Barrio “Arturo Illia”: reclaman atención y más responsabilidad
Un grupo de vecinos del barrio 140 viviendas, “Arturo Illia”, manifestó a EL ARGENTINO su preocupación por el estado que muestra el lugar, el que dicen no solo se ve afectado por la falta de mantenimiento sino también por la falta de compromiso de quienes conviven.
“El lugar no tiene mantenimiento. Es así como las calles internas están en un gran porcentaje deterioradas, al igual que los pasillos y otros espacios internos. El tiempo pasa y el lugar desmejoró, y poco se ha hecho para mantenerlas” explicaron.
En una breve recorrida es fácil reconocer baldosas destrozadas, alcantarillas rotas, hormigón desmejorado y también trabajos -de agua o gas- iniciados y sin terminar, además de varios postes averiados y gran cantidad de maleza en sectores públicos y privados.
Los vecinos no le escapan al compromiso porque reconocen –por ejemplo- que el servicio de recolección de residuos es muy bueno, pero que poco se respetan los horarios de sacar la basura. “Los contenedores o canastos comunitarios son pocos y están rotos, pero no se respetan las normas básicas de convivencia” añadieron.
A la hora de hablar sobre los problemas más complejos los vecinos marcaron el estado de las garitas o paradas de colectivos como uno de los más graves, si se tiene en cuenta que un gran porcentaje de personas se moviliza en ómnibus.
“Las garitas están destrozadas. En invierno es imposible esperar un colectivo porque los refugios no existen. A esto hay que sumarle que los colectivos no mantienen una frecuencia serie, lo que hace más complicada la espera” explicaron.
Otro de los problemas es un amplio galpón enclavado en el corazón del barrio, que era usado como obrador por la empresa que trabajó en el lugar. El galpón se está literalmente cayendo: las chapas se sueltan y caen con el peligro que esto significa. Mientras tanto, el lugar es usado por algunos vecinos para refugiar sus autos.
Pero los problemas graves no terminan allí, porque los espacios de circulación peatonal han sido invadidos por los autos. Según los vecinos, “estos vehículos rompen los caminos y amenazan a los chicos que juegan en esos sectores”.
“Es fácil ver autos estacionados en lugares no permitidos, o vehículos de repartidores que transitan estos lugares. Los autos buscan estacionarse cerca de las casas de sus dueños y los repartidos acercarse a los negocios. Lo cierto es que invaden lugares y suman riesgos a nuestros gurises” reclamaron.
Sobre las soluciones, los vecinos se mostraron esperanzados en poder conformar una comisión para encaminar estos reclamos, pero piden mayor control de las autoridades para solucionar los problemas edilicios, sino también para no solo que se respeten las normas de convivencia.
En una breve recorrida es fácil reconocer baldosas destrozadas, alcantarillas rotas, hormigón desmejorado y también trabajos -de agua o gas- iniciados y sin terminar, además de varios postes averiados y gran cantidad de maleza en sectores públicos y privados.
Los vecinos no le escapan al compromiso porque reconocen –por ejemplo- que el servicio de recolección de residuos es muy bueno, pero que poco se respetan los horarios de sacar la basura. “Los contenedores o canastos comunitarios son pocos y están rotos, pero no se respetan las normas básicas de convivencia” añadieron.
Los problemas más complejos
A la hora de hablar sobre los problemas más complejos los vecinos marcaron el estado de las garitas o paradas de colectivos como uno de los más graves, si se tiene en cuenta que un gran porcentaje de personas se moviliza en ómnibus.
“Las garitas están destrozadas. En invierno es imposible esperar un colectivo porque los refugios no existen. A esto hay que sumarle que los colectivos no mantienen una frecuencia serie, lo que hace más complicada la espera” explicaron.
Otro de los problemas es un amplio galpón enclavado en el corazón del barrio, que era usado como obrador por la empresa que trabajó en el lugar. El galpón se está literalmente cayendo: las chapas se sueltan y caen con el peligro que esto significa. Mientras tanto, el lugar es usado por algunos vecinos para refugiar sus autos.
Pero los problemas graves no terminan allí, porque los espacios de circulación peatonal han sido invadidos por los autos. Según los vecinos, “estos vehículos rompen los caminos y amenazan a los chicos que juegan en esos sectores”.
“Es fácil ver autos estacionados en lugares no permitidos, o vehículos de repartidores que transitan estos lugares. Los autos buscan estacionarse cerca de las casas de sus dueños y los repartidos acercarse a los negocios. Lo cierto es que invaden lugares y suman riesgos a nuestros gurises” reclamaron.
Sobre las soluciones, los vecinos se mostraron esperanzados en poder conformar una comisión para encaminar estos reclamos, pero piden mayor control de las autoridades para solucionar los problemas edilicios, sino también para no solo que se respeten las normas de convivencia.
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