú es testigo de ello.
No es casual que las empresas automotrices internacionales que están radicadas en el país o las empresas radicadas en el Parque Industrial, suelen tomar contacto con estos alumnos en sus últimos años de estudios porque está probado el alto profesionalismo que logran adquirir en sus trayectorias educativas. De esto también dan testimonio los propios directivos y alumnos locales.
Las escuelas técnicas tienen una fecunda trayectoria y han sido decisivas para el ascenso social y también para generar los desarrollos económicos y culturales del país.
En el siglo XIX –donde el paradigma de la Ilustración era dominante- la educación tuvo una clara orientación hacia la agricultura, el comercio, las humanidades y los oficios.
A principios del siglo XX, se logra el carácter estatal, universal y laico gracias a la Ley 1420 conocida como de Educación Común y que comprendió a las Escuelas Técnicas.
Luego, de 1930 hasta mediados de la década del ´50, se jerarquiza la enseñanza de artes y oficios y más tarde las que otorgan el título de técnico especializados en diversas ciencias y oficios.
El retorno de la democracia en 1983 permitió cambios y transformaciones. Pero la mayor dificultad estuvo en lo presupuestario. Así, en la década de los ´90, muchas escuelas técnicas tuvieron que cerrar junto con la industria nacional que también bajaba sus persianas y las que lograron sobrevivir, lo hicieron enseñando con herramientas desactualizadas.
Por eso hay que valorar este presente de las Escuelas Técnicas, que tal vez sea el más potente de su historia y se trata de un presente que invita siempre a izar la bandera de la educación como un ámbito propicio para cultivar la cultura del esfuerzo y aprovechar mejor las oportunidades para el crecimiento integral.
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