'Gimnasia' peligrosa
El país acaba de asistir a un hecho ciertamente peligroso: el desalojo de personas que ocupaban las instalaciones de la empresa Kraft (ex Terrabusi), operativo que
estuvo a cargo de efectivos policiales bonaerenses en cumplimiento de una orden emanada de la Justicia. O sea que no se trató de un lanzamiento ordenado por el poder político que, si por él fuera, continuaría por tiempo indeterminado el Viva la Pepa en la Argentina.
Como sucede siempre en estos casos, los activistas acapararon cámaras para denunciar el atropello policial, olvidando consignar que mantuvieron ocupada la planta fabril por más de treinta días, en cuyo interin se la pasaron todo el tiempo cortando la Panamericana o yendo a la capital federal a causar estropicios a diestro y siniestro sin ser molestados por nadie. ¡Claro!. Para el ministro A. Fernández imponer el orden entra en la categoría de la represión.
Lo curioso es que mientras se desarrollaba el desalojo de Kraft los argentinos pudimos ver escenas que soliviantas, como el accionar de un sujeto que, armado con un enorme garrote, derribó de su cabalgadura a un policía que pudiendo haber respondido a la cobarde agresión se alejó del agresor.
Si alguien piensa o cree que el hecho mencionado forma parte de una acción aislada puede equivocarse y feo, en primer lugar porque la ocupación de Kraft sería nada más que el primer eslabón de una larga cadena de futuras nuevas ocupaciones fabriles, lo cual aparece corroborado por la cantidad de armas que se han secuestrado en los hechos del último fin de semana.
Sobrarían evidencias para abonar la sospecha que podría tratarse del principio de una peligrosa gimnasia destinada a desestabilizar la paz interior argentina con la complicidad de sectores ideológicos “especialistas en la materia”.
De hecho, los reclamos de reivindicaciones sociales serán sólo un pretexto o excusa para justificar futuras “revueltas populares” con epicentros en la actividad laboral con el “apoyo logístico” de algunas organizaciones sindicales expertas en la ocupación de la vía pública y en generar conflictos inexistentes para extraerle a los mismos el máximo provecho posible, comenzando por la “victimización” de trabajadores blanco de “la furia capitalista”…
¡Cuidado! Entonces porque podríamos estar en vísperas de jornadas violentas que todos sabemos como empiezan pero no como terminan…
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