Otra vez bajo amenaza
Una vez más, ADEPA se ha visto forzada a salir a la palestra ante la certeza que los que ejercemos el periodismo libre e independiente somos blanco otra vez de la furia oficial, encarnizada en amenazar nuestra tarea, acudiendo incluso al dicterio y a veces a expresiones insultantes.
Promediando la semana, y tal cual está siendo costumbre en él, el ciudadano Néstor Kirchner zamarreó a un colega del periodismo escrito con frases hirientes y descomedidas, como si el hecho de haber ejercido la presidencia de la República o el ser el cónyuge de la Presidente le concediera un don especial que lo habilita a sentirse el dueño de la verdad en la República.
Ante un cúmulo de hechos y episodios que certifican que el poder gobernante se ensaña con el periodismo, para lo cual está apelando a un vasto repertorio de impropios y amenazas so pretexto de exigir la aprobación de una nueva ley de radiodifusión que ponga fin a la existencia de grupos monopólicos que manejarían en forma discrecional los medios de comunicación, es atendible que ADEPA reaccione de la forma que lo ha hecho, reacción que, en sí misma, contiene un severo llamado de atención al Poder Legislativo para que controle y morigere los ataques y exabruptos contra el periodismo y que tengan conciencia que a partir del l0 de diciembre muchos de ellos pasarán ser desocupados virtuales…
Pero lo que alarma de veras es observar como el actual oficialismo como nunca sucedió en la historia argentina está apelando a recursos que ponen a la sociedad al borde de la náusea al estar perdiéndose los escrúpulos más elementales a la hora de cuestionar a la oposición. En este sentido, no puede pasarse por alto la “distribución gratuita” en subterráneos, trenes y terminales de ómnibus de un enorme libelo propio de enajenados.
No se concibe que se haya descendido tan bajo para defender una ley que tal vez resulte necesaria pero no al punto de sostenerla con notas que rozan la infamia.
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