Se realizan más de mil fiestas ilegales por fin de semana
Cada fin de semana se realizan en el país más de mil fiestas ilegales donde se vende en forma indiscrimina alcohol y se evaden todos los controles, como parte de una actividad que mueve millones de pesos.
En una de estas fiestas ilegales realizada en una quinta alquilada en la provincia de Córdoba el domingo pasado murió Francisco Mignola de 19 años tras consumir alcohol y drogas.
El muchacho cayó al suelo con convulsiones y los otros asistentes, en lugar de ayudarlo, le robaron la vestimenta, el teléfono celular, una mochila y dinero.
Recién horas después fue llevado a un hospital, donde murió.
El dramático caso forma parte de una peligrosa tendencia con festivales musicales realizados en predios alternativos, que evaden todos los controles y facturan millones.
Se calcula que cada fin de semana hay más de mil en todo el país, y en muchas de ellas el "gancho" es una pastilla de éxtasis de regalo con cada entrada.
"El negocio de estos eventos es la venta de droga, y no precisamente marihuana", dijo Noemí Bongiovani, la mamá deFrancisco Mignola, un joven que estaba en proceso de recuperación de su adicción a las drogas.
El abogado de la familia reveló en declaraciones publicadas por Diario Popular, que "cada entrada tenía un valor de 100 pesos, y les regalaban una pastilla de éxtasis a cada uno que entraba".
Acerca de la problemática, Claudio Izaguirre, titular de la Asociación Antidrogas, expresó que "en el país hay más de 1.000 de estas fiestas totalmente ilegales durante los fines de semana, con el patrón repetido de evitar todo tipo de controles, ya que alquilan espacios alejados y protegidos como quintas o estancias".
"Allí es difícil que llegue la policía o los organismos de control. Las invitaciones se realizan a través de las redes sociales. Lo que en Facebook se denominan eventos, y que se cursan a personas ya conocidas", señaló.
Según el letrado, las fiestas "se hacen de manera reservada, para evitar pesquisas" y agregó: muchas veces, incluso los participantes no tienen idea del lugar al que van, porque los citan en algún punto y desde ese momento son llevados en micro".
El caso de Mignola es el último de muchos con características similares, con jóvenes que terminaron fallecidos.
De hecho, en la causa que investiga la justicia cordobesa se determinó que el muchacho recién fue llevado a un hospital pasado el mediodía.
"No vamos a permitir que se tape a los que lo mataron. Por su honor, y en apoyo a todos los padres que están luchando para que no se le vayan sus hijos", dijo la madre de Francisco.
Para Izaguirre, "en estas fiestas, donde puede haber hasta 5.000 asistentes, los clientes son en realidad consumidores cautivos, porque todo el armado de los eventos están direccionados a la venta de drogas y alcohol", agregando que "el éxtasis, la cocaína y la marihuana son las sustancias que más se venden en estos espacios, sumado por supuesto a las bebidas alcohólicas".
En el trágico caso cordobés, la justicia tiene en la mira a los organizadores de la fiesta, en tanto que en las últimas horas declaró la dueña del predio.
"Alquilé el lugar a dos personas que me dijeron que iban a festejar su cumpleaños. En ningún momento me dijeron que era una fiesta", aseguró María del Luján Arnau, encargada de la estancia.
"Me habían dicho que era para unas 30 personas", dijo la mujer, quien señaló que cuando fue a buscar las llaves del lugar, el domingo a las 18.30, todavía había en el interior un grupo de 50 jóvenes.
La madre del joven fallecido presentó una denuncia penal por robo porque sostiene que mientras su hijo tenía convulsiones le sustrajeron el celular, dinero y ropa, entre otras cosas.
También dijo que, con la entrada, le "regalaron" una pastilla de éxtasis.
