# ¿Caos o simple cambalache?
Otra de sus acostumbradas "rabietas", propia de los gurises y adolescentes pero no de personas adultas, el Presidente ha vuelto a embestir al periodismo. Y lo peor del caso, lo ha hecho de muy mala manera, lo cual me hace recordar a las furiosas embestidas de los Mihura en las corridas castellanas.
Cuesta encontrarle una explicación a esa forma desaforada de reaccionar que tiene el santacruceño, cuando, en bien de su propia salud amenazada por un impertinente colon iriritable, debiera ser más cuidadoso en la forma de expresarse.
Pero el hombre vuelve a perder fácilmente los estribos, con el sorprendente agregado que hasta tiene la osadía de querer instruirnos sobre la forma en que debemos ejercer nuestra tarea cotidiana. Además, cayó en exabruptos impropios de un Presidente como el llamarnos ignorantes, lobystas y de actuar corporativamente.
Respecto a estos últimos tres cargos con que pretendió agredirnos, yo me limitaría a responderle ¡chocolate por la noticia!
Ignorancia es cuestionar que los periodistas se mantengan fieles a la línea editorial del medio. ¿Nadie le ha informado al Dr. Kirchner que en todos los diarios y revistas del mundo, desde que existe el periodismo, son los dueños los que marcan la línea editorial de los medios? Y si no es así, por qué echó sin explicaciones a Eliaschev de Radio Nacional, y por qué acaba de hacer lo mismo con Víctor Hugo Morales, ordenando levantar el programa que aquél tenía en ATC? ¿Y saben por qué los echó? Porque al Gobierno no le agrada que los periodistas disientan con el pensamiento oficial. ¿Dónde está entonces la ignorancia?
En cuanto a la acusación que nos hizo de ser lobistas, le respondería con el título de una recordada película: "Mirá quien habla". Si uno repasa las acciones de los últimos tiempos del kirchnerismo, se encontraría con acciones lobystas al por mayor: sin el menor sonrojo se han pasado todo el tiempo captando la voluntad de gobernadores y legisladores de la oposición, todo lo cual le está permitiendo todas las leyes que en poco tiempo pondrá en manos del Presidente y de su Jefe de Gabinete la suma del poder.
Y en cuanto a lo corporativo...¡mejor ni hablar! A fuer de sincero, no recuerdo caso igual de un Gobierno tan corporativo como el actual, lo cual le permite acordar o hacer alianzas con cualquiera a fin de multiplicar el poder hasta más allá de lo que abarca la imaginación mas afiebrada.
# Las cosas en su lugar
Efectivamente, antes de avanzar en otras ideas resulta conveniente y aconsejable poner las cosas en su lugar.
En ese sentido, debo decir que no le niego al Presidente, tampoco a su rubicunda esposa, el derecho a criticarnos. Es más: es sano para la libertad y la democracia que lo hagan, pero sin caer como lo están haciendo últimamente, es una esgrima verbal tan filosa como dañina hasta caer en algun caso en lo despectivo. Esto último, ningún periodista íntegro y probo lo va a permitir.
Tal vez el matrimonio presidencial, como antes lo hacían en Santa Cruz, sólo está dispuesto a escuchar la música que endulza y halaga sus oídos. Tal vez se mal acostumbraron a ese periodismo meloso o el verse rodeado de alcahuetes, a los que tanto repudió Juan D. Perón.
Si ese es el periodismo que prefiere el Presidente, me parece que está sintonizando el canal equivocado. Lo mismo que la primera dama, por más que tenga la costumbre de pegar cuatro gritos para que todos la obedezcan.
Afortunadamente, en los medios nacionales hay una preciosa reserva de periodistas que, por ser vocacionales desde la cuna, jamás cerrarán el pico con las promesas de suculentos sobresitos mensuales...
Esa es la razón que hoy les permite a colegas honestos e incorruptibles poner en evidencia las increíbles contradiciones en que, por ejemplo, ha caído Cristina Fernández de Kirchner en ocasión de debatirse los decretos de necesidad y urgencia. Y el que le sacó los trapitos al sol no fue ningún periodista en particular sino el senador Rodolfo Terragno, que ha demostrado tener una envidiable memoria.
