Se va un año intenso y llega otro cargado de expectativas
Este es el último diario de 2014. Es la última Editorial de un año intenso y se escribe lejos de proponer un balance, pero con la intención de proponer un reflejo que invite a reflexionar.
En materia política, el año que está a horas de iniciarse, despedirá a una Presidenta y a trece gobernadores que fueron en su momento reelectos con uno de los mayores porcentajes de votos desde el regreso de la democracia. A nivel local, por primera vez un intendente que también fue reelecto por un segundo mandato, dejará su gestión.
En algunos casos de planteará continuidad con cambios y en otros directamente cambios. Habrá que ver de qué manera la dirigencia logrará el voto de confianza tan necesario como imprescindible para aspirar a gestionar en un país con muchos recursos y no siempre bien aprovechados.
En materia económica, lo más impactante ha sido la ardua pelea con los fondos buitre, cuyo escenario también cambia por estas horas al perder vigencia la famosa cláusula RUFO que garantizaba igual trato a los bonistas que adhirieron al canje. Y claro está, la eterna lucha por un mejor salario que llevan adelante los trabajadores, especialmente los maestros y los estatales… y la inflación que sigue siendo uno de los mayores problemas sin solución inmediata. Al respecto, habrá algunos alicientes como el acuerdo firmado ayer entre la Provincia y la Nación para retrotraer las tarifas eléctricas en Entre Ríos a diciembre de 2013, sin descuidar la necesidad de nuevas inversiones en un sector cuya demanda va en constante crecimiento.
En el plano internacional, los hechos sobresalientes fueron muchos como la presente crisis europea, una de las peores de su historia. Y los conflictos armados en Siria, en Ucrania con el bloqueo y la nueva relación que se establecerá entre Estados Unidos y Cuba, que si bien tiene gestos humanitarios en rigor disimula necesidades económicas financieras.
La naturaleza también se hizo sentir y protestó durante el año que termina. El cambio climático no es algo que vendrá, sino que ya está instalado porque los países desarrollados no han sabido adecuar sus políticas en esta materia.
El Papa Francisco volvió a insistir en la necesidad de ejercer una solidaridad más comprometida con los migrantes, especialmente en los países ricos que cierran sus fronteras a aquellas personas víctimas de sus decisiones y que padecen los flagelos de la guerra, los conflictos internos, las violaciones a derechos humanos, la pobreza y el hambre.
A pesar de este cuadro de situación, el 2015 se presenta cargado de expectativas. No sólo porque será un año electoral, sino porque siempre es oportuno renovar las esperanzas de un mundo mejor. Para eso se requiere paz, justicia y verdad. Un buen motivo para reflexionar y acaso para brindar.
En algunos casos de planteará continuidad con cambios y en otros directamente cambios. Habrá que ver de qué manera la dirigencia logrará el voto de confianza tan necesario como imprescindible para aspirar a gestionar en un país con muchos recursos y no siempre bien aprovechados.
En materia económica, lo más impactante ha sido la ardua pelea con los fondos buitre, cuyo escenario también cambia por estas horas al perder vigencia la famosa cláusula RUFO que garantizaba igual trato a los bonistas que adhirieron al canje. Y claro está, la eterna lucha por un mejor salario que llevan adelante los trabajadores, especialmente los maestros y los estatales… y la inflación que sigue siendo uno de los mayores problemas sin solución inmediata. Al respecto, habrá algunos alicientes como el acuerdo firmado ayer entre la Provincia y la Nación para retrotraer las tarifas eléctricas en Entre Ríos a diciembre de 2013, sin descuidar la necesidad de nuevas inversiones en un sector cuya demanda va en constante crecimiento.
En el plano internacional, los hechos sobresalientes fueron muchos como la presente crisis europea, una de las peores de su historia. Y los conflictos armados en Siria, en Ucrania con el bloqueo y la nueva relación que se establecerá entre Estados Unidos y Cuba, que si bien tiene gestos humanitarios en rigor disimula necesidades económicas financieras.
La naturaleza también se hizo sentir y protestó durante el año que termina. El cambio climático no es algo que vendrá, sino que ya está instalado porque los países desarrollados no han sabido adecuar sus políticas en esta materia.
El Papa Francisco volvió a insistir en la necesidad de ejercer una solidaridad más comprometida con los migrantes, especialmente en los países ricos que cierran sus fronteras a aquellas personas víctimas de sus decisiones y que padecen los flagelos de la guerra, los conflictos internos, las violaciones a derechos humanos, la pobreza y el hambre.
A pesar de este cuadro de situación, el 2015 se presenta cargado de expectativas. No sólo porque será un año electoral, sino porque siempre es oportuno renovar las esperanzas de un mundo mejor. Para eso se requiere paz, justicia y verdad. Un buen motivo para reflexionar y acaso para brindar.
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