Reconstrucción de Japón
El primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, fijó ayer como prioridad número uno de su gobierno la reconstrucción del país devastado por el sismo y el tsunami del pasado 11 de marzo, así como la resolución del accidente nuclear de Fukushima.
“Al igual que para el gobierno precedente, la reconstrucción después del desastre sigue siendo la principal prioridad de mi equipo”, explicó Noda unas horas después de haber presentado a su gobierno.
“Sin (una) solución para la crisis de Fukushima, el renacimiento de Japón es imposible”, agregó.
Noda también se comprometió a prestar especial atención “a las mujeres embarazadas y a los niños” residentes cerca de la central de Fukushima, un motivo de gran inquietud.
Yoshihiko Noda precisó que, desde su punto de vista, es difícil construir nuevos reactores nucleares en Japón después del accidente de Fukushima, pero es favorable a la reactivación de las unidades paradas en cuanto se garantice la seguridad.
“Había 14 reactores proyectados, pero pienso que es difícil construirlos”, indicó. Luego del terremoto y del tsunami que el 11 de marzo provocó el accidente en Fukushima Daichi, unos quince reactores fueron detenidos en las centrales del noreste. Luego, por orden de las autoridades, se hizo otro tanto con dos series que presentaban riesgos en Hamakoa (centro).
De un total de 54 reactores nucleares, sólo un 20% está actualmente en funciones, debido al sismo o por manutención. La puesta en marcha de los reactores detenidos (excluyendo los de Fukushima que serán parados definitivamente) está condicionada a nuevas pruebas, en particular de resistencia a catástrofes naturales, y a la aprobación de las autoridades locales.
La reducción de capacidad de producción eléctrica nuclear obliga en particular a las empresas a disminuir al mínimo su consumo.
Reconociendo que numerosos japoneses consideraba los trabajos demasiado lentos, Noda destacó que el deber de su gobierno era “acelerar los esfuerzos de reconstrucción”.
En otro terreno, el primer ministro afirmó que se esforzará al máximo por fortalecer los vínculos de su país con China, cuestionados por una crisis diplomática generada por un diferendo territorial en septiembre de 2010.
También se comprometió a no ir al santuario sintoísta de Yasukumi, donde son honrados los muertos caídos por Japón, entre los cuales figuran criminales de guerra.
“Con China, deseo construir relaciones que sean mutuamente beneficiosas. Haré el máximo para desarrollar también buenas relaciones con nuestros otros vecinos, en particular Corea del Sur y Rusia”, declaró Noda, unas horas después de presentar su gobierno de centro-izquierda.
Noda sucedió el martes a Naoto Kan, al igual que él del Partido Demócrata de Japón (PDJ centro-izquierda), cuya gestión de la catástrofe del 11 de marzo provocó virulentas críticas.
“Sin (una) solución para la crisis de Fukushima, el renacimiento de Japón es imposible”, agregó.
Noda también se comprometió a prestar especial atención “a las mujeres embarazadas y a los niños” residentes cerca de la central de Fukushima, un motivo de gran inquietud.
Yoshihiko Noda precisó que, desde su punto de vista, es difícil construir nuevos reactores nucleares en Japón después del accidente de Fukushima, pero es favorable a la reactivación de las unidades paradas en cuanto se garantice la seguridad.
“Había 14 reactores proyectados, pero pienso que es difícil construirlos”, indicó. Luego del terremoto y del tsunami que el 11 de marzo provocó el accidente en Fukushima Daichi, unos quince reactores fueron detenidos en las centrales del noreste. Luego, por orden de las autoridades, se hizo otro tanto con dos series que presentaban riesgos en Hamakoa (centro).
De un total de 54 reactores nucleares, sólo un 20% está actualmente en funciones, debido al sismo o por manutención. La puesta en marcha de los reactores detenidos (excluyendo los de Fukushima que serán parados definitivamente) está condicionada a nuevas pruebas, en particular de resistencia a catástrofes naturales, y a la aprobación de las autoridades locales.
La reducción de capacidad de producción eléctrica nuclear obliga en particular a las empresas a disminuir al mínimo su consumo.
Reconociendo que numerosos japoneses consideraba los trabajos demasiado lentos, Noda destacó que el deber de su gobierno era “acelerar los esfuerzos de reconstrucción”.
En otro terreno, el primer ministro afirmó que se esforzará al máximo por fortalecer los vínculos de su país con China, cuestionados por una crisis diplomática generada por un diferendo territorial en septiembre de 2010.
También se comprometió a no ir al santuario sintoísta de Yasukumi, donde son honrados los muertos caídos por Japón, entre los cuales figuran criminales de guerra.
“Con China, deseo construir relaciones que sean mutuamente beneficiosas. Haré el máximo para desarrollar también buenas relaciones con nuestros otros vecinos, en particular Corea del Sur y Rusia”, declaró Noda, unas horas después de presentar su gobierno de centro-izquierda.
Noda sucedió el martes a Naoto Kan, al igual que él del Partido Demócrata de Japón (PDJ centro-izquierda), cuya gestión de la catástrofe del 11 de marzo provocó virulentas críticas.
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