No llores por mí Argentina
Lo que acaba de suceder en el Senado de La Nación es para azotarse contra el suelo y poner en vigencia de aquello “no llores por mí Argentina”.Y no lo digo por la sanción de la ley de matrimonio gay sino por los vergonzosos episodios que rodearon el tratamiento legislativo.
Todo comenzó cuando la Presidente “invitó” a dos senadoras para que la acompañaran en su viaje a China. Allí se puso en marchan la gran tramoya kirchnerista: llevando a China a aquellas legisladoras, sabedora que ambas votarían contra el proyecto de Diputados las apartó del Senado mediante un pretexto que no fue para nada inocente sino todo lo contrario, puesto que se trataba de un maniobra “sugerida” por Néstor Kirchner que prometía ocuparse personalmente del resto.
Como el matrimonio se había juramentado ir por todo para “escarmentar de una vez por todas a los curas” (palabras propias) el Gran Brujo fue preparando el operativo de máxima para asegurarse los votos que necesitaba. Se acabaron los escrúpulos y sin una pizca de vergüenza, comenzó con el “ablande” mediante todo tipo de amenazas. Apenas descendió del avión que la traía de su provincia, una senadora riojana declaró al periodismo que no apoyaría al matrimonio entre homsexuales. Eso fue a la hora 8 del miércoles pasado. Pero al mediodía dio la gran voltereta y se sumó a las huestes de Pichetto. Todo ocurrió luego de ser convocada por el gran Pingüino que la convenció de que si votaba a favor se giraría de inmediato a La Rioja el equivalente a varios ATN.
Y no sólo eso: hubo gestos y actitudes propias de matones, como la de Pichetto calificando de nazi y fascista a una colega que lo había criticado por no haber permitido que se tratara el matrimonio civil. La conducta del presidente del bloque del FPV ha sido francamente ruinosa y lo descalifica de cabo a rabo.
Pero lo que superó todo lo imaginado fue el rol de Kirchner en las postrimerías del debate senatorial: viendo que peligraba los guarismos finales entró en un estado de frenesí y desde Olivos comenzó a telefonear a aquellos mandatarios provinciales cuyos senadores no definían sus votos. La amenaza puntual fue una sola: “o nos votan o les quitamos los “víveres”. Esto confirmó, una vez más, que “billetera mata galán”.
Pero no sería honesto conmigo mismo si dijera que solamente los kirchneristas son los únicos responsables de que se haya aprobado la ley del matrimonio homosexual. Sabido es que hubo varios radicales que saltaron el cerco, y de otras extracciones políticas, los que tendrán que hacerse cargo de sus votos sin caer en el facilismo de echarle toda la culpa al oficialismo, aunque la historia dirá que los Kirchner fueron “los padres de la criatura”.
Heridas difíciles de cicatrizar
Pero lo de “no llores por mí Argentina” puede sintetizarse, por ejemplo, en aquella copla castellana que supo cantar lastimeramente Vinieron los sarracenos/ y nos molieron a palos/ que Dios protege a los malos/ cuando son más que los buenos. En este caso, cualquier chusco cambiaría a los sarracenos por los homosexuales para que reflejaran la realidad argentina 2010.
Hay otra frase que podría contemplar la opinión de los más conservadores y es aquella que sostiene que “Dios ciega a los que quiere perder”.
También cabe el humor en las actuales circunstancias. Decir, por ejemplo, que si tuvo tanta cabida la ley del casamiento entre personas del mismo sexo es porque, impensadamente, cobró vigencia el libro de “Pinocho”…, mientras pienso que de todos el más contento con “Pinocho” debe ser un juez muy mediático por su ayer prostibulario, aunque tengo entendido que en la Corte son más de tres los “aficionados”…
Admito que el debate en el Senado fue para todos los gustos y exigencias, de modo que pudieron escucharse exposiciones interesantes, aunque coincido con Luis Juez en el sentido que también se escucharon verdaderas gansadas. Por ejemplo, el mismo Juez argumentó que en la Biblia en ninguna parte se censura a la lujuria del sexo y sus aberraciones, lo cual es inexacto. ¿O es que nunca leyó lo de Sodoma y Gomorra? ¿Tampoco leyó a Pablo que hace dos mil años denunció que habían hombres y mujeres que ardían en pasiones desenfrenadas?
