Vacíos que urgen ser llenados
Pese a que el sistema de obras sociales registra importantes avances es indudable que adolece de fallas notorias, vacíos que urgen ser llenados para que las prestaciones resulten insuficientes en desmedro de la salud colectiva.
Es sabido que hace poco debió intervenir la justicia para obligar a algunas obras sociales renuentes a extender sus servicios a favor de los obesos a partir de la sanción de una ley que que siempre fue considerada oportuna como indispensable.
Pero no vaya a ser cosa que un afiliado a equis obra social necesite para un familiar o para él mismo someterse a un trasplante o requerir una simple prótesis porque allí comienza la gran odisea. Para ello hay que armarse de una santa paciencia para someterse a mil y un trámites para demostrar que realmente necesita de un aporte de alta complejidad. ¡Ni hablar de los trasplantes!...
En ese sentido, la mayoría de las obras sociales están en deuda con sus afiliados pese a administrar millonarios presupuestos. Y esto es fácilmente demostrable: como hay que dejar atrás cientos de requisitos, la gente opta las más de las veces por acudir a la solidaridad pública para afrontar determinadas afecciones. Y esto forma parte de una peregrinaje de características ominosas.
Tal hecho nos lleva a reiterar nuestra propuesta, consistente en la formación de un fondo nacional destinado a prestar ayuda a aquellas personas que por distintas circunstancias están impedidas de financiar el pago de un trasplante, en los casos más graves, o de poder proveerse de un sten o válvulas cardíacas para salvar la vida de un enfermo de corazón.
Sabemos de familiares que han debido llorar la muerte de un ser querido porque su obra social se negó a pagar veinte mil pesos para adquirir una prótesis del tamaño de una pasa de uva. Esto es sencillamente criminal.
Preguntamos: es consumir demasiado la materia gris de nuestros legisladores para que estos, una sola vez en sus vidas, se pongan a pensar y vean la forma de sancionar una ley destinada a brindar protección definitiva a la salud de los mortales. ¿Es un imposible
la formación de un fondo fiduciario para trasplantes?
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