Uruguay afirmó que acordó con Argentina la radicación de la pastera
En una nueva audiencia en la Corte Internacional de La Haya, el gobierno de Tabaré Vázquez afirmó que en marzo de 2004 acordó con la Argentina la construcción de la papelera Botnia, siempre y cuando se llevase a cabo un “control pormenorizado” de las consecuencias medioambientales del proyecto.
Expuso que la papelera finlandesa “no contamina” e hizo mención al perjuicio causado como consecuencia de la “ilegalidad” del corte de rutas al que señaló como “consentido” por las autoridades argentinas.
Botnia “no contamina” y “no se ha hallado un sólo caracol muerto en el río”, fueron las frases más sobresalientes que esbozó la delegación que representa a Uruguay ante La Haya.
El abogado norteamericano Lawrence Martin indicó ante los jueces que el acuerdo con Argentina para la instalación de la pastera, se logró en una reunión de los ministros de Exteriores de ambos países, celebrada el 2 de marzo de 2004. Además, Martin negó el argumento argentino de que la conclusión de esa reunión hubiera sido remitir el proyecto a la Comisión de Administración del Río Uruguay (CARU) y mantuvo que el único papel de esa organización era el de realizar los controles medioambientales.
Por lo tanto, aseveró que Uruguay no violó el Estatuto del Río Uruguay de 1975 por no informar primero a la CARU del proyecto, que en 2003 todavía incluía la construcción de la papelera española ENCE -que decidió después reubicar su fábrica de celulosa para evitar posibles problemas derivados del contencioso en La Haya-.
A su juicio, en el Tratado “no hay nada que impida a las partes obviar la inicial revisión e iniciar consultas directas”, lo que según Uruguay ocurrió.
“La necesidad de negociaciones directas era obvia y ambas partes acordaron proceder” con las mismas, expuso el asesor legal de la delegación de Montevideo ante los jueces. Y en ese punto reprochó a la Argentina haber construido en su ribera “170 plantas industriales desde 1976” sin haberlo notificado en ninguna ocasión a la CARU y haber decidido “unilateralmente” que esos proyectos no afectarían al río.
Para Uruguay, la industria química ubicada en la ribera argentina -fábricas de plásticos o detergentes, entre otras- es más contaminante que la celulosa construida en su parte del río.
En ese sentido, el profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Edimburgo, Alan Boyle, señaló que la planta de celulosa Botnia “no ha causado contaminación perjudicial al río Uruguay”, y agregó que “no ha puesto en riesgo la ecología del ecosistema y satisface los estándares de calidad del agua y protección ambiental acordados por ambas partes”.
“La calidad del agua no cambió desde que la papelera comenzó a operar en febrero de 2007. Es la fábrica adecuada en el lugar correcto, en un río que es más que capaz de soportar el desarrollo de este tipo de actividad económica. Además, no se ha hallado un solo caracol ni un solo molusco muerto en el río”, subrayó Boyle.
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