¿Ya ganó?
Aquel interrogante lo planteó Jorge Fontevecchia en su temida revista “Noticias” (temida por Olivos, se sobreentiende) en las antevísperas de las internas, dando a entender que en el Gobierno se daba por descontada la victoria en octubre.
Nadie admitía la remota posibilidad que algún candidato pusiera en peligro cierto el reinado del kirchnerismo. Las urnas confirmaban días después que, efectivamente, la primera dama no tiene quien le haga sombra en el campo electoral. Superando incluso las más optimistas encuestas, lo cual no es poco, el FPV arrasó con todo y dejó a la “contra” con una contundencia tal que la oposición daba toda la impresión de estar en retirada. La euforia es tal es que ya empiezan a conocerse los primeros guarismo de don Artemio López -el preferido, desde siempre de la Rosada- que en su medición del martes pasado le otorga a Cristina una intención de votos del 57 por ciento, mientras que con el 14 por ciento lo ubicaba a Hermes Binner, y en un tercer sorprendente lugar a Alberto Rodríguez Saá con apenas 9 puntos, en tanto que más relegados aparecían Alfonsín y Duhalde, en ese orden. Luego le seguían Carrió y Altamira. Naturalmente, don Artemio ha pasado a ser la figura de moda para la TV pública, en primer orden, y sobre todo para Mauro y su hijo Jonathan que a cada rato llama al encuestador, en una verdadera campaña de “ablande psicológico”. En realidad, debo confesarles que esta campaña estaba recontra prevista y destinada, por supuesto, y no voy a ser yo quien lo diga, a desactivar cualquier intento opositor que, como supo escribir don José de San Martín a Buenos Aires, reclamando ayuda mientras preparaba su ejército de Los Andes, se encuentra “en pelotas”.
Haciendo la plancha
A confesión de partes relevo de culpas: aunque después lo desmentió, acosado por el enojo de sus aliados, Ricardo Alfonsín habría llegado a reconocer que no hay manera de impedir el triunfo de Cristina, por lo que debe ser la primera vez que un político argentino abandona la lid electoral antes de “pelearla”. Esto último, por lo demás, confirma lo que les expresé cuando recién se comenzaba a hablar de la candidatura de Alfonsín: “No le veo uñas para guitarrero”, les dije. Y los hechos no hacen otra cosa que confirmarlo dramáticamente. Y por algo será que Binner que no quiso saber nada con él aunque pusiera como pretexto la presencia de De Narváez en la alianza bonaerense.
Si bien se puede pretextar su conocida enfermedad, todo tiende a confirmar que Alfonsín ha optado por recluirse y que de nada le sirvió el usar las ropas del padre para ganarse un lugar de privilegio en el escenario político nacional. Para colmo de males, cada día que pasa más espacio gana la presunción que Eduardo Duhalde padece un agudo cuadro de depresión en tanto no deja de lamentar el portazo al Alberto de San Luis. Pero ahora ya es tarde para los arrepentimientos. En suma y en síntesis, con las solas excepciones del santafecino y el puntano, el resto de la oposición ha decidido “hacer la plancha”, que es una forma de dar un paso al costado, lo que supone bajar los brazos sin pena ni gloria. Y si no es así, cómo se explica la falta de publicidad con la mira puesta en la contienda de octubre?
Pero debo rectificarme en honor de la verdad: por lo que estoy viendo, la única excepción es Gualeguaychù, donde la campaña empieza a tomar color, siendo evidente y alentador que el que rompe la modorra y ha tomado la iniciativa, y en forma vigorosa por cierto, es Emilio Martìnez Garbino y su equipo de colaboradores. Si bien es verdad que no siempre al que madruga Dios lo ayuda, considero que la gente de Colores está convencida de un éxito que, como lo expresé desde un principio, podría estar al alcance de la mano, aunque tendrá que verse con el “efecto arrastre de Cristina” y sobre con el fenomenal aporte económico de un oficialismo que sigue creyendo que con dinero puede hacerse todo.
