Egipto: Suleiman, de los servicios secretos a la vicepresidencia
El presidente egipcio Hosni Mubarak, acosado por las manifestaciones, creó ayer el cargo de vicepresidente y se lo confió a Omar Suleiman, el jefe de sus servicios de inteligencia que tuvo a cargo numerosos expedientes diplomáticos, como el de las relaciones con Israel.
Suleiman, de 77 años, sale así de su tradicional papel entre bambalinas, que le permitió mediar con los dirigentes israelíes y con los del movimiento islamista palestino Hamas para acabar con la guerra desencadenada en Gaza a fines de 2008.
Gracias a sus mediaciones obtuvo un récord de treguas israelo-palestinas, muchas de ellas efímeras, desde el inicio de la segunda Intifada palestina en el año 2000.
El influyente dirigente nació en 1934 en una familia adinerada de Qena, en el Alto Egipto. El hombre, de mediana estatura, con bigotes y una calvicie pronunciada, se orientó inicialmente hacia la carrera militar, pero luego cambió el uniforme por los trajes. Y se convirtió en la insoslayable figura de las “misiones especiales”, con mayores atribuciones sobre los estratégicos temas “Israel” y “Palestinos” que el propio canciller, Ahmed Abul Gheit.
El general Suleiman compara su “oficio” con el ajedrez o con los naipes, y sabe que no siempre se gana. Eso lo comprobó en la franja de Gaza, donde sus hombres no pudieron impedir que el movimiento islamista Hamas expulsara del poder en junio de 2007 al Fatah del presidente palestino Mahmud Abas.
En 1991, fue nombrado jefe del Mujbarat, la temible y tentacular oficina de informaciones interiores. Omar Suleiman forma parte del “primer círculo” de colaboradores de Mubarak, quien llegó al poder en 1981.
El mandatario siguió su consejo de llevar en junio de 1994 un coche blindado a Addis Abeba, para participar en una cumbre de la Unión Africana, gracias al cual ambos conservaron la vida cuando un comando islamista los atacó a balazos. El conductor, sin embargo, murió en el atentado.
En los años 90, Mubarak reprimió con firmeza a grupos islamistas radicales como la Gamaa Islamiya y el Yihad, autores de sangrientos atentados.
“Suleiman es alguien claro, estructurado, sutil, creíble y por lo tanto respetado por todos”, dijo a la AFP el ex jefe de informaciones de un gran país europeo, que tuvo a menudo trato con él.
“Formado con un molde militar, es los ojos y las orejas del presidente, con un sentido agudo de los intereses de Egipto”, agrega su ex “colega” europeo y fino conocedor del mundo árabe.
Gracias a sus mediaciones obtuvo un récord de treguas israelo-palestinas, muchas de ellas efímeras, desde el inicio de la segunda Intifada palestina en el año 2000.
El influyente dirigente nació en 1934 en una familia adinerada de Qena, en el Alto Egipto. El hombre, de mediana estatura, con bigotes y una calvicie pronunciada, se orientó inicialmente hacia la carrera militar, pero luego cambió el uniforme por los trajes. Y se convirtió en la insoslayable figura de las “misiones especiales”, con mayores atribuciones sobre los estratégicos temas “Israel” y “Palestinos” que el propio canciller, Ahmed Abul Gheit.
El general Suleiman compara su “oficio” con el ajedrez o con los naipes, y sabe que no siempre se gana. Eso lo comprobó en la franja de Gaza, donde sus hombres no pudieron impedir que el movimiento islamista Hamas expulsara del poder en junio de 2007 al Fatah del presidente palestino Mahmud Abas.
En 1991, fue nombrado jefe del Mujbarat, la temible y tentacular oficina de informaciones interiores. Omar Suleiman forma parte del “primer círculo” de colaboradores de Mubarak, quien llegó al poder en 1981.
El mandatario siguió su consejo de llevar en junio de 1994 un coche blindado a Addis Abeba, para participar en una cumbre de la Unión Africana, gracias al cual ambos conservaron la vida cuando un comando islamista los atacó a balazos. El conductor, sin embargo, murió en el atentado.
En los años 90, Mubarak reprimió con firmeza a grupos islamistas radicales como la Gamaa Islamiya y el Yihad, autores de sangrientos atentados.
“Suleiman es alguien claro, estructurado, sutil, creíble y por lo tanto respetado por todos”, dijo a la AFP el ex jefe de informaciones de un gran país europeo, que tuvo a menudo trato con él.
“Formado con un molde militar, es los ojos y las orejas del presidente, con un sentido agudo de los intereses de Egipto”, agrega su ex “colega” europeo y fino conocedor del mundo árabe.
Este contenido no está abierto a comentarios