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Un encuentro generacional en la colación de la Escuela de Educación Técnica Nº 2

Un encuentro generacional en la colación de la Escuela de Educación Técnica Nº 2

La Escuela de Educación Técnica Nº 2 “Presbítero José María Colombo” realizó su acto de colación de Grados de los egresados de 2011 de los niveles Medio y Superior. En la ocasión, se homenajeó a los ex alumnos de la primera promoción que egresaron en el año 1951 de la ex Escuela Fábrica.


En el Nivel Superior egresaron profesores en Educación Tecnológica y técnicos superiores en Mantenimiento Industrial y en el Nivel Medio lo hicieron maestros Mayores de Obra, técnicos en Computación y técnicos Mecánicos Electricistas.
En la ocasión, también se entregaron recordatorios a los egresados de 1986 que cumplen este año sus Bodas de Plata.
Pero este no fue un acto de colación más. Se trató de una velada especial ya que entre los estudiantes que egresaron en 2011 se mezclaron integrantes de la primera promoción de la ex Escuela Fábrica –hoy EET Nº 2- que este año cumplieron sesenta años de egresados. Ayer estos ex alumnos homenajearon a la institución con su presencia pero también fueron homenajeados por ella.

La Promoción 1951

Levantarse temprano. Desayunar lo mucho o poco que se tiene en el hogar. Repasar las lecciones del día. Despedir a los seres queridos. Marchar a la Escuela Fábrica. Encontrarse con amigos y compañeros. Saludar a profesores y autoridades. El llamado a formar y compartir el izamiento de la Bandera. Este fue el tránsito que ayer los compañeros que egresaron hace sesenta años –en 1951- volvieron a recordar en un gesto que fue cotidiano y hoy tiene el carácter de lo trascendente.

Sesenta años pasaron del egreso de la primera promoción de la ex Escuela Fábrica Nº 93 –hoy EET Nº 2- y anoche en las instalaciones de la Escuela Técnica confluyeron los jóvenes que integran la Promoción 2011 con quienes tuvieron el orgullo de ser los primeros egresados en 1951.
De esas aulas salieron técnicos, operarios y muchos profesionales, pero fundamentalmente ciudadanos que fueron educados en el valor de la palabra y del trabajo, en la transparencia de sus acciones y en el ejercicio cotidiano de saber extenderle una mano al que necesita. Estos ex alumnos continuaron sus vidas con las huellas indelebles que les dejaron en su alma el padre José María Colombo y cada uno de los profesores –verdaderos maestros- de la institución. Una tradición que se repite año tras año.
Ayer, la emoción se hizo hermana de la razón cuando los alumnos de la primera promoción recorrieron varios ámbitos para dar su testimonio de vida: en horas de la mañana entregaron una ofrenda floral en el monumento del Presbítero Colombo ubicado en Plaza Belgrano, donde además compartieron unas palabras. Luego celebraron una Misa en la Parroquia San Ignacio por los sesenta años de la promoción y en memoria de los docentes, autoridades y ex alumnos fallecidos; para luego dirigirse al edificio de la Escuela Técnica Nº 2 donde recorrieron las instalaciones y conocieron los talleres y cada una de las dependencias. Como cierre, los ex alumnos compartieron un almuerzo en el que recordaron las andanzas de aquellos años, a sus docentes y directivos y donde también afloraron las anécdotas.
Por la noche, la primera promoción se sumó al acto protocolar de la institución educativa, que se realizó en calle 9 de Julio, frente al edificio, donde recibieron recordatorios y también descubrieron una placa en la que rezan los nombres de todos los primeros egresados.
“Cuando el recuerdo nos toma de la mano es inevitable la aparición del presbítero José María Colombo, quien como un gran visionario fue el autor de grandes obras para la ciudad pero en lo que descolló fue en la organización de la Escuela de Artes y Oficios”, señalaron los egresados de 1951.
Lo más significativo es que la luz de la educación de esta institución fue la que alumbró a estos operarios a lo largo de toda su vida y con esas herramientas pudieron lograr que muchos de sus hijos accedieran a uno de sus mejores sueños: el ingreso a la universidad.
La siembra de la obra del padre Colombo siempre ha dado buenas cosechas. La de anoche se puede sintetizar con la cultura del agradecimiento, esa que reconoce a los grandes maestros.




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