Para Cerruti, Argentina prob� la contaminaci�n de Botnia en el r�o Uruguay
La embajadora Susana Ruiz Cerruti, quien preside la delegaci�n argentina en el proceso judicial de la Corte Internacional de La Haya sobre el diferendo con el Uruguay por la instalaci�n de Botnia, asegur� ayer que se pudo �probar� ante el tribunal que la empresa pastera contamina las aguas del r�o Uruguay.
Afirm� que se present� ante la Corte un voluminoso trabajo realizado por 90 expertos de las universidades de Buenos Aires y La Plata del cual �surge claramente que ya se han producido da�os y s�ntomas de que se han producido cambios en el ecosistema del r�o a consecuencia del trabajo de Botnia�.
La embajadora tambi�n neg� de manera terminante que en reuniones previas de autoridades uruguayas y argentinas el Gobierno hubiera dado su consentimiento para la construcci�n de papeleras.
Indic� que hoy ser� la �ltima reuni�n oral en el proceso judicial que comenz� el 14 de setiembre en la que la Argentina tuvo oportunidad de hacer sus denuncias contra el Uruguay por el uso de parte de ese pa�s, en forma unilateral, del r�o compartido.
La diplom�tica explic� que el pa�s est� realizando estudios sobre la situaci�n del curso de agua desde hace dos a�os, donde comprob� efectos negativos que gener� Botnia.
Indic� que luego de dos a�os de trabajo a fondo realizado por los 90 cient�ficos de las universidades de Buenos Aires y de La Plata, del cual �estamos muy orgullosos� �asever�-, que fue presentado al tribunal el 30 de junio pasado, y donde se demuestra que �surge claramente que ya se han producido da�os y s�ntomas de que se han producido cambios en el ecosistema del r�o a consecuencia de Botnia�.
Inform� que concluida la etapa oral viene la de respuestas por escrito, y en ese sentido indic� que Uruguay tendr� que responder por escrito antes del 9 de octubre �a la pregunta sobre si la papelera contamina el r�o� que le formul� el Tribunal. Por su parte, la Argentina tendr� derecho a contestar a las preguntas que se le formulen hasta el 19.
Consultada sobre si era cierto que el gobierno argentino en el 2003 hab�a autorizado la construcci�n de las papeleras a pedido del Uruguay, Ruiz Cerrruti fue terminante: �Hubo una reuni�n en octubre del 2003 donde el Uruguay dijo que no iba a tomar ninguna decisi�n sin consultar a la Argentina, pero al final autoriz� la instalaci�n de ENCE (que finalmente no se concret�) sin comunicarlo a la Argentina�.
Con respecto al pedido de relocalizaci�n de Botnia, Ruiz Cerrutti argument�: �La
Argentina est� solicitando lo que se llama en la jerga jur�dica la �restitutio in integrum� desde el primer acto, desde la presentaci�n de la demanda el 4 de mayo del 2006. La tesis Argentina fue: esto ha sido autorizado en violaci�n del Estatuto del R�o Uruguay. Hay una irregularidad inicial que es la autorizaci�n sin consulta del vecino pa�s, sin cumplir con el Estatuto del R�o Uruguay�. Y agreg�: �Pero adem�s lo que se autoriz� es algo que est� entre las cuatro industrias m�s contaminantes del mundo, y nosotros lo dec�amos en el 2006, cuando no exist�a todav�a Botnia. Apenas hab�a un trabajo de violaci�n de terreno y hab�an construido nada m�s que la chimenea. En ese momento nosotros ya le pedimos a la Corte que le dijera al Uruguay que primero pare, suspenda, y despu�s sino suspende que se hagan responsables de volver las cosas al estado del que no deber�a haber nunca salido, que era volver a antes de la autorizaci�n. Eso se llama �restitutio in integrum� y la Argentina lo viene solicitando desde el principio�.
�Todas las negociaciones que se hicieron, incluyendo la facilitaci�n que se hizo bajo la conducci�n de su Majestad, el Rey de Espa�a, part�an de la base de la relocalizaci�n de la industria�.
Tambi�n sostuvo: �No s�lo hemos argumentado en los aspectos procesales, sino que tambi�n hemos llevado al Tribunal los elementos de prueba que acreditan que el funcionamiento de la planta est� ya produciendo efectos nocivos para el ecosistema del r�o. Adem�s hemos llevado otras evidencias, las evidencias que indican que ese lugar, en ese r�o, es el menos indicado para una industria que es considerada una de las cuatro m�s contaminantes del mundo�.
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