El ocaso de algunos dioses
La crisis o supuesta crisis de algunos dirigentes sirve para exponer una realidad pocas veces reconocida: han desaparecido aquellos hombres-líderes que fueron brújula y espejo para una ciudadanía que siempre busca referentes confiables para encolumnarse detrás de ellos. Este fenómeno se explica si tenemos en cuenta que ya no tenemos los Balbín, los Frondizi, los Alende, los Perón, los Perette, los Jaroslavsky que, con sus aciertos y errores, fueron el sustento de la democracia de una República que siempre tuvo ámbitos donde debatir las ideas y los grandes proyectos que ayudaron a consolidar las instituciones contempladas y resguardadas por la Constitución, a la que se defendió con uñas y dientes, con puños apretados. Nadie, por entonces, se la pasaba todo el tiempo hablando del “modelo” a implementarse, que hoy congestionan los medios con un discurso obsesivo, casi paranoico. Fueron los tiempos en que a ningún ministro se le hubiera ocurrido acusar a los periodistas, propios o ajenos, de atentar contra las instituciones de la democracia como lo acaba de hacer el desorbitado Randazzo que, como todo el Gobierno, busca en nosotros los chivos emisarios para justificar su falta de grandeza para reconocer en ellos a los padres de las pocas o muchas calamidades que a veces lastiman y empobrecen a la democracia, a la que quieren usar como excusa o pretexto de lo que no pueden hacer simplemente porque carecen de capacidad e inteligencia en el manejo del país. Pero sería una zoncera si no se admite que nuestra malgastada democracia no es culpa sólo de un oficialismo que, por acotado, y por no ver más allá de su narices, sino que hinca sus raíces en el olvido y desprecio que hace de aquel sabio consejo de Fierro (el gran desaparecido de la Argentina que nadie busca, por ese tonto afán de andar con los ojos en la nuca) que nos impuso aquel mandamiento que nadie quiere recordar: “Los hermanos sean unidos/ porque esa es la ley primera/ y si entre ellos se pelean/ los devoran los de afuera”. ¡Si lo sabrá el Kirchnerismo, uno de los gestores del desprecio a la Biblia Gaucha…! Efectivamente, mientras la oposición se saca los ojos, dentelleándose los unos a los otros, el kirchnerismo paladea la virtual desaparición de los opositores, lo cual le permitirá quedarse con la suma del poder al desmembrarse también el Congreso de la Nación para regocijo del gran rockero guitarrista que ha logrado meterse bajo el ala de la Cámpora…
Del gran banquete tal vez queden algunas migajas para Binner y tal vez para Alberto Saá. Pero cuando se den cuenta del error cometido, llorarán como mujeres lo que no supieron o no quisieron defender como hombres. Y todo por privilegiar las “quintitas” personales para que el oficialismo se quede con toda la huerta…
¿El fin de la tregua?
Luego de la holgadas ventajas que obtuvo en la encuesta nacional del 14 de agosto, dio toda la impresión de estar en presencia de una nueva Cristina: ¨afable”, la sonrisa de oreja a oreja y sin mostrarse jactanciosa por la magnitud del éxito obtenido, al punto que hasta bromeó porque Macri le había hablado estando vestido con el bóxer únicamente. Muchos creyeron que estábamos en presencia de una jefa de Estado totalmente ajena a su pasado reciente, cuando se peleaba con todo el mundo, incluyendo la Iglesia, a la que siempre denostó. Pero todo parece haberse tratado de aquel espejismo que sufren los que andan por el desierto buscando un oasis. Todo el mundo pensó que Olivos le había concedido una tregua a la República. Y muchos le creyeron. Pero Cristina, fiel a su pasado, volvió a mostrar la hilacha en ocasión de dejar inaugurado el servicio ferroviario entre Concordia y Salto… Y allí le saltó afuera la vieja Presidenta.
Dando la impresión de haber perdido la humildad de las últimas semanas, le salió afuera la mujer contestaría y, por qué no arrogante. Para quedar bien con su colega uruguayo, Cristina tuvo palabras incendiarias a favor de la unidad entre ambas naciones, al par que metió un bocadillo infortunado al lanzar una crítica injusta e imprudente contra los luchadores ambientales de la Costa del Uruguay. Fue obvia la alusión a Gualeguaychú e incluso pudo interpretarse como un voto de confianza al canciller Héctor Timerman por haber dicho que lo de Botnia “es un caso enterrado”, expresión que ha enfurecido a nuestra ciudad pero que en Concordia sonó como una burla grosera e imperdonable para nuestros ambientalistas que, por su parte, siguen esperando un pronunciamiento de nuestro Lord Mayor, que hasta el día de ayer permanecía escondido en un silencio guardado bajo siete llaves.
A nuestros gobernantes municipales, ¿le habrán comido la lengua los ratones?
¿NOS DARA LAFORMULA?