Cuando Menem fue presidente, se intentó aprobar el mismo proyecto de ley que hoy promueve la Rosada. En aquellos años, recordó Terragno, quien se opuso tenazmente a ese proyecto fue la entonces diputada Cristina Fernández, la misma que en su rol de senadora propició en el 2006 su aprobación.
Parafraseando la letra de un conocido tango, podría afirmarse... "tomá este espejo y mirá/ sos la misma legisladora/ que hoy aprueba lo mismo que ayer repudió....".
# Fondos para un coiffeur
Por más que el santacruceño acuse a la oposición de no dejarlo gobernar (en primer lugar, pregunto a qué oposición se refiere si la misma se encuentra en virtual estado de extinción la mayor parte y otra porción seducida por el envío de fondos a gobernadores débiles y vacilantes), considero enteramente atendible le negativa de algunos legisladores que se mantienen remisos en votar los superpoderes.
Lo de ellos no es capricho ni cosa que se le parezca. Su oposición se fudamenta en hechos reales de fácil probanza en cuanto a la forma ligera conque a veces se manejan los fondos públicos cuando los controles se pierden en medio de la neblina oficial.
No me olvido que miembros de este mismo gobierno se ensañaron a la hora de denunciar los diez mil pesos mensuales que cobraba el peluquero de Menem. ¡Qué no se dijo de semejante despilfarro y admito que con toda la razón del mundo!
Pero resulta que la actual administración comete el mismo "pecado" y nadie se siente alarmado por tamaña desprolijidad. Y a las pruebas me remito.
Por Resolución Nro. 2360/05 la actual Jefatura de Gabinete, con fondos de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), se le otorgó al coiffeur Marcelo Cuggini un subsidio de $ 302.500 destinados al megadesfile de Modas de Mar del Plata, lo cual supone el uso discrecional de fondos que debieran tener otro destino más trascendente. Por lo visto seguimos financiando pavadas para quedar bien con los amigos cercanos al poder.
Lamentable pero cierto.
# Razones de un fracaso anunciado.
Los gualeguaychenses están consternados por el duro revés en La Haya. Es comprensible la desazón que ha generado el fallo, que más allá que para muchos sea ilógico e incomprensible alguna explicación admite y tolera.
Hace varios meses, cuando comenzó a hablarse del recurso ante La Haya, este columnista alertó, sin ser creído, que podría padecer un tropezón de aquellos.Y quedó escrito.
Afirmo que nada es casual porque lo que acaba de sucedernos responde a una suma de hechos que, tarde o temprano, iban a dejarnos en la intemperie.
Por de pronto, digo y sostengo que la debacle en La Haya es consecuencia del "chamuyo" kirchnerista, "chamuyo" que internamente persuade y convence, sobre todo a los que son reacios a pensar por sí mismos, pero que no tiene ningún efecto en el exterior donde el discernimiento es parte de la materia gris esencial de los que viven con el pensamiento adelantado.
Seguramente que no descubro nada novedoso si afirmo que el gran drama de la Argentina contemporánea estriba en una realidad que produce un severo espasmo espiritual: carecemos de estadistas. El último que tuvimos -Arturo Frondizi- lo condenamos a las horcas caudinas.
Por lógica, al no haber estadistas en el poder también, poco a poco, se arruinó la capacidad diplomática del país. Nadie duda que hay diplomáticos de carrera -la mayoría de ellos excelentes- pero gran parte de ellos fueron enviados a sus casas suplidos por "diplomáticos de la politiquería" . Son embajadores inexperientes e incapaces que se designan para cumplir compromisos pre-existentes de los gobernantes, lo cual hace que el servicio diplomático se haya degradado y desprestigiado hasta extremos que nadie hubiera imaginado. El dramático tropiezo de La Haya -lo mismo que el horas antes se sufrió en el Mercosur- atestiguan por qué de un fracaso que de haber contado con un plantel diplomático de fuste nos hubiera evitado la humillación que tanto nos lastima.
Hasta el viernes
# EL VIGIA
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