Armar el arbolito el 8 de diciembre, un ritual de los hogares argentinos
Desde hace casi 200 años los argentinos acostumbran a decorar el árbol navideño cada 8 de diciembre. Algunos guiados por las tendencias comerciales, otros viven la jornada con un profundo sentimiento religioso.
Cada 8 de diciembre numerosas familias argentinas reviven una tradición que dejó ser exclusiva de los católicos, para convertiste en un ritual que congrega a grande y chicos en torno al armado y decoración del árbol de Navidad. En realidad se trata de una costumbre que data del siglo XVI cuando los alemanes adoptaron el hábito de adornar un árbol para esta fecha.
La práctica se extendió a otros países fuertemente católicos que cada 8 de diciembre rinden culto al Día de la Inmaculada Concepción de María, palpitando la llegada del 24 de diciembre para recordar el nacimiento del Jesús, publicó El Diario de Paraná.
En nuestro país, el árbol de Navidad se armó por primera vez en 1807. En diciembre de ese año un irlandés que deseaba recordar las costumbres de su país, decoró un pino en una plaza pública.
Con el paso del tiempo, los nuevos ritmos de la vida moderna fueron imprimiendo cambios y estableciendo tendencias comerciales que expandieron la tradición. Hoy, hay quienes arman su árbol respetando la concepción católica detrás del nacimiento del “Salvador”; y están los que viven este día como un acontecimiento colorido que caracteriza la finalización del año.
La práctica se extendió a otros países fuertemente católicos que cada 8 de diciembre rinden culto al Día de la Inmaculada Concepción de María, palpitando la llegada del 24 de diciembre para recordar el nacimiento del Jesús, publicó El Diario de Paraná.
En nuestro país, el árbol de Navidad se armó por primera vez en 1807. En diciembre de ese año un irlandés que deseaba recordar las costumbres de su país, decoró un pino en una plaza pública.
Con el paso del tiempo, los nuevos ritmos de la vida moderna fueron imprimiendo cambios y estableciendo tendencias comerciales que expandieron la tradición. Hoy, hay quienes arman su árbol respetando la concepción católica detrás del nacimiento del “Salvador”; y están los que viven este día como un acontecimiento colorido que caracteriza la finalización del año.
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