La columna de IPODAGUA
'Desde el corazón' sería su segundo eslogan
Esta es la columna editorial de IPODAGUA (Iniciativa Popular de Difusión Ambiental de Gualeguaychú), una agrupación que se fijó como objetivo dar a conocer la lucha ambiental de nuestra comunidad y la de todas aquellas que ven afectado su derecho a vivir en un ambiente sano, libre de contaminación.
El pasado domingo 06/09 el pueblo entrerriano se movilizó bajo el eslogan "Haya Justicia para la Vida y el Agua", que si bien su propósito fue captar la atención de la Corte Internacional de La Haya, bien podríamos imaginar un segundo eslogan: "Desde el Corazón". Ya que fueron numerosos los sentimientos que se nos cruzaron durante las horas en que transcurría la gran movilización. Con sólo mencionar que la empresa contaminante Botnia, se vio obligada a disminuir su producción, como de costumbre ante estas jornadas, para no quedar expuesta ante los ojos de los miles de ciudadanos.
Desde el día sábado se lograba percibir un clima de festividad en las calles de Gualeguaychú. La convocatoria iba en aumento. Los vecinos desfilaban con las remeras de "He Dicho" y "Gualeguaychú de pie"; las banderas en las ventanas de las casas como algún día patrio; los comercios y los afiches; y un dato curioso fue ver a comercios de empresas nacionales sumarse en sus vidrieras, hecho impensado en Buenos Aires. Y como siempre, los autos con sus calcos, las banderas desplegadas desde el Acceso Sur de la ciudad y las comisiones de "calcomanías" en la costanera. Asambleístas que iban y venían desde la ciudad hacia Arroyo Verde, y hacia al Puente Internacional, haciendo las instalaciones para el día siguiente, que entre otras, se distinguía la Bandera Argentina de 100 mts., con la frase “Haya Justicia”. Como explicarle a aquellos que están inmersos en ese sistema abstracto, en el cual sus acciones son movilizadas por un consumismo desenfrenado, que en Gualeguaychú todo está organizado desde el corazón.
El domingo amaneció con un sol radiante, aunque por algunos instantes amenazó la lluvia. Esa, que en vivencias anteriores se transformara en un diluvio, en donde el pueblo sin acobardarse marchó igual. Y volvió a suceder. Miles se movilizaron para demostrar que la llama sigue encendida. Si debiéramos hacer alguna evaluación a la ligera, seguro resaltaríamos que el conflicto generado por Botnia, ha despertado la alianza de un pueblo ante los atropellos de una empresa desdichada. Y esto es algo a lo que nos hemos acostumbrados a presenciar. Consultemos los diarios del mundo entero y busquemos si existe alguna Asamblea Ciudadana que arrastre una simpatía multitudinaria, dos veces en un mismo año.
Sin dudas ir a Gualeguaychú es fortalecer las ganas de seguir luchando por la vida. Otra vez este pueblo volvió a demostrar lo que tanto le inquieta, lo que tanto le angustia. Y que esa desazón decidió transformarla en pasión y participación. Aun más cuando en la cabecera del puente Gral. San Martín, llegaban los autos con patentes uruguayas, como si un refuerzo de caballeros flanqueaban al enemigo, que venían a manifestarse contra lo que ellos mismos denominan, “Botnia, la vergüenza nacional”.
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