Las guerrillas comunicacionales
Con visible estupor, América y el mundo se ha desayunado con la última novedad del régimen bolivariano que preside Hugo Chavez, el íntimo amigo del matrimonio presidencial argentino.
Como si fuera la cosa más natural del mundo, Venezuela acaba de anunciar la formación de las “guerrillas comunicacionales” para lo cual han sido convocados los estudiantes primarios y secundarios, los que, previo adoctrinamiento, serán los encargados de “vigilar” a los medios y periodistas venezolanos, los que vienen siendo acusados de la mayoría de los males que afligen a la patria de Simón Bolívar.
Lo instrumentado por Hugo Chavez produce asco y desnuda la real calaña de aquel siniestro personaje que sueña con ser el máximo referente americano, mientras, sin escrúpulo alguno, apela a lo más execrable de la política en defensa de su “modelo” (¿?).
Escuchando, por ejemplo, el contenido del juramento a que son obligados los imberbes guerrilleros, a cualquier hombre de bien se le hiela la sangre: cuesta creer que se le proponga a los niños venezolanos a abominar de los ricos, mientras se los incita a combatir a los periodistas en el terreno que fuere.
No hay duda que estamos en presencia de un desborde ideológico que genera pánico, sobre todo por las consecuencias futuras de un plan de características diabólicas y que, seguramente, intentará implantar en aquellos gobiernos que están imitando al chavismo.
En aquel sentido, dudamos que sea casualidad la actual campaña que se
esta desarrollando en la Argentina. ¿No es acaso una imitación los ataques a la televisión y radiodifusión venezolanas la ley de medios del
kirchnerismo? Y ¡ni hablar! de la campaña de calumnias y difamación contra prestigiosos hombres y mujeres periodista, parece ser un calco de la caraqueña, a lo que debe incluirse el mamarracho de Madres de Plaza de Mayo que, sin ningún respaldo popular, parodió un juicio ético al periodismo el que fue acompañado por el repudio generalizado de esa Argentina que no quiere dejarse embadurnar por el odio.
Este contenido no está abierto a comentarios