Colombia denuncia a FARC ante OEA
El vicepresidente colombiano, Francisco Santos, hizo este martes ante la OEA una encendida defensa de las iniciativas que ha acogido el gobierno de Colombia para intentar obtener la liberación de los secuestrados en poder de la guerrilla de las FARC, a la que fustigó por esa práctica "vil, cobarde y cruel".
"Las FARC han hecho del secuestro una forma lucrativa de financiar sus actividades" junto con el narcotráfico, denunció Santos, recibido durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, el máximo órgano de la entidad interamericana.
"Estos secuestradores han cobrado por entregar pruebas de supervivencia o por devolver cadáveres", recordó. Santos denunció las "condiciones infrahumanas de cautiverio" en la que son mantenidos los rehenes y sostuvo que "esos tratos crueles son extendidos a sus familias" y a los círculos cercanos a los cautivos.
Uno tras otro, ante una sala en silencio, el vicepresidente colombiano enumeró casos en los cuales el cautiverio terminó con la muerte de secuestrados o de algún familiar cercano que falleció sin volver a ver a los suyos. Santos pidió que la comunidad internacional haga un reclamo por la "incondicional liberación" de los retenidos por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), la principal guerrilla del país con unos 17.000 integrantes.
En un pasaje de su discurso, el vicepresidente colombiano recordó las recientes pruebas de supervivencia de 16 rehenes en poder de las FARC que fueron vistos en una serie de videos confiscados a tres supuestos integrantes de la guerrilla.
Santos exaltó "la imagen digna" de rehenes como la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, secuestrada en 2002, de tres norteamericanos en poder de las FARC desde 2003, o del senador Luis Eladio Pérez a quien su propia esposa tuvo dificultades en reconocer en las imágenes tras años privado de libertad en las selvas colombianas.
Las condiciones de estos secuestros son "comparables con los campos de concentración nazis" durante la segunda guerra mundial, esgrimió Santos.
Santos recordó que el secuestro es un "crimen de guerra estipulado por la Corte Penal Internacional" y pidió una vez más apoyo para lograr la "incondicional liberación" de los retenidos. El mandatario defendió asimismo el papel del gobierno en las gestiones por la liberación de los rehenes, de los cuales 45 forman parte de un grupo que las FARC pretenden canjear por unos 500 rebeldes presos.
"Hemos tenido la voluntad, la iniciativa, y la persistencia para lograr la libertad de las personas secuestradas", argumentó. Santos pidió a los países americanos "comprensión" para los límites que el gobierno de Alvaro Uribe estableció a cualquier intercambio de rehenes, como la no reinserción de los rebeldes hoy detenidos en filas de la guerrilla, o la negativa a desmilitarizar una zona del país para el canje ante fracasos de mecanismos similares en el pasado.
Uribe ha sido criticado por allegados a Betancourt, que también tiene la nacionalidad francesa, por suspender el mes pasado la mediación para un canje que adelantaban el presidente venezolano Hugo Chávez y la senadora opositora colombiana Piedad Córdoba, alegando que el mandatario venezolano se comunicó sin permiso con los mandos castrenses colombianos.
La última propuesta acogida por el gobierno colombiano para obtener la liberación de este grupo de rehenes proviene de la Iglesia Católica, y consiste en crear una "zona de encuentro" de unos 150 km2 en Colombia, en la que el intercambio se realizaría ante la presencia de observadores internacionales y ninguna de las partes involucradas en el proceso portaría armas en esa área.
Se estima que unas 3.000 personas están en poder de grupos armados en Colombia.
Fuente: AFP-NA
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