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Diario El Argentinomartes 16 de abril de 2024
La Mujer

Mujeres que hacen cosas...

Con sus mantitas ha abrigado a varias generaciones

  Con sus mantitas ha abrigado a varias generaciones

  Papelitera y pincharrata, memoriosa y afable, también es una referencia en el barrio. Cuando fuimos por la entrevista nos atendió en el comedor de su casa de calle Chalup, donde como dijo, llegó con seis y vive desde hace 80 años. 



Apasionada por los chicos, Chela Etchart (ya hablaremos del Constancia Leonor que no le gusta) ha tejido para varias generaciones y sigue haciéndolo, porque sus mantitas para bebés tienen gran demanda.
Y ella las hace a dos agujas, como también teje las medias de lana que mostró orgullosa.
Chela es muy conocida porque es muy sociable, además de haber trabajado mucho tiempo como auxiliar en la Biblioteca Sarmiento, y después dar una mano a Juventud Unida bordando para su comparsa.
Ella aclaró que no fue bibliotecaria sino auxiliar, trabajo que le resultó fácil de tanto ir a la Sarmiento cuando estaba a cargo de Enriqueta Burlando a la que de tanto en tanto ayudaba.
“No era tragona, pero me gustaban los libros. Y quería mucho a Enriqueta, mi vice directora de la Escuela Rawson. Cuando se fue la señora que la ayudaba le dijeron “busque una joven y enséñele”, y Enriqueta dijo “ya la tengo, es joven y ya aprendió”. Y así, desde 1957 fue la encargada de las anotaciones y la atención al público hasta 1973.
Al comienzo dijimos que no le gusta su nombre pero sí el Chela con el que la bautizó su hermano. “El Constancia lo recibí de mamá y quizá haya venido de la abuela Constanza”, barajó, dando por sentado que alguien anotó mal.
Chela no se casó, pero tiene los que llama hijos del alma. Y son varios y de distintas generaciones.
Y a pesar de su vocación natural por los chicos, no se le ocurrió estudiar para maestra jardinera.
“Antes, vos estudiabas para maestra y tenías que irte al campo. Y yo le tengo terror a las víboras, así que al campo no iba a ir. Terminé el secundario con un grupo divino (“nos seguimos reuniendo”, aclaró), fui a Paraná, estaba en una casa divina. Pero me volví a los dos días. Ese año me dediqué al teatro, colaborando con Peta Hermelo. Dora Nemec era la apuntadora y yo la traspunte.
Iba de gala al Magnasco y me cambiaba los zapatos de taco alto por las “Boyero” para las funciones, porque no podía hacer ruido. Mi trabajo era detrás de escena: tenía que tocar el timbre a tiempo, hacer sonar el teléfono en el momento justo, hacer entrar los actores... ¡Qué lindo la pasamos!”
También la pasa bien cuando teje, lo que aprendió en las horas de actividades prácticas o manualidades en la escuela primaria.
“Aprendí a tejer chalequitos que mandábamos al hospital. Y desde que un sobrino nieto estuvo en la Neo, cada tanto alguna mantita va para allí”, contó, para agregar que las medias de lana también las hace con dos agujas y no con las cinco finitas que guarda de su abuela.
Y según las cuentas familiares son mil setecientas las mantitas tejidas, aunque los chalecos, pullóveres, porta enfants, medias y mantas andan por tantos lugares como gente conoce a Chela.
“Estoy todo el día sola, entonces dedico un rato a leer, otro a la notebook y otro a tejer.
Y me acuesto un ratito para descansar, porque de las rodillas para arriba tengo cuarenta, pero de las rodillas para abajo, tengo cien años”.
La lectura comienza en la cama, temprano, con EL ARGENTINO, y después siempre hay un libro para seguir. “Hace días que no voy a la Biblioteca, pero hablo por teléfono, las chicas me buscan el libro y mando un cadete a buscarlo”, dijo resuelta.
“Después me levanto y prendo a la compu para ver qué novedades hay, mandar saluditos, hacer crucigramas y el Preguntados. Y me va muy bien. La primera vez que gané fue respondiendo sobre fútbol, porque era lo que se hablaba en esta casa”:
Aquí viene la ligazón con Juventud. “De chica iba a la cancha y soy el Libro gordo de Petete: cuando quieren saber algo de la historia del Club, me preguntan a mí. También bordé para Papelitos Circus show. Me trajeron doce sombrillas para forrar y bordar. Y cuando hicieron Faraones del Nilo, había que bordar las serpientes y como no las quería ver, bordaba tapando el resto del dibujo”, recordó sonriendo.
Antes de despedirnos le preguntamos por su deseo de hoy, a dos meses del 11 de julio, su cumpleaños y Chela no dudó en pedir salud, “para mí y los demás. La plata va y viene. Y lo que uno necesita es cariño...”

Silvina Esnaola
EL ARGENTINO


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