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Diario El Argentinoviernes 19 de abril de 2024
Región Sur

La falta de trigo dispara el precio de la harina y el pan

La falta de trigo dispara el precio de la harina y el pan

En el primer semestre del año la bolsa de 50 kilos de harina acumula una suba de 150 por ciento, mientras que el valor del kilo de pan aumentó entre 20 y 25 por ciento en las panaderías de todo el país


En nuestra ciudad el kilo de pan se consigue entre 12 a 16 pesos y se esperan nuevos aumentos, debido a que los panaderos deben trasladar sus costos crecientes de la materia prima al mostrador.
A principio del mes de mayo la bolsa de harina se encontraba en 111 pesos más IVA y tres semanas después el precio trepó a 190 pesos más IVA y los molinos no venden más de veinte bolsas por temor a quedarse sin trigo y no poder reponerlo.

¿Cuál es el origen del problema?

El origen de esta escalada de precio de un alimento esencial en la canasta alimentaria, surge hace más de cinco años, cuando el Gobierno Nacional intervino el mercado del trigo con la idea de “defender la mesa de los argentinos”.
Con el objetivo de proteger el abastecimiento interno se creó un sistema de cuotificación de las exportaciones, basado en la liberación de cupos de tonelajes en forma arbitraria, para luego volver a cerrarlos de manera abrupta.
En la campaña 2012-2013, con valores internacionales sostenidos, la Argentina sembró el área más reducida de los últimos cien años.
Esta situación, combinada con una primavera extremadamente lluviosa, impactó fuertemente en la producción total, que fue menor de 10 millones de toneladas lo que alcanzará justo para abastecer el mercado interno.
Los productores se fueron del trigo y se pasaron a la cebada, al garbanzo, a la colza y a la arveja forzando la agronomía al máximo con tal de escapar al tormento que significaba intentar vender el trigo en un mercado sobreofertado artificialmente.
En la actualidad los molinos tienen trigo para uno o dos meses más. Los pequeños y medianos productores no cuentan ese cereal almacenado, porque debido a los bajos rindes obtenidos en la última cosecha, tuvo que salir a mal venderlo para poder financiarse
Los productores trigueros no ven en el horizonte un programa a largo plazo sobre política agropecuaria, y al no confiar en las medidas que el gobierno nunca cumplió, la gente deja de sembrar trigo, e incluso nuestra zona es marginal para ese cultivo. Entre Ríos es una provincia con mucha humedad, sobre todo la zona costera de Río Uruguay lo que contribuye a la proliferación de hongos en el cultivo, entonces los productores hacen trigo para cumplir la rotación de los cultivos, con el fin de preservar el suelo y para tener alguna moneda a fin de año.
Los números hablan por si solo. En los inicios de la década del 2000, en el país se sembraban más de 6 millones de hectáreas. Desde que empezaron las intervenciones, la superficie disminuyó hasta los 3,2 millones de hectáreas el año pasado y en esta campaña tuvo un leve repunte en la intensión de siembra ascendiendo a 3,9 millones de hectáreas pero hay dificultades para conseguir semillas.
Haber llegado a este panorama, representa una situación crítica para toda la cadena productiva del trigo, en la cual todos pierden. El Estado obtiene menos recaudación, los productores deben evitar un cultivo que necesitan para las rotaciones, los contratistas cerealeros trabajan menos, los exportadores casi no exportan, los transportistas tienen menos trabajo y por último, los molinos harineros tendrán que conseguir la materia prima cada vez más lejos de su planta industrial.


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