El Director del FMI niega acusaciones pero rechazan su libertad bajo fianza
El director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, negó ayer las acusaciones de intento de violación y agresión sexual presentadas por una empleada de un hotel en Nueva York, pero la jueza rechazó su pedido de libertad bajo fianza.
Detenido desde el sábado, Strauss-Kahn, con aire abatido y vestido con sobretodo oscuro y camisa clara, se presentó cerca del mediodía ante la magistrada Melissa Jackson del Tribunal en lo Penal de Nueva York en el sur de Manhattan, en una sala de audiencias repleta de periodistas.
El director del FMI fue inculpado de "agresión sexual, retención ilegal e intento de violación" tras las acusaciones
vertidas en su contra por parte de una empleada del hotel Sofitel de Nueva York.
Strass-Kahn "niega estos cargos", dijo uno de sus abogados, Benjamin Brafman.
Considerado uno de los hombres más poderosos del mundo, el director del FMI se encontró el lunes sentado en un banco de madera de la vieja sala de audiencias del Tribunal en lo Penal de Nueva York junto a otros delincuentes.
Strauss-Kahn ofreció entregar su pasaporte, pagar una fianza de un millón de dólares y permanecer en Nueva York en casa de su hija hasta la próxima audiencia prevista el 20 de mayo, pero la jueza rechazó dejarlo en libertad por "riesgo de fuga".
El abogado defensor Brafman dijo estar "decepcionado" por esta decisión y aseguró que el caso de su cliente es "muy defendible". "Esta batalla acaba de comenzar", señaló Brafman en la puerta del tribunal ante decenas de periodistas que hacían guardia, agregando que la intención de su cliente es "limpiar su nombre". Strauss-Kahn, de 62 años y miembro del partido socialista francés, se perfilaba como uno de los favoritos para las elecciones presidenciales del año próximo en su país, aunque este escándalo podría arruinar su carrera política.
El director del FMI fue inculpado de "agresión sexual, retención ilegal e intento de violación" tras las acusaciones
vertidas en su contra por parte de una empleada del hotel Sofitel de Nueva York.
Strass-Kahn "niega estos cargos", dijo uno de sus abogados, Benjamin Brafman.
Considerado uno de los hombres más poderosos del mundo, el director del FMI se encontró el lunes sentado en un banco de madera de la vieja sala de audiencias del Tribunal en lo Penal de Nueva York junto a otros delincuentes.
Strauss-Kahn ofreció entregar su pasaporte, pagar una fianza de un millón de dólares y permanecer en Nueva York en casa de su hija hasta la próxima audiencia prevista el 20 de mayo, pero la jueza rechazó dejarlo en libertad por "riesgo de fuga".
El abogado defensor Brafman dijo estar "decepcionado" por esta decisión y aseguró que el caso de su cliente es "muy defendible". "Esta batalla acaba de comenzar", señaló Brafman en la puerta del tribunal ante decenas de periodistas que hacían guardia, agregando que la intención de su cliente es "limpiar su nombre". Strauss-Kahn, de 62 años y miembro del partido socialista francés, se perfilaba como uno de los favoritos para las elecciones presidenciales del año próximo en su país, aunque este escándalo podría arruinar su carrera política.
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