Lo que me causó verdadero asco fue ese senador que para justificar su apoyo al matrimonio gay mencionó un listado de hombres y mujeres que, pese a haber sido gay, ilustraron a la cultura del mundo, llegando al colmo de mencionar a Sor Inés de la Cruz como lesbiana. Cuando una senadora le pidió que dijera la fuente de su información, muy suelto de cuerpo mencionó a Internet. A eso se había reducido su investigación.
Sin comentarios.
La guerra del cerdo
Primero fue el conflicto con el campo; después nos metió en el lío con “CLARIN” personificado en Magnetto y en la señora Herrera de Noble. Y ahora le tocó el turno a la Iglesia, porque nadie se engañe al respecto: en esta apurada ley de gays y lesbianas se introdujo el odio de Néstor Kirchner a Mons. Jorge Bergoglio.
Entristece y violenta decirlo, pero es el ex presidente el que nos introdujo en esta nueva edición de la guerra del cerdo.
Con una carencia total de respeto y de sentido común, haciendo cierto que cuando se divide se reina, el matrimonio ha logrado dividir o fracturar a la sociedad argentina y tal vez en forma irreversible, de modo que van a pasar muchos años antes que los argentinos nos reconciliemos entre todos. Y esto se lo debemos a una pareja que no ha titubeado caer en la maldad para enfrentar al país. Silenciarlo sería ser cómplices de este maquiavélico plan que sólo pudo caber en mentes quizás bipolares, que es la peor enfermedad del siglo XXI.
En medio de esta insólita parafernalia kirchnerista, no deja de sorprenderme el rol de algunas esfinges. Me refiero a esos legisladores que jamás abren la boca y se desconoce que alguna vez hayan firmado unitariamente un proyecto de ley. Son los mismos que después acusan a los periodistas de opositores.
Pero nosotros opinamos… no somos mudos.
La República y el “atrasismo”
¿Tenía razón o no cuando les previne que se prepararan porque ocurrirán cosas inimaginables en la Argentina? Y esas cosas ya se están registrando, como lo expresa el reflotamiento del pago del 82 por ciento a las jubilaciones y la impensada ley del matrimonio gay. Y esto es nada más que el principio, se los aseguro.
Es indudable que el kirchnerismo se ha cebado con el país y esto en el corto plazo puede tener un epílogo más que sorprendente, lo que me lleva a pronosticar que antes de lo previsto puede haber crujir y rechinar de dientes…
Se equivocan los que gobiernan si piensan que están autorizados a hacer cualquier cosa con la República. Tarde o temprano, tendrán que responder por los errores que a sabiendas están cometiendo. Por otra parte, nada es gratis en la vida.
Pero para entender lo que nos está pasando hay que leer a los pocos pensadores que tenemos, entre ellos Marcos Aguinis que en estos días nos ha hablado del “atrasismo”.
Señala Aguinis que “Desde España, el escritor Horacio Vázquez-Rial nos provee de una palabra develadora que acaba de acuñar: ‘atrasismo’”.
Vazquez-Rial se refiere a “una potente ideología, infiltrada en los espacios de la izquierda (o llamada izquierda), que en lugar de querer un avance hacia el progreso, impulsa hacia el atraso. Es cierto que ama a los pobres y desvalidos, pero no los ayuda a superar la miseria. Por el contrario, la miseria de franjas cada vez más grandes es celebrada como una victoria.
Más adelante, Vázquez-Rial cita a Carlos Alberto Montaner, quien describió a los miembros de esta filiación absurda como “gentes que, paradójicamente, admiran el modelo de desarrollo de los pueblos que menos progresan”. Aparecen así los ejemplos de Venzuela, Bolivia y Cuba, entre otros. En vez de apuntar hacia el mañana, se atornillan a un ultra-conservadurismo empobrecedor que les impide avanzar. Un líder indigenista confesó que “nuestro futuro es nuestro pasado. Terrible. Porque el derecho a cultivar la hermosa identidad indígena y los valores que ella contiene son distorsionados hacia una dirección autodestructiva. En lugar de ponerse al día -señala Aguinis-, para que esos factores sean dinámicos y productivos en el presente, aspiran a quedarse atados a las tumbas. Es tan ridículo como si los egipcios pretendieran vivir en los tiempos de los faraones y los italianos en los de César Augusto”.
A la luz de algunas cosas que se están registrando en la Argentina daría toda la impresión que hay sectores políticos que sueñan imponernos el “atrasismo”.
