Tras 35 años de búsqueda, encontraron al nieto de la titular de Abuelas
Las Abuelas de Plaza de Mayo identificaron y restituyeron la identidad del nieto de la titular de la organización, Estela de Carlotto, luego de 35 años de búsqueda.
Guido Carlotto se llama hoy Ignacio Hurban, vive en Olavarría, tiene 35 años, es músico -toca el piano- y se encontraría este miércoles con su abuela, luego de presentarse voluntariamente para hacerse los análisis.
Según confirmaron fuentes judiciales a NA, el ADN de Guido fue cotejado con sus abuelos paternos, que viven en el sur del país, y arrojaron resultados positivos, lo cual le fue comunicado a Carlotto este mediodía por la juez María Servini de Cubría en los tribunales de Talcahuano.
"Me enteré a las 12:30 del mediodía y a las 13 se lo estaba diciendo a ella. Su ADN se cotejó con los restos de su padre, la pareja de Laura Carlotto. Cuando se supo que podía ser el nieto de Estela, se trabajó todo el fin de semana", indicó Servini de Cubria a Radio del Plata.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, señaló en conferencia de prensa que la identificación de su nieto es un mensaje "para los que pretenden que olvidemos y demos la vuelta la pagina como si nada hubiera pasado" y agregó que se trata "de un triunfo de todos los argentinos".
"Mi hija me estará diciendo: 'Ganaste una batalla grande' Y esto es un premio para todos. Yo no quería morirme sin abrazarlo y pronto lo voy a poder abrazar", señaló Carlotto.
"La historia no la sabemos todavía, la vamos a armar, pero vamos a ser muy cautelosos", sostuvo y agregó: "Como falta mucho hay que seguir buscando a los que faltan, porque otras abuelas tienen que sentir lo que siento yo".
El nieto 114 era el más buscado
La aparición de Guido, el nieto de Estela de Carlotto, cierra 35 años de búsqueda incesante, pero no las heridas que rodearon la desaparición y posterior asesinato de la joven estudiante, que vivió sus últimos días en cautiverio en el centro clandestino "La Cacha" y tal vez pocas horas con su pequeño hijo.
Laura había vivido los avatares de la militancia de los 70 en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y tras el Golpe asumió una situación de clandestinidad en su ciudad de La Plata; su madre, Estela, transcurría por entonces en una vida familiar y conservadora, y sólo volvieron a encontrarse dos veces antes de la desaparición de la joven.
Los dos encuentros planeados por su familia no sirvieron para persuadir a la muchacha de intentar salvar su vida y se sabe que fue secuestrada en noviembre de 1977, cuando estaba embarazada de casi tres meses.
De sus días en cautiverio se pudieron reconstruir momentos conmovedores plagados de ilusiones y que el parto de Guido -Laura bautizó a su hijo en honora su abuelo- se produjo en el Hospital Militar de Buenos Aires el 26 de junio de 1978.
El posterior asesinato de la chica se habría producido a poco del alumbramiento. La aparición del cuerpo acribillado de su hija meses después y los pocos datos acerca del nacimiento de su nieto Guido fueron estacas inamovibles de su búsqueda incesante.
114 nietos recuperados, con la misma sonrisa que siempre guardaba una pequeña muesca de tristeza por no ser el suyo; conferencias en todo el mundo, viajes, reconocimiento, convirtieron a aquella docente de provincia en un símbolo de lucha y tenacidad que hoy concluye con el mejor de los premios.
Según confirmaron fuentes judiciales a NA, el ADN de Guido fue cotejado con sus abuelos paternos, que viven en el sur del país, y arrojaron resultados positivos, lo cual le fue comunicado a Carlotto este mediodía por la juez María Servini de Cubría en los tribunales de Talcahuano.
"Me enteré a las 12:30 del mediodía y a las 13 se lo estaba diciendo a ella. Su ADN se cotejó con los restos de su padre, la pareja de Laura Carlotto. Cuando se supo que podía ser el nieto de Estela, se trabajó todo el fin de semana", indicó Servini de Cubria a Radio del Plata.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, señaló en conferencia de prensa que la identificación de su nieto es un mensaje "para los que pretenden que olvidemos y demos la vuelta la pagina como si nada hubiera pasado" y agregó que se trata "de un triunfo de todos los argentinos".
"Mi hija me estará diciendo: 'Ganaste una batalla grande' Y esto es un premio para todos. Yo no quería morirme sin abrazarlo y pronto lo voy a poder abrazar", señaló Carlotto.
"La historia no la sabemos todavía, la vamos a armar, pero vamos a ser muy cautelosos", sostuvo y agregó: "Como falta mucho hay que seguir buscando a los que faltan, porque otras abuelas tienen que sentir lo que siento yo".
El nieto 114 era el más buscado
La aparición de Guido, el nieto de Estela de Carlotto, cierra 35 años de búsqueda incesante, pero no las heridas que rodearon la desaparición y posterior asesinato de la joven estudiante, que vivió sus últimos días en cautiverio en el centro clandestino "La Cacha" y tal vez pocas horas con su pequeño hijo.
Laura había vivido los avatares de la militancia de los 70 en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y tras el Golpe asumió una situación de clandestinidad en su ciudad de La Plata; su madre, Estela, transcurría por entonces en una vida familiar y conservadora, y sólo volvieron a encontrarse dos veces antes de la desaparición de la joven.
Los dos encuentros planeados por su familia no sirvieron para persuadir a la muchacha de intentar salvar su vida y se sabe que fue secuestrada en noviembre de 1977, cuando estaba embarazada de casi tres meses.
De sus días en cautiverio se pudieron reconstruir momentos conmovedores plagados de ilusiones y que el parto de Guido -Laura bautizó a su hijo en honora su abuelo- se produjo en el Hospital Militar de Buenos Aires el 26 de junio de 1978.
El posterior asesinato de la chica se habría producido a poco del alumbramiento. La aparición del cuerpo acribillado de su hija meses después y los pocos datos acerca del nacimiento de su nieto Guido fueron estacas inamovibles de su búsqueda incesante.
114 nietos recuperados, con la misma sonrisa que siempre guardaba una pequeña muesca de tristeza por no ser el suyo; conferencias en todo el mundo, viajes, reconocimiento, convirtieron a aquella docente de provincia en un símbolo de lucha y tenacidad que hoy concluye con el mejor de los premios.
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