Celebración en Ceibas por los 300 años de la primera misa oficiada en el sur entrerriano
El testimonio más antiguo de la vida religiosa en el sur entrerriano lo encontramos cuando en 1624 el gobernador Francisco de Céspedes redujo a grupos de chanás entrerrianos y los trasladó a la Isla del Vizcaíno, creando una reducción franciscana que es el antecedente más remoto de Santo Domingo Soriano.
A principios de 1626 el jesuita Pedro Romero remontó solo el río Uruguay desde Buenos Aires hasta el río Ibicuy, desde donde regresó amenazado por los indígenas. En la Cuaresma de 1626 Céspedes envió a Hernando de Zayas hacia Misiones, recorriendo el río Uruguay sólo en una canoa. Regresó a Buenos Aires con el padre Roque González de Santa Cruz y el cacique Nezá.
Luego hay antecedentes de las visitas misioneras en la primitiva población de la actual Gualeguaychú, siendo el primer bautismo en 1766, por el franciscano Francisco de San Bernardino. Los dominicos Antonio Pastor y Viera (1767 – 1777) y Mariano Amaro (1777 – 1781) que venían de Santo Domingo de Soriano, además del Padre García de Zúniga propietario de tierras y con una capilla. Todos seguramente celebraron misa y demás sacramentos como lo atestiguan los libros parroquiales de la Catedral San José de Gualeguaychú (1).
En 1767 los jesuitas son expulsados del territorio. En 1780 el Obispo Malvar y Pinto visita la zona fundando las parroquias de Gualeguay, Gualeguaychú y Concepción del Uruguay. Tres años más tarde, Rocamora fundaría estas villas oficialmente.
Pero si nos detenemos en el extremo sur de Entre Ríos, debemos recordar que a comienzos del siglo XVIII lo habitaban comunidades Chaná, Yaro, Guaraní y Charrúa.
Uno de los testimonios gráficos más antiguos de la existencia de estas comunidades indígenas en la zona se encuentra en el informe del padre Policarpo Dufó, presentado al Padre Rector de las misiones de los Jesuitas, sobre la expedición comandada por el Maestre de Campo, Francisco García de Piedrabuena, contra los charrúas en 1715. Este documento certifica la primera misa celebrada al sur del Ñancay, en lo que luego Fray Mocho llamará “El país de los matreros”.
“El ejército de Piedrabuena inició su campaña en noviembre de 1715, desde el Arroyo Guabirabí – Yutí (Yapeyú). Las tropas expedicionarias, unos mil quinientos hombres bien armados y pertrechados, entraron al territorio entrerriano, por las proximidades de las nacientes del Río Gualeguay, y dejando a la derecha a este río, alcanzaron bien pronto las costas del Arroyo Gená y después las del Río Yaguarí Guazú (Gualeguaychú). Dirigiéndose hacia el sur, Piedrabuena alcanzó el 25 de diciembre una partida de indios fuertes, de más de doscientos combatientes y se trabó en pelea con ellos sin mayores resultados. La campaña terminó sin haber alcanzado sus objetivos el 23 de enero de 1716 en que Piedrabuena dispuso retomar a las Misiones” (2).
El informe completo del Padre Dufó continúa relatando: “al otro día pasamos el río con pelotas, por no poderse vadear; esa tarde llovió aunque no mucho, y no caminamos; al día siguiente llegamos al paraje donde estuvo el pueblo de los Chanás y ahora suele estar habitados de los Machados, que es la parcialidad más numerosa de los Charrúas, y no hallamos a nadie.
El día veinte y tres nos llovió y no pudimos caminar. El veinte y cuatro descabezamos otro río que llaman Aycan y dormimos de la otra banda. El día veinte y cinco después de haber celebrado la misa de la Natividad del Señor Dios recién nacido, proseguimos caminando, y al poco trecho nos salieron al encuentro los enemigos en número de doscientos quince, según los que allí se mostraron en forma de guerra, conforme a su usanza. Prevínose también nuestra gente. El Maestre de campo envió un representante a parlamentar con los caciques. El día 26 los charrúas atacaron echando delante una manada de toros bravíos. Las escaramuzas duraron hasta el 30, hasta que el segundo jefe, Martín Simón se negó a obedecer órdenes de Piedrabuena. Este resuelve parlamentar y emprende la retirada que siguió con hostigamiento matando a varios soldados”.
Las expediciones y actividades de otros religiosos hacen suponer que habrán celebrado misa en el sur entrerriano antes de 1715, pero no se han documentado o al menos no se han encontrado aún dichos documentos. En cambio el documento del Padre Dufó es contundente: el 25 de diciembre de 1715 se celebró la primera misa en el sur entrerriano, luego de haber cruzado en Aycan (hoy arroyo Ñancay) (3).
Luego vendrán diversos sacerdotes y misioneros, iniciado el siglo XX debemos recordar al Padre Blasón, que siendo el cura de Gualeguaychú por cuarenta y cinco años se trasladaba al sur de su parroquia, a Ñancay, a la Capilla de Celulosa, Arroyo Martínez y otros parajes y estancias. En la segunda mitad del siglo pasado recordado con mucho amor encontramos al Padre Jeannot quien inaugura la Capilla San Pedro de Ceibas en 1961, la Capilla Del Rosario de Ñancay en 1988, la de Fátima en Cuatro Hermanas y tantas otras capillas y ermitas en nuestra zona sur.
Hoy “El País de los Matreros” cuenta con la Parroquia Nuestra Señora de Luján en Ibicuy; Nuestra Señora de las Islas en Villa Paranacito y San Pedro en Ceibas. Hay más caminos y puentes, otros medios modernos de comunicación y transporte. Un lugar en donde la fe y la vida se unieron hace trescientos años.
El padre Pilicarpo Dufó
(Tomado de STORNI, Catálogo, pág. 87).
Nació el 20 de febrero de 1647 en Manises, Valencia. España. Ingresó a la Compañía de Jesús (Jesuitas) el 14 de marzo de 1671 en Aragón. Llegó al Paraguay por Buenos Aires el 15 de marzo de 1674. Ordenado Sacerdote por el Obispo Ulloa el 17 de julio de 1681. Últimos votos el 15 de mayo de 1689, profeso de los cuatro votos en Loreto (Misiones). Formó parte de la campaña que llegó a cruzar el Arroyo Ñancay y celebró misa allí el 25 de diciembre de 1715. Falleció en Yapeyú, Corrientes el 7 de febrero de 1735.
Celebración. Hoy se recordará que hace 300 años se celebró la primera misa en el sur entrerriano. Desde la diócesis se ha organizado una caravana de autos que partirá hoy a las 10 desde Ceibas hacia el kilómetro 9 de la ruta nacional 14 y media horas más tarde se realizará una lectura del relato histórico que fija esta fecha tan cara a los sentimientos de los creyentes. Luego, se elevará una oración por los antepasados entrerrianos y el obispo Jorge Lozano colocará la cruz de los 300 años que fuera bendecida por el papa Francisco.
Referencias
1) Cf. M. Landra, Pastores según el corazón de Dios, Urdinarrain 2010.
2) Cf. C. Pérez Colman, Historia de Entre Ríos. Época colonial 1520 – 1810. T. I, Paraná 1936.
3) Ñancay en voz aborigen es añá, diablo, unida a la “y” que significa agua. En el mapa de Rocamora se lo llama Yancai y el nombre actual aparece en el mapa de Entre Ríos de 1825.
(*) Mauricio Landra es sacerdote católico y un estudioso de este tema.
Por Mauricio Landra
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