Lo prueba que el poder político jugara su propio futuro a la suerte de nuestro fútbol en el mundial de Sudáfrica. Si hubiéramos sido campeones ya se tenía todo preparado para adjudicar la victoria ecuménica a un acierto del Gobierno. Así les fue: tuvieron que quemar miles de afiches donde se veia a la Presidente rodeada por Julio Grondona y Diego Maradona, cuya lealtad hace que desde Olivos se “aconseje” a la AFA renovarle un contrato por cuatro años…
Como el matrimonio se había juramentado ir por todo para “escarmentar de una vez por todas a los curas” (palabras propias) el Gran Brujo fue preparando el operativo de máxima para asegurarse los votos que necesitaba. Se acabaron los escrúpulos y sin una pizca de vergüenza, comenzó con el “ablande” mediante todo tipo de amenazas. Apenas descendió del avión que la traía de su provincia, una senadora riojana declaró al periodismo que no apoyaría al matrimonio entre homsexuales. Eso fue a la hora 8 del miércoles pasado. Pero al mediodía dio la gran voltereta y se sumó a las huestes de Pichetto. Todo ocurrió luego de ser convocada por el gran Pingüino que la convenció de que si votaba a favor se giraría de inmediato a La Rioja el equivalente a varios ATN.
Y no sólo eso: hubo gestos y actitudes propias de matones, como la de Pichetto calificando de nazi y fascista a una colega que lo había criticado por no haber permitido que se tratara el matrimonio civil. La conducta del presidente del bloque del FPV ha sido francamente ruinosa y lo descalifica de cabo a rabo.
Pero lo que superó todo lo imaginado fue el rol de Kirchner en las postrimerías del debate senatorial: viendo que peligraba los guarismos finales entró en un estado de frenesí y desde Olivos comenzó a telefonear a aquellos mandatarios provinciales cuyos senadores no definían sus votos. La amenaza puntual fue una sola: “o nos votan o les quitamos los “víveres”. Esto confirmó, una vez más, que “billetera mata galán”.
Pero no sería honesto conmigo mismo si dijera que solamente los kirchneristas son los únicos responsables de que se haya aprobado la ley del matrimonio homosexual. Sabido es que hubo varios radicales que saltaron el cerco, y de otras extracciones políticas, los que tendrán que hacerse cargo de sus votos sin caer en el facilismo de echarle toda la culpa al oficialismo, aunque la historia dirá que los Kirchner fueron “los padres de la criatura”.
Heridas difíciles de cicatrizar
Pero lo de “no llores por mí Argentina” puede sintetizarse, por ejemplo, en aquella copla castellana que supo cantar lastimeramente Vinieron los sarracenos/ y nos molieron a palos/ que Dios protege a los malos/ cuando son más que los buenos. En este caso, cualquier chusco cambiaría a los sarracenos por los homosexuales para que reflejaran la realidad argentina 2010.
Hay otra frase que podría contemplar la opinión de los más conservadores y es aquella que sostiene que “Dios ciega a los que quiere perder”.
También cabe el humor en las actuales circunstancias. Decir, por ejemplo, que si tuvo tanta cabida la ley del casamiento entre personas del mismo sexo es porque, impensadamente, cobró vigencia el libro de “Pinocho”…, mientras pienso que de todos el más contento con “Pinocho” debe ser un juez muy mediático por su ayer prostibulario, aunque tengo entendido que en la Corte son más de tres los “aficionados”…
Admito que el debate en el Senado fue para todos los gustos y exigencias, de modo que pudieron escucharse exposiciones interesantes, aunque coincido con Luis Juez en el sentido que también se escucharon verdaderas gansadas. Por ejemplo, el mismo Juez argumentó que en la Biblia en ninguna parte se censura a la lujuria del sexo y sus aberraciones, lo cual es inexacto. ¿O es que nunca leyó lo de Sodoma y Gomorra? ¿Tampoco leyó a Pablo que hace dos mil años denunció que habían hombres y mujeres que ardían en pasiones desenfrenadas?
Lo que me causó verdadero asco fue ese senador que para justificar su apoyo al matrimonio gay mencionó un listado de hombres y mujeres que, pese a haber sido gay, ilustraron a la cultura del mundo, llegando al colmo de mencionar a Sor Inés de la Cruz como lesbiana. Cuando una senadora le pidió que dijera la fuente de su información, muy suelto de cuerpo mencionó a Internet. A eso se había reducido su investigación.
Sin comentarios.