"Todo lo que ocurre en estas fiestas es manejado por los organizadores. Las invitaciones privadas, el traslado, la música, la venta de drogas y alcohol. Hasta alquilan habitaciones para relaciones sexuales. Es un negocio para unos pocos inescrupulosos, que actúan con absoluta impunidad, al margen de la legalidad y poniendo en riesgo a miles de chicos", señaló.
El muchacho cayó al suelo con convulsiones y los otros asistentes, en lugar de ayudarlo, le robaron la vestimenta, el teléfono celular, una mochila y dinero.
Recién horas después fue llevado a un hospital, donde murió.
El dramático caso forma parte de una peligrosa tendencia con festivales musicales realizados en predios alternativos, que evaden todos los controles y facturan millones.
Se calcula que cada fin de semana hay más de mil en todo el país, y en muchas de ellas el "gancho" es una pastilla de éxtasis de regalo con cada entrada.
"El negocio de estos eventos es la venta de droga, y no precisamente marihuana", dijo Noemí Bongiovani, la mamá deFrancisco Mignola, un joven que estaba en proceso de recuperación de su adicción a las drogas.
El abogado de la familia reveló en declaraciones publicadas por Diario Popular, que "cada entrada tenía un valor de 100 pesos, y les regalaban una pastilla de éxtasis a cada uno que entraba".
Acerca de la problemática, Claudio Izaguirre, titular de la Asociación Antidrogas, expresó que "en el país hay más de 1.000 de estas fiestas totalmente ilegales durante los fines de semana, con el patrón repetido de evitar todo tipo de controles, ya que alquilan espacios alejados y protegidos como quintas o estancias".
"Allí es difícil que llegue la policía o los organismos de control. Las invitaciones se realizan a través de las redes sociales. Lo que en Facebook se denominan eventos, y que se cursan a personas ya conocidas", señaló.
Según el letrado, las fiestas "se hacen de manera reservada, para evitar pesquisas" y agregó: muchas veces, incluso los participantes no tienen idea del lugar al que van, porque los citan en algún punto y desde ese momento son llevados en micro".
El caso de Mignola es el último de muchos con características similares, con jóvenes que terminaron fallecidos.
De hecho, en la causa que investiga la justicia cordobesa se determinó que el muchacho recién fue llevado a un hospital pasado el mediodía.
"No vamos a permitir que se tape a los que lo mataron. Por su honor, y en apoyo a todos los padres que están luchando para que no se le vayan sus hijos", dijo la madre de Francisco.
Para Izaguirre, "en estas fiestas, donde puede haber hasta 5.000 asistentes, los clientes son en realidad consumidores cautivos, porque todo el armado de los eventos están direccionados a la venta de drogas y alcohol", agregando que "el éxtasis, la cocaína y la marihuana son las sustancias que más se venden en estos espacios, sumado por supuesto a las bebidas alcohólicas".
En el trágico caso cordobés, la justicia tiene en la mira a los organizadores de la fiesta, en tanto que en las últimas horas declaró la dueña del predio.
"Alquilé el lugar a dos personas que me dijeron que iban a festejar su cumpleaños. En ningún momento me dijeron que era una fiesta", aseguró María del Luján Arnau, encargada de la estancia.
"Me habían dicho que era para unas 30 personas", dijo la mujer, quien señaló que cuando fue a buscar las llaves del lugar, el domingo a las 18.30, todavía había en el interior un grupo de 50 jóvenes.
La madre del joven fallecido presentó una denuncia penal por robo porque sostiene que mientras su hijo tenía convulsiones le sustrajeron el celular, dinero y ropa, entre otras cosas.
También dijo que, con la entrada, le "regalaron" una pastilla de éxtasis.
"Todo lo que ocurre en estas fiestas es manejado por los organizadores. Las invitaciones privadas, el traslado, la música, la venta de drogas y alcohol. Hasta alquilan habitaciones para relaciones sexuales. Es un negocio para unos pocos inescrupulosos, que actúan con absoluta impunidad, al margen de la legalidad y poniendo en riesgo a miles de chicos", señaló.
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