Una realidad que asfixia a los trabajadores
La mayoría de los argentinos que apostaron al cambio de la mano del Gobierno que encabeza el presidente Mauricio Macri, sabían que los tiempos que venían no iban a ser color de rosa. La situación del país ameritaba entre otras cosas, medidas de fondo tendientes a achicar el gasto del Estado.
Antes de las elecciones ya se hablaba de que, ganara quien ganara, habría un ajuste en la economía argentina, pero existía la duda respecto a qué tipo de medidas iban a tomar, si iban a llevar adelante un proceso de transición hacia el cambio o si serían medidas de shock… todos coincidían en pensar que el mejor camino era el de una transición.
Pues bien, el nuevo Gobierno optó por una serie de medidas que están asfixiando a la clase trabajadora argentina y de ellos, los que peor la están pasando son los sectores del trabajo informal, llamados comúnmente “los trabajadores en negro”, los jubilados que cobran la mínima y por supuesto los desocupados.
Los ciudadanos no se cansan de recibir malas noticias y hay quienes reconocen que este gobierno los decepcionó, ya no sirven las excusas… hay muchos argentinos que viven momento duros y apremiantes.
Muchos de los trabajadores de la economía informal, enfrentan los aumentos en las tarifas, el combustible y la inflación en los precios y no están contemplados en ninguna de las tarifas sociales ni en los subsidios anunciados por el Gobierno… para colmo de males un mes entero de lluvias impidió a muchos jornaleros realizar sus tareas, por lo que no tuvieron ingresos y realmente atraviesan una situación muy difícil. Y no sólo ellos padecen, hay muchos otros sectores de la sociedad que están con la soga al cuello, como los jubilados y las pequeñas y medianas empresas del interior del país, sólo por mencionar algunos.
Y cabe recordar una crítica recurrente que se le hacía al anterior gobierno: el hecho de gobernar de espaldas a la realidad… pues bien, Macri tampoco parece estar viéndola o quizá el círculo en el que se rodea el mandatario nacional y todo su gabinete, está muy alejado de lo que padecen miles y miles de argentinos.
Frente a la devaluación, la inflación y la recesión, los despidos en el sector público y en el privado, el alza abrupta de las tarifas de servicios y la consecuente baja del consumo, hay una gran parte de la población que ya no sabe qué más ajustar para llegar a fin de mes.
Al parecer, con el “cambio” es el humor social lo que está “cambiando”… son muchos los que están desanimados y ya no están tan confiados en que esta revolución de la alegría dé los resultados esperados y prometidos.
Sucede que siempre es el pueblo el que debe sacrificarse, principalmente la clase media y baja y los que realmente sufren y padecen son los que viven en situación de pobreza, porque los que gobiernan nunca deben sobrellevar las consecuencias de sus medidas, en general viven holgadamente y para ellos no es un dolor de cabeza hacer números para llegar a fin de mes.
Pues bien, ahora todas las esperanzas están puestas en el segundo semestre… al menos es lo que desde el Gobierno Nacional nos señalan: que la etapa de ajuste (“sinceramiento”) estaría terminando.
Miles de argentinos aún tienen fe en esta nueva gestión y, por el bien de todos, esperan que no los defrauden.
Pues bien, el nuevo Gobierno optó por una serie de medidas que están asfixiando a la clase trabajadora argentina y de ellos, los que peor la están pasando son los sectores del trabajo informal, llamados comúnmente “los trabajadores en negro”, los jubilados que cobran la mínima y por supuesto los desocupados.
Los ciudadanos no se cansan de recibir malas noticias y hay quienes reconocen que este gobierno los decepcionó, ya no sirven las excusas… hay muchos argentinos que viven momento duros y apremiantes.
Muchos de los trabajadores de la economía informal, enfrentan los aumentos en las tarifas, el combustible y la inflación en los precios y no están contemplados en ninguna de las tarifas sociales ni en los subsidios anunciados por el Gobierno… para colmo de males un mes entero de lluvias impidió a muchos jornaleros realizar sus tareas, por lo que no tuvieron ingresos y realmente atraviesan una situación muy difícil. Y no sólo ellos padecen, hay muchos otros sectores de la sociedad que están con la soga al cuello, como los jubilados y las pequeñas y medianas empresas del interior del país, sólo por mencionar algunos.
Y cabe recordar una crítica recurrente que se le hacía al anterior gobierno: el hecho de gobernar de espaldas a la realidad… pues bien, Macri tampoco parece estar viéndola o quizá el círculo en el que se rodea el mandatario nacional y todo su gabinete, está muy alejado de lo que padecen miles y miles de argentinos.
Frente a la devaluación, la inflación y la recesión, los despidos en el sector público y en el privado, el alza abrupta de las tarifas de servicios y la consecuente baja del consumo, hay una gran parte de la población que ya no sabe qué más ajustar para llegar a fin de mes.
Al parecer, con el “cambio” es el humor social lo que está “cambiando”… son muchos los que están desanimados y ya no están tan confiados en que esta revolución de la alegría dé los resultados esperados y prometidos.
Sucede que siempre es el pueblo el que debe sacrificarse, principalmente la clase media y baja y los que realmente sufren y padecen son los que viven en situación de pobreza, porque los que gobiernan nunca deben sobrellevar las consecuencias de sus medidas, en general viven holgadamente y para ellos no es un dolor de cabeza hacer números para llegar a fin de mes.
Pues bien, ahora todas las esperanzas están puestas en el segundo semestre… al menos es lo que desde el Gobierno Nacional nos señalan: que la etapa de ajuste (“sinceramiento”) estaría terminando.
Miles de argentinos aún tienen fe en esta nueva gestión y, por el bien de todos, esperan que no los defrauden.
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