El cambio climático afectaría la agricultura
El cambio climático impactaría negativamente a países de latitudes bajas e incidirá en la producción de los alimentos, afirmó Josef Schmidhuber, economista de la FAO y miembro del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, IPCC.
Schmidhuber explicó que con una subida pequeña en la temperatura, las áreas localizadas en las latitudes más altas pueden beneficiarse del cambio climático.
Según la FAO, las tierras ubicadas en latitudes altas podrían crecer hasta 160 millones de hectáreas agrícolas.
En contraste, en las regiones en las latitudes más bajas (como el norte argentino), “la productividad debería caer y la cantidad de tierra disponible para la agricultura podría bajar en hasta 110 millones de hectáreas”, según el informe de la FAO al que tuvo acceso Noticias Argentinas.
Las estimaciones indican que un incremento en la temperatura global promedio de hasta 2,5º Celsius puede generar aumentos en la productividad y producción agrícola mundial.
“El problema es que la mayoría de los países pobres y en desarrollo están en las latitudes más bajas. Muchos ya enfrentan situaciones de inseguridad alimentaria y el cambio climático dificultará aún más su capacidad de producir alimentos”, dijo Schmidhuber.
El funcionario participó del debate promovido por la FAO sobre los mercados de productos básicos. La discusión analizó también el fenómeno del alza de los precios de los alimentos, que alcanzó su punto máximo a mediados de 2008.
Schmidhuber también destacó el potencial que la agricultura tiene para mitigar los efectos negativos del cambio climático, a través de acciones como la agricultura de conservación y la recuperación de áreas degradadas.
Al analizar los mercados de commodities, el profesor de Economía Agrícola de la Universidad de California (Berkeley), Brian Wright, afirmó que los países no pueden depender únicamente de la importación para asegurar la disponibilidad interna de alimentos.
Wright explicó que los exportadores no pueden garantizar el abastecimiento en momentos de crisis o cuando surgen factores imprevistos que influencian en la demanda u oferta, como fueron el aumento de la demanda para la producción de biocombustibles en los Estados Unidos y la Unión Europea, y eventos climáticos extremos.
Según Wright, “los países deben mantener reservas de alimentos para poder soportar los momentos de mayor volatilidad de los precios y garantizar la alimentación de la población más pobre”.
El análisis sobre las incertidumbres de mercado fue realizado durante la Reunión Conjunta de los Grupos Intergubernamentales de la FAO sobre Semillas Oleaginosas, Aceites y Grasas; Cereales; y Arroz, que terminó ayer en Santiago de Chile.
Representantes de 15 países de las Américas, Caribe, Europa, Medio Oriente y Asia, académicos y especialistas de commodities participaron de la reunión.
En su transcurso pudieron constataron que a raíz del alza de los precios de los alimentos muchos países comenzaron a adoptar políticas para incrementar la producción interna y reducir su dependencia en la importación de los alimentos.
Abdolreza Abbassian, secretario del Grupo Intergubernamental de Cereales, resaltó que “los agricultores miran al mercado en busca de orientaciones sobre qué plantar, pero cuando los precios son volátiles se vuelve una decisión muy compleja,” señaló.
Abbassian destacó que la FAO ha realizado extensos estudios sobre volatilidad, y que su principal conclusión ha sido que nunca ha habido tanta en los mercados de granos y semillas oleaginosas como en los años recientes.
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