Opinión
El déficit habitacional
El subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación, Ivan Kerr, estimó que el déficit habitacional ronda las 3,5 millones de viviendas, y aseguró que varios organismos multilaterales de crédito esperan prestarle a la Argentina para paliar esas necesidades.
Sin embargo, vemos que durante el kirchnerismo se construyeron cientos de miles de viviendas en Entre Ríos y en todo el país, pero también mucho dinero destinado a viviendas sociales, se perdió en redes de corrupción, que hubiera podido destinarse a bajar el déficit habitacional, pero terminaron financiando a estructuras corruptas paralelas como fue el caso de de la asociación Sueños Compartidos, o el movimiento Tupac de Milagros Salas, donde miles de pesos fueron a parar al enriquecimiento personal de sus miembros, como fue el caso de Sergio Schoklender, o los empresarios de la construcción cercanos al gobierno kirchnerista.
Cuantas de las actuales 3,5 millones de familias que necesitan hoy mejorar su vivienda, ampliarla o tener su propio techo hubieran podido solucionar ese problema, si el dinero que el Estado bajaba para los programas habitacionales, hubiese sido bien gestionado.
El techo propio es una de las necesidades esenciales para poder desarrollar la vida familiar, pero también lo es la transparencia en el gasto y la inversión del Estado, para evitar que el dinero de nuestros impuestos, que debería ser volcado a programas de viviendas, no vuelva a perderse en redes de corrupción.
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