Vida y ejemplo de Sarmiento
Hoy, en el Día del Maestro, qué mejor homenaje a los educadores que recordar a Domingo Faustino Sarmiento, maestro de maestros.
Traer a la memoria al gran sanjuanino es exaltar su vida y su ejemplo en momento que la República aparece sumergida en una crisis donde parecen naufragar sus ideas fundacionales, sobre todo su herencia de gigante de la historia.
A veces, el destino o la Providencia diera la sensación de enseñarse con los pueblos privándolos de la presencia de aquellos auténticos patriarcas de la Historia en sus momentos más cruciales.
Estamos convencidos, seguros, que si Sarmiento estuviera hoy en medio de nosotros sus puños ¡repletos de verdades” se estrellarían contra el rostro del país y su voz viril nos gritaría en la cara “argentinos, ¿qué les pasa?”…Y al escucharlo, despertaríamos de la larga siesta en que caímos, lo cual explica también la crisis de una educación que le priva a la escuela la posibilidad cierta de ser la sembradora de la patria nueva que nos legó Sarmiento.-
Si el gran maestro viviera con nosotros su enojo haría tronar el escarmiento, sonrojado por tanta corrupción enquistada en el poder público que, a su vez, la banalizado la perspectiva espiritual de nuestra sociedad.
Un Sarmiento valiente y poderoso está necesitando la República, un hombre que sacuda las fibras más íntimas, remotas y profundas de un país al que, a sabiendas, las ideologías lo han despojado de aquellas virtudes que le permitieron a Sarmiento construir una sociedad donde el amor a la Patria jamás fue un mito sino una manera de vivir.
Desde el fondo de la historia, el Gran Maestro nos intima a sacudir la modorra, el desaliento, la desesperanza, al tiempo a que nos desafía a que todos juntos –maestros, padres, alumnos y la ciudadanía en general- nos propongamos hacer de la educación la gran muralla que defienda la libertad y el sacrosanto derecho a educar para ser para siempre soberanos…
Si sabemos responder en forma afirmativa a aquellos apotegmas que nos dejó como herencia el insigne sanjuanino habremos honrado de verdad a Domingo F. Sarmiento
Y su lucha habrá tenido razón de ser.
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