Alan García asumió la presidencia de Perú
El socialdemócrata Alan García juró este viernes como nuevo presidente de Perú y retornó al poder dos décadas después con el desafío de desterrar la mala imagen que dejó su primer gobierno y bajo la urgencia de hallar soluciones en un país donde la mitad de su población vive en la pobreza.
El flamante presidente peruano Alan García pidió este viernes a los empresarios mineros contribuir para superar "la catastrófica situación" en que viven 13 millones de pobres y demandó a las empresas del gas a renegociar los contratos para reducir el precio de ese hidrocarburo.
Al comenzar su gobierno de cinco años, García, de 57 años, juró poco antes del mediodía (17H00 GMT) ante la presidenta del Congreso, Mercedes Cabanillas, en presencia de nueve presidentes latinoamericanos; el heredero del trono español, el príncipe Felipe de Borbón, y delegaciones de Estados Unidos, Europa y Asia.
Tras cumplir el ritual del juramento, García, líder de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), el partido más antiguo de Perú, se convirtió en el presidente número 75 en 185 años de historia republicana, sucediendo al saliente Alejandro Toledo.
El nuevo gobernante asume la presidencia en medio de una enorme expectativa de sus 27 millones de compatriotas.
En su primer mensaje al país, García instó a América Latina a acelerar la integración para enfrentar la globalización que fomenta "la desigualdad y la exclusión social" a la vez que llamó a crear las bases de "un consenso latinoamericano", que reemplace "al caduco consenso de Washington".
El gobernante expuso la situación de "catástrofe social" de trece millones de peruanos que viven en pobreza. Para paliar esa situación pidió a los empresarios mineros a contribuir para remontar esa situación, demandando además a las empresas del gas a renegociar los contratos para reducir el precio de ese hidrocarburo.
"Es preferible conceder algo más en vez de correr el riesgo de perderlo todo por la conmoción social", dijo en su discurso de investidura como nuevo presidente de Perú ante el Congreso
unicameral.
"O ganan los pobres o lo perdemos todo en medio de esa conmoción", remarcó, alertando que la pobreza puede llevar al "peligro del caos y el desorden".
Como parte de su mensaje, el nuevo gobernante anunció severas medidas de austeridad, con cierre de algunas embajadas, para acabar con la "sensualidad del poder", implementando además una lucha contra la corrupción.
De esa manera García busca borrar el recelo que subsiste por su primer gobierno (1985-1990) que culminó en medio de una grave crisis económica, con una hiperinflación de 7.600% anual, un país
repudiado por la comunidad financiera internacional y con la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso en su apogeo.
Como señal de apertura, el nuevo mandatario designó el jueves a un gabinete ministerial en que sólo seis de sus integrantes de un total de 15 ministros pertenecen al que es desde este viernes el partido gobernante, el APRA.
En política exterior el nuevo gobernante ha priorizado la formación de un eje de integración económica con Brasil y Chile, trazándose el objetivo del retorno chileno a la Comunidad Andina
de Naciones (CAN).
Se propuso como meta "sin soberbia" que en diez años el Perú sea un país líder en Sudamérica y que llegue a igualar a los países vecinos más exitosos.
El colombiano Alvaro Uribe dijo confiar en que García hará "un buen gobierno" mientras que la chilena Michelle Bachelet estimó que Perú vive una "fiesta de la democracia" por la elección de García, señalando que su país tiene "gran interés en ir avanzando y profundizando las relaciones con Perú".
Aparte de Uribe y Bachelet también asistían a los actos de asunción presidencial los mandatarios Martín Torrijos (Panamá), Nicanor Duarte (Paraguay), Luiz Inacio Lula da Silva (Brasil), Antonio Saca (El Salvador), Evo Morales (Bolivia), Alfredo Palacio (Ecuador) y Manuel Zelaya (Honduras).
Antes de jurar como presidente pero ya con una recargada agenda, García sostuvo temprano reuniones bilaterales con los mandatarios de Colombia, Alvaro Uribe, y de Bolivia, Evo Morales, en la sede de la cancillería.
A nivel interno, según el criterio de los analistas Carlos Reyna y Eduardo Toche, García no tendrá oposición en el corto plazo porque la derecha se siente cómoda y representada en el gabinete, mientras que el nacionalismo de izquierda que encarnó el candidato Ollanta Humala está casi desaparecido políticamente.
García llegó a la presidencia tras derrotar en segunda vuelta electoral a Humala por 52,5% de los votos contra 47,5% de su rival.
Fuente: AFP-NA.
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