Por una buena convivencia

Y que hoy recibirán a referentes    que sumarán sus voces a las que ya se han hecho oír sobre este tema.

Voces con las que EL ARGENTINO y en particular esta columna ha coincidido al pedir que de una buena vez, se logre establecer en la ciudad, si no por un buen sentido de urbanidad, por obligación, el respeto a las personas y a los animales.

Se sabe que cada vez que se aproximan las fiestas de fin de año miles de pesos se queman en estos elementos estruendosos, que no representan ni generan alegría, sino que molestan y perturban en demasía a ancianos, bebés, personas con capacidades especiales, enfermos, y la lista sigue.

Y así como se habla de quiénes son los afectados, vale decir que también estas bombas suelen  destrozar manos  u otras zonas del cuerpo porque es tanta su potencia y tan poca su regulación, que nadie sabe si terminarán rompiendo una ventana, incendiando un toldo, generando más perjuicios que divertimento.

El proyecto de ordenanza que se está evaluando busca reducir los accidentes y los efectos nocivos de la pirotecnia en la salud humana, animal y el medio ambiente.  

Y está bien que los concejales tomen el tema, lo enriquezcan con los testimonios de vecinos, lo debatan y lleguen a establecer una ordenanza acorde con la ciudad que decimos ser, esto es: moderna, culta, inclusiva y saludable.