La UCR perdió otro bastión clave y retrocede su poder territorial
Con la derrota electoral en Río Negro, la UCR perdió otro bastión clave para su desarrollo territorial y hoy apenas cuenta con dos provincias bajo sello radical, aunque una de ellas muy cercana al kirchnerismo.
La salida del Gobierno de Río Negro es un nuevo golpe para el radicalismo, que había eslabonado gestiones propias desde la recuperación democrática de 1983, y se suma al reciente naufragio en Catamarca, donde también el kirchnerismo logró quedarse con el Ejecutivo luego de 20 años de hegemonía.
La conducción de la UCR prefirió mantener silencio público sobre las elecciones de este domingo en la provincia, que estuvo distanciada de la orgánica nacional no sólo en la gestión sino también en la campaña a raíz de la alianza que el actual gobernador, Miguel Saiz, mantiene con la Casa Rosada como parte del llamado "radicalismo K".
Sin embargo, fuentes del Comité Nacional señalaron a Noticias Argentinas que "el gobierno de Río Negro hacía tiempo que no era computado como radical", por lo cual se desligaron de la derrota.
De hecho, el presidente de la UCR, Ernesto Sanz, y buena parte de la conducción nacional había apoyado en la interna del radicalismo rionegrino al rival de César Barbeito, el vicegobernador Bautista Mendioroz, que finalmente fue derrotado por pocos votos.
"En Río Negro hubo una fatiga frente a los gobiernos radicales y Saiz tampoco hizo una buena gestión. Nosotros vamos a seguir apostando a la reconstrucción partidaria para diciembre", indicaron las fuentes consultadas respeto a la renovación de autoridades en la UCR nacional.
A pesar de conservar más de 500 intendentes en todo el país, el poder territorial de la UCR muestra un marcado retroceso en los últimos años: sin ir muy lejos, al momento de la fundación de la llamada Concertación Plural fueron cinco los gobernadores radicales aliados al kirchnerismo, encabezados por el entonces gobernador de Mendoza, Julio Cobos.
En las elecciones de 2007, en la que justamente Cobos accedió a la vicepresidencia, el radicalismo no solo fue desplazado de la Gobernación mendocina, sino que el actual vicepresidente de la UCR, Ángel Rozas, perdió el Ejecutivo de Chaco ante el kirchnerista Jorge Capitanich, que acaba de acceder ahora a su reelección.
Con la recuperación del kirchnerismo, la UCR sólo ostenta dos gobernadores radicales, aunque ninguno responde a la conducción nacional: el santiagueño Gerardo Zamora, el último "radical K" puro, y el correntino Ricardo Colombi, quien mantiene una relación ambivalente con la Casa Rosada.
Frente a este escenario y a sólo 20 días de las elecciones generales, el candidato presidencial Ricardo Alfonsín reunirá el próximo 4 de octubre a los más de 500 intendentes radicales en el Teatro Broadway para concientizarlos sobre el voto y trabajar sobre su capacidad de arrastre territorial para la fórmula que comparte con Javier González Fraga.
Para la convocatoria, Alfonsín le envió a cada uno una carta firmada también por el presidente de la UCR, Ernesto Sanz; el senador Gerardo Morales, el diputado Ricardo Gil Lavedra y el titular de la Convención Nacional de la UCR, Hipólito Solari Yrigoyen y el dirigente Fernando Chironi.
La conducción de la UCR prefirió mantener silencio público sobre las elecciones de este domingo en la provincia, que estuvo distanciada de la orgánica nacional no sólo en la gestión sino también en la campaña a raíz de la alianza que el actual gobernador, Miguel Saiz, mantiene con la Casa Rosada como parte del llamado "radicalismo K".
Sin embargo, fuentes del Comité Nacional señalaron a Noticias Argentinas que "el gobierno de Río Negro hacía tiempo que no era computado como radical", por lo cual se desligaron de la derrota.
De hecho, el presidente de la UCR, Ernesto Sanz, y buena parte de la conducción nacional había apoyado en la interna del radicalismo rionegrino al rival de César Barbeito, el vicegobernador Bautista Mendioroz, que finalmente fue derrotado por pocos votos.
"En Río Negro hubo una fatiga frente a los gobiernos radicales y Saiz tampoco hizo una buena gestión. Nosotros vamos a seguir apostando a la reconstrucción partidaria para diciembre", indicaron las fuentes consultadas respeto a la renovación de autoridades en la UCR nacional.
A pesar de conservar más de 500 intendentes en todo el país, el poder territorial de la UCR muestra un marcado retroceso en los últimos años: sin ir muy lejos, al momento de la fundación de la llamada Concertación Plural fueron cinco los gobernadores radicales aliados al kirchnerismo, encabezados por el entonces gobernador de Mendoza, Julio Cobos.
En las elecciones de 2007, en la que justamente Cobos accedió a la vicepresidencia, el radicalismo no solo fue desplazado de la Gobernación mendocina, sino que el actual vicepresidente de la UCR, Ángel Rozas, perdió el Ejecutivo de Chaco ante el kirchnerista Jorge Capitanich, que acaba de acceder ahora a su reelección.
Con la recuperación del kirchnerismo, la UCR sólo ostenta dos gobernadores radicales, aunque ninguno responde a la conducción nacional: el santiagueño Gerardo Zamora, el último "radical K" puro, y el correntino Ricardo Colombi, quien mantiene una relación ambivalente con la Casa Rosada.
Frente a este escenario y a sólo 20 días de las elecciones generales, el candidato presidencial Ricardo Alfonsín reunirá el próximo 4 de octubre a los más de 500 intendentes radicales en el Teatro Broadway para concientizarlos sobre el voto y trabajar sobre su capacidad de arrastre territorial para la fórmula que comparte con Javier González Fraga.
Para la convocatoria, Alfonsín le envió a cada uno una carta firmada también por el presidente de la UCR, Ernesto Sanz; el senador Gerardo Morales, el diputado Ricardo Gil Lavedra y el titular de la Convención Nacional de la UCR, Hipólito Solari Yrigoyen y el dirigente Fernando Chironi.
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