Ha tomado estado público la última declaración de bienes de la presidente que tiene el rao don de multiplicar sus bienes casi mágicamente. Cristina, en el año 2008, dijo tener 17.824.941 pesos. Hoy, su declaración jurada confeccionada por Alfredo POPRITKIN, aquellos bienes ascienden a 46.036.711 pesos, lo que representa un aumento del 158 por ciento. Esos bienes se componen d ela siguiente manera:fortuna a nombre de NÉSTOR Kirchner $76,728.206. A nombre de Cristina $1.287.993.Inmuebles:13.586.252 pesos, así discriminados 12 departamentos por valor de $956.380 pesos , 4 locales por valor 11.663 pesos. 6 terrenos $ 774.687. Depósitos en efectivo $24.574.627. Cuenta corriente $77.887
Dinero en efectivo $35.000.Alquileres 10.443.125. Intereses 3.015.348 pesos. Accions en sociedades $12.415.343. Valor llave de acciones $l0.619.013.
Me pregunto:¿no tendría la generosidad Cristina darnos a conocer su fórmula: cómo se hace para hacer crecer 34 veces el patrimonio en tan pocos años?
Hasta el viernes
EL VIGIA
Haciendo la plancha
A confesión de partes relevo de culpas: aunque después lo desmentió, acosado por el enojo de sus aliados, Ricardo Alfonsín habría llegado a reconocer que no hay manera de impedir el triunfo de Cristina, por lo que debe ser la primera vez que un político argentino abandona la lid electoral antes de “pelearla”. Esto último, por lo demás, confirma lo que les expresé cuando recién se comenzaba a hablar de la candidatura de Alfonsín: “No le veo uñas para guitarrero”, les dije. Y los hechos no hacen otra cosa que confirmarlo dramáticamente. Y por algo será que Binner que no quiso saber nada con él aunque pusiera como pretexto la presencia de De Narváez en la alianza bonaerense.
Si bien se puede pretextar su conocida enfermedad, todo tiende a confirmar que Alfonsín ha optado por recluirse y que de nada le sirvió el usar las ropas del padre para ganarse un lugar de privilegio en el escenario político nacional. Para colmo de males, cada día que pasa más espacio gana la presunción que Eduardo Duhalde padece un agudo cuadro de depresión en tanto no deja de lamentar el portazo al Alberto de San Luis. Pero ahora ya es tarde para los arrepentimientos. En suma y en síntesis, con las solas excepciones del santafecino y el puntano, el resto de la oposición ha decidido “hacer la plancha”, que es una forma de dar un paso al costado, lo que supone bajar los brazos sin pena ni gloria. Y si no es así, cómo se explica la falta de publicidad con la mira puesta en la contienda de octubre?
Pero debo rectificarme en honor de la verdad: por lo que estoy viendo, la única excepción es Gualeguaychù, donde la campaña empieza a tomar color, siendo evidente y alentador que el que rompe la modorra y ha tomado la iniciativa, y en forma vigorosa por cierto, es Emilio Martìnez Garbino y su equipo de colaboradores. Si bien es verdad que no siempre al que madruga Dios lo ayuda, considero que la gente de Colores está convencida de un éxito que, como lo expresé desde un principio, podría estar al alcance de la mano, aunque tendrá que verse con el “efecto arrastre de Cristina” y sobre con el fenomenal aporte económico de un oficialismo que sigue creyendo que con dinero puede hacerse todo.
El ocaso de algunos dioses
La crisis o supuesta crisis de algunos dirigentes sirve para exponer una realidad pocas veces reconocida: han desaparecido aquellos hombres-líderes que fueron brújula y espejo para una ciudadanía que siempre busca referentes confiables para encolumnarse detrás de ellos. Este fenómeno se explica si tenemos en cuenta que ya no tenemos los Balbín, los Frondizi, los Alende, los Perón, los Perette, los Jaroslavsky que, con sus aciertos y errores, fueron el sustento de la democracia de una República que siempre tuvo ámbitos donde debatir las ideas y los grandes proyectos que ayudaron a consolidar las instituciones contempladas y resguardadas por la Constitución, a la que se defendió con uñas y dientes, con puños apretados. Nadie, por entonces, se la pasaba todo el tiempo hablando del “modelo” a implementarse, que hoy congestionan los medios con un discurso obsesivo, casi paranoico. Fueron los tiempos en que a ningún ministro se le hubiera ocurrido acusar a los periodistas, propios o ajenos, de atentar contra las instituciones de la democracia como lo acaba de hacer el desorbitado Randazzo que, como todo el Gobierno, busca en nosotros los chivos emisarios para justificar su falta de grandeza para reconocer en ellos a los padres de las pocas o muchas calamidades que a veces lastiman y empobrecen a la democracia, a la que quieren usar como excusa o pretexto de lo que no pueden hacer simplemente porque carecen de capacidad e inteligencia en el manejo del país. Pero sería una zoncera si no se admite que nuestra malgastada democracia no es culpa sólo de un oficialismo que, por acotado, y por no ver más allá de su narices, sino que hinca sus raíces en el olvido y desprecio que hace de aquel sabio consejo de Fierro (el gran desaparecido de la Argentina que nadie busca, por ese tonto afán de andar con los ojos en la nuca) que nos impuso aquel mandamiento que nadie quiere recordar: “Los hermanos sean unidos/ porque esa es la ley primera/ y si entre ellos se pelean/ los devoran los de afuera”. ¡Si lo sabrá el Kirchnerismo, uno de los gestores del desprecio a la Biblia Gaucha…! Efectivamente, mientras la oposición se saca los ojos, dentelleándose los unos a los otros, el kirchnerismo paladea la virtual desaparición de los opositores, lo cual le permitirá quedarse con la suma del poder al desmembrarse también el Congreso de la Nación para regocijo del gran rockero guitarrista que ha logrado meterse bajo el ala de la Cámpora…
Del gran banquete tal vez queden algunas migajas para Binner y tal vez para Alberto Saá. Pero cuando se den cuenta del error cometido, llorarán como mujeres lo que no supieron o no quisieron defender como hombres. Y todo por privilegiar las “quintitas” personales para que el oficialismo se quede con toda la huerta…
¿El fin de la tregua?
