Orduna: “La cuenca del río Uruguay tomada como un solo conjunto es una aspiración de muchas ciudades”
El presidente de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), Hernán Orduna, se encuentra al frente de la delegación argentina en ese organismo desde el 14 de agosto de 2006.
A poco de cumplir cinco años en su cargo, dialogó con EL ARGENTINO sobre la mirada de cuenca, dado que tener esa perspectiva o carecerla, siempre será esencial para diseñar políticas ambientales de corto, mediano y largo plazo. A pedido exclusivo de EL ARGENTINO, se abordó solamente la perspectiva de cuenca del río Uruguay.
La Caru está integrada por Argentina y Uruguay y por eso como Comisión Administradora siempre adolecerá la ausencia de Brasil que impide, en la práctica, articular políticas comunes territorialmente para una mejor defensa del Río de los Pájaros. En el medio del diálogo, una realidad: ningún dirigente, de ningún partido político se acercó a la Caru para conocer cuál es la situación de la cuenca teniendo presente que este año comienzan a votarse los diputados del Mercosur, que por el momento están mirando para otro lado.
-¿Cuesta mucho que Brasil integre la Caru?
-Son cuestiones que exceden mi competencia. Cualquier cosa que exprese debe ser muy cuidada porque represento a la Argentina y el ABC de toda diplomacia es no inmiscuirse en asuntos de otros países. Además, estamos hablando de un país hermano, con el cual estamos construyendo la Patria Grande. Por el Mercosur, podremos en 2019 tener todos el mismo Documento Nacional de Identidad (DNI), la misma chapa patente, etcétera. Creo que son todas decisiones que escapan al ámbito de la delegación argentina ante la Caru y la deben adoptar los gobiernos.
-Pero debería ser saludable que Brasil integre la Caru, dado que el río Uruguay también comprende su territorio y no se puede administrar sin esa presencia clave, porque encima está aguas arriba de Entre Ríos, por ejemplo.
-Por supuesto que la cuenca del río Uruguay tomada como un solo conjunto es una aspiración de muchas ciudades. Pero la concreción de eso depende de la comprensión política común de los países partes.
-Con respecto a la situación de los municipios entrerrianos de la Costa del Río Uruguay, ¿Tiene el hábito de consultar a la Caru? Se pregunta por qué hubo que crear un decreto provincial recordando la existencia del organismo como autoridad en el río Uruguay.
-Por la controversia a partir de la República Oriental del Uruguay y la mayor actividad de la Caru, se ha establecido una relación más asidua con los intendentes argentinos, no sólo entrerrianos sino también correntinos. Y hemos avanzado con los municipios e incluso con muchos organismos provinciales. Pero, muchas veces no alcanza con el dictado de un decreto, porque si los que detentan puestos en los distintos organismos públicos no internalizan los procedimientos que corresponden, es muy difícil que lo cumplan. Por eso la Caru se ha dado toda una acción para explicar, dar a conocer y analizar las competencias. De hecho, la provincia ha presentado dos proyectos: uno de Vialidad y otro por Hidráulica, a consulta previa de la Caru, honrando la conducta histórica de Argentina de respetar el Estatuto. Se trata de los trabajos en la Costanera de Concepción del Uruguay y la toma de agua para riego en Villa del Rosario. Y son importantes, porque en ambos casos Entre Ríos presentó el estudio de impacto ambiental correspondiente.
-¿Cómo está la situación del Parque Binacional en la zona de Colón para fortalecer políticas ambientales?
-Creo que hay buenas posibilidades. La delegación argentina lo promovió en su momento en el 2006 y 2007 y no logramos acuerdo en la totalidad de la delegación uruguaya. Creo que ahora han cambiado las condiciones y creo que se puede dar. En aquel momento se hablaba de un Parque Binacional de islas. Lo analizamos y puedo asegurar que es un desafío jurídico casi impar porque es muy complicado. Pero, si hay buena voluntad, se lo puede encarar. Las dificultades no son políticas, sino jurídicas y está vinculado con la propiedad de las islas, que en algunos casos son privadas y en otros fiscales. En definitiva, requiere de una gran voluntad y de una flexibilidad política de los presidentes.
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