Es solidaria y emprendedora, por eso la eligieron
Lo contamos el miércoles pasado, pero vale reiterarlo: el martes 15 de marzo el Senado provincial distinguirá a María Elena Dacal entre las mujeres entrerrianas destacadas.
Y la elección se fundamenta en que es una mujer que desde su actividad artística y laboral colabora en forma permanente con diferentes sectores de la sociedad, a través de instituciones intermedias a las que les brinda su aporte desinteresado.
Desde que salió la información han sido continuos los llamados para felicitarla y ella lo cuenta agregando “es gente que me quiere y estoy muy contenta con este reconocimiento en vida, porque la persona que lo recibe puede disfrutarlo”.
María Elena pertenece a la clase de mujeres que cada día luchan por hacer mejor el mundo donde viven.
Pero no sólo le interesa ayudar, sino que como dijo en la entrevista, le interesa tanto o más enseñar a trabajar.
No en vano cada tanto se encuentra con aquellos chicos de la Escuela de Horticultura que organizó junto a Micho Grané, que le recuerdan que les enseñó a trabajar la tierra para comer de esta producción.
Claro que puesta a recordar, eligió hacerlo por el principio.
Llegada jovencísima a Gualeguaychú, puso en marcha su academia de danzas como profesora de danzas clásicas, españolas y folklóricas, y enseguida llegaron los festivales benéficos.
"Trabajé muchos años con Migue Ángel Chacón, haciendo obras infantiles a beneficio de escuelas. Incluso hacíamos cenas y festivales a beneficio de instituciones. Me gustaba, lo podía hacer y lo hacía”.
Y como una cosa trae la otra, fue convocada a hacer, desde cero, la comparsa Acorad cuando nació, podemos decir, el carnaval que con el tiempo se convirtió en el que tenemos hoy.
“En ese entonces, viajé para aprender cómo se hacía. Podía hacer una murga, porque las conocía por haber vivido en Flores, pero esto era algo nuevo. Fuimos a Corrientes a ver cómo se armaban las escuadras, los trajes, todo. Y me gustó de alma”, contó.
Después fue el tiempo de Ará Yeví y de Kamarr, en la que trabajó 23 años “hasta que mi cadera no me permitió seguir la comparsa en su desfile”.
Y ya entonces, la gastronomía (que le viene de familia) ocupaba un espacio importante.
“Mis padres eran gastronómicos. Mi madre tenía un hotel en San Clemente del Tuyú. Empecé ayudando a mi esposo (Adolfo) y realicé una cena por encargo de Bernardo Specktor, que me insistió para que me largara. Entonces estudié siete años en Buenos Aires, todos los martes, con Alicia Berger. Empecé con poco y sigo hasta ahora”, comentó, y agregamos que su nombre está impuesto en el rubro.
Así lo demuestran los treinta años que tiene la concesión del Círculo italiano, donde además y desde hace un tiempo, se da el gusto de volver a enseñar a bailar.
“Los grupos son de mujeres de cuarenta, cincuenta, sesenta años y me encanta cómo quieren aprender. Soy feliz dando estas clases, viendo gente que no podía moverse ahora baila con una soltura tremenda”.
Estas clases de los lunes y jueves a las ocho de la noche, que se retomarán en abril próximo, se abonan para beneficiar a alguna institución.
“A veces son treinta, otras cuarenta. Y les enseño ritmos modernos, chacareras, rancheras... y este año voy a enseñar a bailar rock”, adelantó.
María Elena tiene, además de esa fuerza interior con la que encara todo lo que se presenta, una alegría que se convierte en servicio a los demás.
Y esto también ha contado a la hora de elegirla para entregarle la distinción en el senado.
“Soy católica y me crié en un colegio de monjas, las que me enseñaron que para recibir hay que dar”, dijo emocionándose con el recuerdo de su infancia.
“También lo aprendí de mi mamá, que era muy solidaria: ella vino huyendo de la guerra civil de España, con quince años. Tenía un nombre que estaba bien puesto, aunque a ella no le gustara. Se llamaba Generosa”.
“Y soy feliz en Gualeguaychú, a donde vine muy joven y donde tengo muchas amistades. Cada vez me gusta más esta ciudad y su gente”.
Cuando se lea esta nota, faltarán horas para la mañana del martes, cuando será la ceremonia en el Senado provincial, a donde asistirá junto a toda su familia.
Muy emocionada y feliz, al final de la entrevista María Elena aprovechó para compartir su deseo: “que todos los argentinos nos unamos y podamos sacar adelante este país. Es una lástima que estemos tan enfrentados...”
Y lo compartimos porque como decimos más arriba, ella pertenece a la clase de mujeres que cada día luchan por hacer mejor el mundo donde viven.
Silvina Esnaola
EL ARGENTINO
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