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Diario El Argentinoviernes 29 de marzo de 2024
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Una multitud celebró la beatificación de Mamá Antula

Una multitud celebró  la beatificación  de Mamá Antula

  La consagraron ayer en Santiago del Estero, su provincia natal, por decisión de Francisco. Es la octava del país. 




DE LA REDACCIÓN
EL ARGENTINO/Agencia

Cerca del mediodía de ayer, una multitud celebró en el parque Francisco de Aguirre de Santiago del Estero la beatificación de Mamá Antula, la jesuita a la que el Vaticano este año le confirmó un milagro, por determinación del papa Francisco. Es la octava beata argentina.
El hecho invocado para justificar la decisión es de 1904. Mamá Antula había muerto 105 años antes, en 1799, en la Casa de Ejércitos de Avenida Independencia, que hoy sigue en pie. Según explican en la Iglesia, se considera que intercedió para curar a la hermana Rosa Vanina, que tenía una enfermedad mortal sin tratamiento para la época. El Vaticano determinó ahora que la sanación fue inexplicable para la ciencia.
Ahora queda un sólo paso para que la monja santiagueña se convierta en santa: debe comprobarse un segundo milagro de su autoría.
Por estos días, en la Iglesia estudian un hecho que podría ser considerado de ese modo, lo cual abriría la puerta a su canonización. Así, pasaría a la historia como la segunda persona de nacionalidad argentina en ser santificada, luego del cura José Gabriel del Rosario Brochero, quien será proclamado santo el 16 de octubre en la plaza San Pedro.
La nueva beata se llamaba María Antonia de Paz y Figueroa y había nacido en 1730. Desde muy joven comenzó a trabajar con los jesuitas y cuando los expulsaron se dedicó a recorrer el centro y norte del país llevando la fe.
"El resultado fue una importante inculturación de la fe. En Córdoba, sobre un total de 11 mil habitantes en la ciudad, más de tres mil personas participaron de los Ejercicios Espirituales. Ella tuvo un poder de penetración popular muy grande", afirmó el rector de la UCA, monseñor Víctor Manuel Fernández.
El 2 de julio de 2010 el papa Benedicto XVI la proclamó venerable y autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el decreto por el que se reconoce que practicó las virtudes cristianas en grado heroico.
Casi un siglo antes se había producido el milagro que este mediodía la consagró beata. Fue en 1904 y lo documentaron en 1905. La curación milagrosa fue a la hermana Rosa Vanina, una religiosa del instituto de las Hijas del Divino Salvador, cuya fundadora había sido Mamá Antula. Rosa tenía colecistitis aguda, con todos los síntomas de un shock séptico, mortal en la época.

 

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