La guerra del cerdo
Primero fue el conflicto con el campo; después nos metió en el lío con “CLARIN” personificado en Magnetto y en la señora Herrera de Noble. Y ahora le tocó el turno a la Iglesia, porque nadie se engañe al respecto: en esta apurada ley de gays y lesbianas se introdujo el odio de Néstor Kirchner a Mons. Jorge Bergoglio.
Entristece y violenta decirlo, pero es el ex presidente el que nos introdujo en esta nueva edición de la guerra del cerdo.
Con una carencia total de respeto y de sentido común, haciendo cierto que cuando se divide se reina, el matrimonio ha logrado dividir o fracturar a la sociedad argentina y tal vez en forma irreversible, de modo que van a pasar muchos años antes que los argentinos nos reconciliemos entre todos. Y esto se lo debemos a una pareja que no ha titubeado caer en la maldad para enfrentar al país. Silenciarlo sería ser cómplices de este maquiavélico plan que sólo pudo caber en mentes quizás bipolares, que es la peor enfermedad del siglo XXI.
En medio de esta insólita parafernalia kirchnerista, no deja de sorprenderme el rol de algunas esfinges. Me refiero a esos legisladores que jamás abren la boca y se desconoce que alguna vez hayan firmado unitariamente un proyecto de ley. Son los mismos que después acusan a los periodistas de opositores.
Pero nosotros opinamos… no somos mudos.
La República y el “atrasismo”
¿Tenía razón o no cuando les previne que se prepararan porque ocurrirán cosas inimaginables en la Argentina? Y esas cosas ya se están registrando, como lo expresa el reflotamiento del pago del 82 por ciento a las jubilaciones y la impensada ley del matrimonio gay. Y esto es nada más que el principio, se los aseguro.
Es indudable que el kirchnerismo se ha cebado con el país y esto en el corto plazo puede tener un epílogo más que sorprendente, lo que me lleva a pronosticar que antes de lo previsto puede haber crujir y rechinar de dientes…
Se equivocan los que gobiernan si piensan que están autorizados a hacer cualquier cosa con la República. Tarde o temprano, tendrán que responder por los errores que a sabiendas están cometiendo. Por otra parte, nada es gratis en la vida.
Pero para entender lo que nos está pasando hay que leer a los pocos pensadores que tenemos, entre ellos Marcos Aguinis que en estos días nos ha hablado del “atrasismo”.
Señala Aguinis que “Desde España, el escritor Horacio Vázquez-Rial nos provee de una palabra develadora que acaba de acuñar: ‘atrasismo’”.
Vazquez-Rial se refiere a “una potente ideología, infiltrada en los espacios de la izquierda (o llamada izquierda), que en lugar de querer un avance hacia el progreso, impulsa hacia el atraso. Es cierto que ama a los pobres y desvalidos, pero no los ayuda a superar la miseria. Por el contrario, la miseria de franjas cada vez más grandes es celebrada como una victoria.
Más adelante, Vázquez-Rial cita a Carlos Alberto Montaner, quien describió a los miembros de esta filiación absurda como “gentes que, paradójicamente, admiran el modelo de desarrollo de los pueblos que menos progresan”. Aparecen así los ejemplos de Venzuela, Bolivia y Cuba, entre otros. En vez de apuntar hacia el mañana, se atornillan a un ultra-conservadurismo empobrecedor que les impide avanzar. Un líder indigenista confesó que “nuestro futuro es nuestro pasado. Terrible. Porque el derecho a cultivar la hermosa identidad indígena y los valores que ella contiene son distorsionados hacia una dirección autodestructiva. En lugar de ponerse al día -señala Aguinis-, para que esos factores sean dinámicos y productivos en el presente, aspiran a quedarse atados a las tumbas. Es tan ridículo como si los egipcios pretendieran vivir en los tiempos de los faraones y los italianos en los de César Augusto”.
A la luz de algunas cosas que se están registrando en la Argentina daría toda la impresión que hay sectores políticos que sueñan imponernos el “atrasismo”.
Lo prueba que el poder político jugara su propio futuro a la suerte de nuestro fútbol en el mundial de Sudáfrica. Si hubiéramos sido campeones ya se tenía todo preparado para adjudicar la victoria ecuménica a un acierto del Gobierno. Así les fue: tuvieron que quemar miles de afiches donde se veia a la Presidente rodeada por Julio Grondona y Diego Maradona, cuya lealtad hace que desde Olivos se “aconseje” a la AFA renovarle un contrato por cuatro años…
Hasta el viernes
EL VIGIA
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