Cambió la estrategia y los policías se vieron desbordados
El operativo de seguridad la Policía de la Ciudad frente al Congreso Nacional mostró hoy un cambio de estrategia respecto al de la semana pasada, a cargo de la Gendarmería Nacional, ya que en lugar de reprimir desde el inicio se buscó primero contener la avanzada de los manifestantes hacia el palacio legislativo, aunque los efectivos se vieron desbordados en varias ocasiones.
Unos 1.000 efectivos de la fuerza porteña fueron desplegados para esta ocasión, con un mínimo apoyo de la Policía Federal, aunque estaba acordado que si la situación se complicaba, como finalmente ocurrió, se iban a convocar refuerzos: finalmente se logró el objetivo principal del operativo, que era garantizar la continuidad de la sesión por la reforma previsional.
En los alrededores del Congreso se desplegaron 700 efectivos entre infantes, de investigaciones y policías de civil con gorras y chalecos -ninguno actuó sin identificación-, además de uniformados de las comisarías 5ta. y 6ta. y más alejados de ese perímetro miembros de las dependencias 3era. 4ta. y 16ta., entre otras.
El ataque de prolongada intensidad por parte de los manifestantes encontró a una primera línea policial resistiendo y evitando la fractura del cordón: en ese caso quedaba liberado el Congreso y "ahí pudo haberse registrado una tragedia", indicaron fuentes policiales consultadas.
Gomeras con bolitas de acero y las viejas "lecheritas", cascotes sacados como producto de las veredas que los mismos manifestantes rompieron fueron utilizados contra los uniformados que se dedicaron a resistir la lluvia de piedras que cayó sin cesar.
La orden de reprimir recién llegó pasadas las 14:30, una hora después de que comenzaran los incidentes: los efectivos empezaron a lanzar gases lacrimógenos y balas de goma, y actuaron camiones hidrantes.
En dos ocasiones los efectivos lograron recomponer las vallas, mientras resistían los embates de los grupos violentos como podían, muchas veces en una pelea "cuerpo a cuerpo".
En un momento determinado, cuando los manifestantes reales se desconcentraron de la zona de Congreso, la Policía de la Ciudad fue en busca de los que habían generado disturbios -identificados mediante las cámaras del servicio de monitoreo- y allí se produjeron corridas.
Al mismo tiempo, 150 efectivos de la Policía Federal se trasladaron hacia el cruce de la Avenida de Mayo y 9 de Julio para controlar a los manifestantes que se dirigían hacia ese lugar en medio de la desconcentración.
Nuevamente incidentes los manifestantes lanzaban piedras palos y todo lo que encontraran alrededor, mientras que del lado de la Federal respondieron con gases lacrimógenos, balas de goma y con el chorro de agua de un camión hidrante.
Asimismo, habían llegado a la zona de Congreso unos 500 gendarmes que esperaban la orden para actuar, aunque finalmente no intervinieron, pudo saber NA.
Al menos 48 efectivos resultaron heridos de distinta consideración, desde politraumatismos y fracturas hasta heridas cortantes, mientras que del lado de los civiles hubo al menos diez lastimados y 48 detenidos y distribuidos en diferentes comisarías porteñas, informó la fuerza.
Hubo un servicio "adelantado" que comenzó a las 7:00 y unos 60 efectivos del Departamento de Operaciones Urbanas fueron distribuidos en los diferentes vallados, mientras que a partir de las 11:00 arrancó el servicio principal.
El ingreso de los diputados fue por la esquina de Riobamba y Bartolomé Mitre, donde hubo un control de Policía Federal, por medio de la División Seguridad de la Cámara.
Asimismo, participaron efectivos del Departamento de Operaciones Urbanas (DOU), de la Superintendencia de Investigaciones, de la Dirección de Orden Urbano, de la Guardia de Infantería, del Cuerpo de Policía Motorizada, División Canes, Bomberos, Emergencias Policiales, entre otras.
Además, hubo un cuerpo de agentes de tránsito del Gobierno porteño, a cargo de los cortes, desvíos y neutralizaciones del tránsito vehicular, mientras que el SAME instaló una carpa sanitaria dentro de la zona vallada.
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