Irene Taravini
Mujeres que hacen cosas...
Entiende la ciencia como un desafío permanente para responder preguntas
Irene Taravini es la responsable del proyecto de investigación “Efectos del consumo de yerba mate en un modelo animal de la enfermedad de Parkinson”, que se lleva a cabo en la Facultad de Bromatología y que ha recibido financiamiento del Instituto Nacional de la Yerba Mate.
En la charla explicó sobre esto, que hizo posible su retorno a su ciudad, con un laboratorio a cuestas y con la determinación de armar un bioterio, el lugar destinado a la cría y control de los animales de laboratorio utilizados como reactivos biológicos en protocolos experimentales.
Egresada de la Facultad de farmacia y bioquímica de la UBA, Irene tiene un Doctorado y un Post en “el que sigue siendo mi laboratorio hasta hoy”, el Instituto de investigaciones farmacológicas, para estudiar determinados aspectos y responder ciertas preguntas sobre la enfermedad de Parkinson, bajo la dirección del Dr. Oscar Gershanik.
Y desde 2014, con el agregado de ser investigadora del CONICET, aplica sus conocimientos en la Facultad de Bromatología.
“Tenía mi puesto de investigadora en Buenos Aires, y mi familia en Gualeguaychú. Durante 18 años viajé casi todas las semanas”, contó.
También Raffaella, su primera hija, viajó todas las semanas hasta sus dos años. Y cuando Irene supo que venía Augusto (que llegó en febrero) se planteó instalarse, no obstante “como por el momento en Gualeguaychú soy la única que investiga en neurociencias y trabajo con animales, no tengo pares con los cuales hablar de mi tema, seguiré viajando, para asistir a seminarios y mantener contacto con mi referente, así como mantener mis colaboraciones en investigaciones”, dejó en claro.
Cuando la posibilidad de concursar como ayudante de cátedra en la Facultad se presentó, no la desaprovechó. Ahora, es profesora adjunta de la cátedra de Bioquímica de la Licenciatura en nutrición. Y suma su laboratorio y el bioterio.
Parkinson y mate
Acerca de la relación entre la yerba mate y la enfermedad de Parkinson, contó “tenemos varias líneas de investigación y ésta es una paralela a la principal. Nosotros estudiamos la morfología neuronal en Parkinson, enfermedad que se trata con levodopa. Y se vio que gran porcentaje de los pacientes, luego de tomar esta medicación en forma crónica (unos cinco años, aclaró) desarrollan movimientos anormales, distintos a la sintomatología de la enfermedad, inducidos por esta droga”.
Los llamados efectos adversos.
“En Buenos Aires investigamos los mecanismos posibles detrás de estos movimientos tanto o más discapacitantes que los propios de la enfermedad, por qué el paciente los desarrolla y por qué desaparecen cuando se deja de tomar la levodopa. Es decir, que podría haber una adaptación neuronal. Desarrollamos el modelo en animales y vemos qué sucede”.
“Y tenemos la línea más novedosa de investigación para establecer la relación del consumo de la yerba mate y el Parkinson, a partir de interesarnos la Dra. Emilia Gatto (neuróloga) que hizo un estudio en pacientes para establecer la relación entre el riesgo de desarrollar Parkinson y el consumo de yerba mate, que estableció que en esa población estudiada, quienes consumen más de un litro por día tienen menor riesgo de desarrollar la enfermedad, algo que no se sabía”.
“Para sustentar este resultado iniciamos la investigación con animales. Desarrollamos el modelo de la enfermedad y a los ratones les damos yerba mate para probar si es verdad que los que toman mate tienen menos riesgo que los que toman agua”.
“Probar eso -se entusiasmó- sería ir de la mano con la investigación de la Dra. Gatto. Si podemos demostrarlo, podremos decir que los animales que tomaron mate están protegidos y sus neuronas no mueren. La segunda etapa sería establecer qué compuesto de la yerba mate hace este efecto. Este sería el nuevo desafío”.
Mientras esto sucede, Irene contó “los animales comenzaron a tomar mate en noviembre y acaban de ser sacrificados para comenzar los estudios en el cerebro. Los estudios llevan su tiempo, pero siempre el resultado tiene mucho valor, porque se puede asemejar a lo que sucede en humanos”.
Aquí vale decir que para montar el bioterio, Irene trajo ratones de laboratorio estudiados genéticamente, que se mantienen en condiciones especiales, desde la comida pasando por su hábitat, para lo que se cumple con todas las normas de higiene y seguridad.
“Todos los que trabajamos con animales de experimentación hicimos la capacitación de manejo, buen uso y cuidado, y se cumplen todas las normas éticas, es decir, es trabajo con animales sin sufrimiento”, aclaró.
Responder la pregunta
Como le sucede a tantas, “cuando pasa algo en casa me cuesta concentrarme en cosas del trabajo, que se me ocurra una buena idea, escribir un proyecto para conseguir financiamiento...”, compartió.
“Pero creo que lo más importante es la productividad, es decir, responder la pregunta. Para mí ese es el indicador de tu trabajo”, afirmó, para agregar que por eso la licencia por la llegada de Augusto ha sido atípica, porque ha llevado trabajo a casa para no demorar a sus alumnos y becarias, ni descuidar el laboratorio, lo que habla de cómo toma el trabajo propio, así como el trabajo y estudio de los demás.
-¿Es difícil hacer ciencia en Argentina?
“Sí. Creo que los investigadores somos altamente capaces, pero es difícil acceder a los recursos financieros. Y tenemos el gran problema que muchos de los insumos son importados. La inmediatez no existe en Argentina. Por eso es imposible competir internacionalmente. Pero cada tanto sobresalimos”, nos dijo.
- ¿Esto desmoraliza o les hace redoblar la apuesta?
“Mucha gente se desmoraliza y deja la ciencia.... A mí me gusta lo que hago. Muchos me dicen que hago la ciencia romántica, porque me gusta el día a día, hacer la parte experimental, el microscopio. No me emociona tanto la publicación, pero es necesaria porque uno no puede descubrir algo y quedárselo”.
“Me gusta -insistió- y he tenido que remar..., pero si la pregunta que querés responder ya no te emociona, no vas a poder con toda la burocracia...”
-Volvamos al estudio de la yerba mate y Parkinson, ¿qué han descubierto?
“El proyecto está en curso..., creo que tendremos una respuesta a fin de año...”
Silvina Esnaola
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