Francisco de Asís es un ejemplo a seguir
Se realizó ayer el esperado encuentro del Papa Francisco con los jóvenes en la localidad italiana de Asís, último evento del viaje del Papa a esta ciudad de la región de Umbría.
Miles de peregrinos con gritos del “Viva el Papa” y canciones relacionadas con la juventud recibieron entre aplausos al Obispo de Roma.
El Papa invitó les a tomar a San Francisco de Asís como ejemplo a seguir: “Francisco hizo crecer la fe, renovó la Iglesia, y al mismo tiempo renovó la sociedad, la hizo más fraterna, pero siempre con el Evangelio”.
Éstas son las preguntas formuladas al Santo Padre por los jóvenes:
1) Vocación: ¿Qué hacer en la vida? ¿Cómo y dónde usar los talentos que el Señor me ha dado?
2) Familia: Nosotros jóvenes vivimos en una sociedad donde al centro está en ‘el estar bien’, el divertirse, el pensar en sí mismos. Vivir un matrimonio de jóvenes cristianos es complejo, abrirse a la vida es un desafío y un temor frecuente. Como pareja joven sentimos la alegría de vivir nuestro matrimonio, pero experimentamos la fatiga y los desafíos cotidianos. ¿Cómo puede ayudarnos la Iglesia, cómo pueden sostenernos nuestro pastores, cuáles pasos también nosotros estamos llamados a cumplir?
3) Trabajo: También en Umbría la crisis económica general de estos últimos años ha provocado situaciones de malestar y pobreza. El futuro se presenta incierto y amenazante. El riesgo es de perder, junto con la seguridad económica, también la esperanza. ¿Cómo debe mirar al futuro un joven cristiano? ¿En cuál de estos caminos comprometerse para la edificación de una sociedad digna de Dios y digna del hombre?
4) Misión: Es bello para nosotros estar aquí junto a Usted y escuchar sus palabras que nos animan e inflaman nuestro corazón. El año de la fe que concluye dentro de algunas semanas, ha propuesto a todos los creyentes la urgencia del anuncio de la Buena Noticia. También nosotros quisiéramos participar en esta entusiasmada aventura. ¿Pero cómo? ¿Cuál puede ser nuestra contribución? ¿Qué debemos hacer?
Más adelante, el Papa les dijo: “Pensemos en nuestros padres, en nuestros abuelos o bisabuelos: se casaron en condiciones mucho más pobres que las nuestras, algunos en tiempo de guerra, o en la posguerra; algunos emigraron, como mis padres. ¿Dónde encontraban la fuerza? La encontraban en la certeza de que el Señor estaba con ellos, de que la familia está bendecida por Dios en el Sacramento del matrimonio, y de que es bendita la misión de tener hijos y de educarlos. Con estas certezas superaron incluso las pruebas más duras. Eran certezas simples, pero verdaderas, formaban columnas que sostenían su amor. Su vida no era fácil: había problemas, tantos problemas. Pero estas certezas simples les ayudaban a ir hacia delante. Y lograron hacer una bella familia, a dar vida, a hacer crecer sus hijos”.
El Papa invitó les a tomar a San Francisco de Asís como ejemplo a seguir: “Francisco hizo crecer la fe, renovó la Iglesia, y al mismo tiempo renovó la sociedad, la hizo más fraterna, pero siempre con el Evangelio”.
Éstas son las preguntas formuladas al Santo Padre por los jóvenes:
1) Vocación: ¿Qué hacer en la vida? ¿Cómo y dónde usar los talentos que el Señor me ha dado?
2) Familia: Nosotros jóvenes vivimos en una sociedad donde al centro está en ‘el estar bien’, el divertirse, el pensar en sí mismos. Vivir un matrimonio de jóvenes cristianos es complejo, abrirse a la vida es un desafío y un temor frecuente. Como pareja joven sentimos la alegría de vivir nuestro matrimonio, pero experimentamos la fatiga y los desafíos cotidianos. ¿Cómo puede ayudarnos la Iglesia, cómo pueden sostenernos nuestro pastores, cuáles pasos también nosotros estamos llamados a cumplir?
3) Trabajo: También en Umbría la crisis económica general de estos últimos años ha provocado situaciones de malestar y pobreza. El futuro se presenta incierto y amenazante. El riesgo es de perder, junto con la seguridad económica, también la esperanza. ¿Cómo debe mirar al futuro un joven cristiano? ¿En cuál de estos caminos comprometerse para la edificación de una sociedad digna de Dios y digna del hombre?
4) Misión: Es bello para nosotros estar aquí junto a Usted y escuchar sus palabras que nos animan e inflaman nuestro corazón. El año de la fe que concluye dentro de algunas semanas, ha propuesto a todos los creyentes la urgencia del anuncio de la Buena Noticia. También nosotros quisiéramos participar en esta entusiasmada aventura. ¿Pero cómo? ¿Cuál puede ser nuestra contribución? ¿Qué debemos hacer?
Más adelante, el Papa les dijo: “Pensemos en nuestros padres, en nuestros abuelos o bisabuelos: se casaron en condiciones mucho más pobres que las nuestras, algunos en tiempo de guerra, o en la posguerra; algunos emigraron, como mis padres. ¿Dónde encontraban la fuerza? La encontraban en la certeza de que el Señor estaba con ellos, de que la familia está bendecida por Dios en el Sacramento del matrimonio, y de que es bendita la misión de tener hijos y de educarlos. Con estas certezas superaron incluso las pruebas más duras. Eran certezas simples, pero verdaderas, formaban columnas que sostenían su amor. Su vida no era fácil: había problemas, tantos problemas. Pero estas certezas simples les ayudaban a ir hacia delante. Y lograron hacer una bella familia, a dar vida, a hacer crecer sus hijos”.
DE LA REDACCIÓN
EL ARGENTINO/Radio Vaticana
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