Lluvias e inundaciones complican más a Río
Más de 500 personas perdieron la vida en la catástrofe que asoló la sierra del norte de Rio de Janeiro, donde los pobladores enfrentaban el viernes un panorama de caos, búsquedas de cuerpos y ansiedad por la llegada de más lluvias que pueden provocar nuevos derrumbes.
La ciudad de Nova Friburgo, una de las más afectadas por la tragedia que pagó con más de 200 muertos, ofrecía este viernes un panorama de caos y desolación.
Largas filas de autos de vecinos intentaban abandonar la ciudad inmersa en el barro y que no tiene ni agua ni luz, compitiendo por el estrecho espacio en la semiderruída carretera con bomberos y ambulancias que entraban para continuar las labores de rescate.
Mientras, algunos de los barrios periféricos, muchos aislados y abandonados tras la tragedia, eran fruto de saqueos, según
denunciaron los vecinos.
"Me voy de casa porque no hay electricidad, no hay agua, no hay comida", dijo a la AFP Marise Ventura, de 54 años, antes de
abandonar la ciudad con su padre.
Al menos 521 personas murieron en los municipios de Nova Friburgo, Teresopolis, Petropolis y Sumidouro, informaron las
alcaldías y servicios de Defensa Civil. Esta región serrana del norte de Rio de Janeiro fue escenario de una de las peores catástrofes naturales de las que hay constancia en Brasil.
Torrenciales lluvias la madrugada del miércoles provocaron deslizamientos de tierra y ríos de barro que arrastraron todo lo
que encontraron a su paso, incluidas casas donde los pobladores dormían.
Largas filas de autos de vecinos intentaban abandonar la ciudad inmersa en el barro y que no tiene ni agua ni luz, compitiendo por el estrecho espacio en la semiderruída carretera con bomberos y ambulancias que entraban para continuar las labores de rescate.
Mientras, algunos de los barrios periféricos, muchos aislados y abandonados tras la tragedia, eran fruto de saqueos, según
denunciaron los vecinos.
"Me voy de casa porque no hay electricidad, no hay agua, no hay comida", dijo a la AFP Marise Ventura, de 54 años, antes de
abandonar la ciudad con su padre.
Al menos 521 personas murieron en los municipios de Nova Friburgo, Teresopolis, Petropolis y Sumidouro, informaron las
alcaldías y servicios de Defensa Civil. Esta región serrana del norte de Rio de Janeiro fue escenario de una de las peores catástrofes naturales de las que hay constancia en Brasil.
Torrenciales lluvias la madrugada del miércoles provocaron deslizamientos de tierra y ríos de barro que arrastraron todo lo
que encontraron a su paso, incluidas casas donde los pobladores dormían.
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