Edesur planea invertir 14.000 millones de pesos en cinco años para reducir 55% los cortes de luz
El gerente general de Edesur, Juan Carlos Blanco, anunció hoy que la empresa prevé invertir unos 14.000 millones de pesos en los próximos cinco años para mejorar su servicio y reducir un 55% los cortes en Capital y el sur del Gran Buenos Aires.
Blanco dijo que Edesur necesita un reajuste de la tarifa promedio del 30,7% para comenzar a aplicar su plan de inversiones, al hablar en la audiencia pública que arrancó a las 9:00 en el Teatro de la Ribera, en el barrio de La Boca.
El plan quinquenal de la firma tiene previsto invertir "14.000 millones de pesos, que es casi tres veces el promedio que se invirtió anualmente en el período 2002-2015" en el que hubo "congelamiento de tarifas".
Con ese dinero, Edesur construirá diez nuevas subestaciones, siete ampliaciones de subestaciones con equipos de última generación, 1.200 mva de nueva potencia, 400 centros de transformación, 1500 refuerzos mecánicos, entre otras cosas.
Desde 1992, Edesur abastece el centro y sur de la Capital Federal y doce partidos de la provincia de Buenos Aires, con unos 4.200 empleados propios y 3.200 contratistas.
En 2015 la firma atendió una demanda de 21.114 gigawatts que representa el 18% del consumo total del país, por parte de unas 6,3 millones de personas.
El 87,5% de los clientes de Edesur son residenciales y el resto comercios e industrias.
Según dijo Blanco en la audiencia pública, dos millones de personas tienen algún grado de protección social a través de subsidios estatales en el área donde opera esta firma distribuidora.
"Del 2006 al 2015 tuvimos postergaciones permanentes de las actualizaciones tarifarias, lo que llevó a que la rentabilidad fuera negativa", expresó.
Y agregó que por ese congelamiento tarifario los costos operativos crecieron nueves veces por encima de los ingresos que registró la compañía, en paralelo con una expansión del 50% de la demanda.
Los costos fueron parcialmente subsanados con compensaciones tarifarias que dio el Estado -durante el Gobierno kirchnerista- y fundamentalmente con deuda de la empresa, que tiene un pasivo equivalente al 87% de sus activos.
"Eso impactó en el servicio, dado que los usuarios pasaron de tener 8 horas promedio de interrupción por año a 32 horas de cortes", se quejó Blanco.
El "ambicioso plan" de esta firma prevé reducir 55% las interrupciones a lo largo de los próximos cinco años: "Esto es técnicamente implementable dado que se podrá contar con los recursos; esto fue diseñado teniendo en cuenta experiencias internacionales".
Blanco indicó que Edesur priorizará a los clientes que tienen fallas de más larga duración, porque las calidades del servicio son distintas en las diferentes zonas donde opera la compañía.
El plan quinquenal de la firma tiene previsto invertir "14.000 millones de pesos, que es casi tres veces el promedio que se invirtió anualmente en el período 2002-2015" en el que hubo "congelamiento de tarifas".
Con ese dinero, Edesur construirá diez nuevas subestaciones, siete ampliaciones de subestaciones con equipos de última generación, 1.200 mva de nueva potencia, 400 centros de transformación, 1500 refuerzos mecánicos, entre otras cosas.
Desde 1992, Edesur abastece el centro y sur de la Capital Federal y doce partidos de la provincia de Buenos Aires, con unos 4.200 empleados propios y 3.200 contratistas.
En 2015 la firma atendió una demanda de 21.114 gigawatts que representa el 18% del consumo total del país, por parte de unas 6,3 millones de personas.
El 87,5% de los clientes de Edesur son residenciales y el resto comercios e industrias.
Según dijo Blanco en la audiencia pública, dos millones de personas tienen algún grado de protección social a través de subsidios estatales en el área donde opera esta firma distribuidora.
"Del 2006 al 2015 tuvimos postergaciones permanentes de las actualizaciones tarifarias, lo que llevó a que la rentabilidad fuera negativa", expresó.
Y agregó que por ese congelamiento tarifario los costos operativos crecieron nueves veces por encima de los ingresos que registró la compañía, en paralelo con una expansión del 50% de la demanda.
Los costos fueron parcialmente subsanados con compensaciones tarifarias que dio el Estado -durante el Gobierno kirchnerista- y fundamentalmente con deuda de la empresa, que tiene un pasivo equivalente al 87% de sus activos.
"Eso impactó en el servicio, dado que los usuarios pasaron de tener 8 horas promedio de interrupción por año a 32 horas de cortes", se quejó Blanco.
El "ambicioso plan" de esta firma prevé reducir 55% las interrupciones a lo largo de los próximos cinco años: "Esto es técnicamente implementable dado que se podrá contar con los recursos; esto fue diseñado teniendo en cuenta experiencias internacionales".
Blanco indicó que Edesur priorizará a los clientes que tienen fallas de más larga duración, porque las calidades del servicio son distintas en las diferentes zonas donde opera la compañía.
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