Luego de la holgadas ventajas que obtuvo en la encuesta nacional del 14 de agosto, dio toda la impresión de estar en presencia de una nueva Cristina: ¨afable”, la sonrisa de oreja a oreja y sin mostrarse jactanciosa por la magnitud del éxito obtenido, al punto que hasta bromeó porque Macri le había hablado estando vestido con el bóxer únicamente. Muchos creyeron que estábamos en presencia de una jefa de Estado totalmente ajena a su pasado reciente, cuando se peleaba con todo el mundo, incluyendo la Iglesia, a la que siempre denostó. Pero todo parece haberse tratado de aquel espejismo que sufren los que andan por el desierto buscando un oasis. Todo el mundo pensó que Olivos le había concedido una tregua a la República. Y muchos le creyeron. Pero Cristina, fiel a su pasado, volvió a mostrar la hilacha en ocasión de dejar inaugurado el servicio ferroviario entre Concordia y Salto… Y allí le saltó afuera la vieja Presidenta.
Dando la impresión de haber perdido la humildad de las últimas semanas, le salió afuera la mujer contestaría y, por qué no arrogante. Para quedar bien con su colega uruguayo, Cristina tuvo palabras incendiarias a favor de la unidad entre ambas naciones, al par que metió un bocadillo infortunado al lanzar una crítica injusta e imprudente contra los luchadores ambientales de la Costa del Uruguay. Fue obvia la alusión a Gualeguaychú e incluso pudo interpretarse como un voto de confianza al canciller Héctor Timerman por haber dicho que lo de Botnia “es un caso enterrado”, expresión que ha enfurecido a nuestra ciudad pero que en Concordia sonó como una burla grosera e imperdonable para nuestros ambientalistas que, por su parte, siguen esperando un pronunciamiento de nuestro Lord Mayor, que hasta el día de ayer permanecía escondido en un silencio guardado bajo siete llaves.
A nuestros gobernantes municipales, ¿le habrán comido la lengua los ratones?
¿NOS DARA LAFORMULA?
Ha tomado estado público la última declaración de bienes de la presidente que tiene el rao don de multiplicar sus bienes casi mágicamente. Cristina, en el año 2008, dijo tener 17.824.941 pesos. Hoy, su declaración jurada confeccionada por Alfredo POPRITKIN, aquellos bienes ascienden a 46.036.711 pesos, lo que representa un aumento del 158 por ciento. Esos bienes se componen d ela siguiente manera:fortuna a nombre de NÉSTOR Kirchner $76,728.206. A nombre de Cristina $1.287.993.Inmuebles:13.586.252 pesos, así discriminados 12 departamentos por valor de $956.380 pesos , 4 locales por valor 11.663 pesos. 6 terrenos $ 774.687. Depósitos en efectivo $24.574.627. Cuenta corriente $77.887
Dinero en efectivo $35.000.Alquileres 10.443.125. Intereses 3.015.348 pesos. Accions en sociedades $12.415.343. Valor llave de acciones $l0.619.013.
Me pregunto:¿no tendría la generosidad Cristina darnos a conocer su fórmula: cómo se hace para hacer crecer 34 veces el patrimonio en tan pocos años?
Hasta el viernes
EL VIGIA
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